domingo, marzo 15, 2020

Gracia sola

«A Garcilaso», que es lo que quiere decir el anagrama del título de esta entrada. No sé por qué volví a leer hace unos meses el soneto IX del poeta, y se me ocurrió que podría convertirse en un texto en prosa enviado en una carta o texto parecido. Lo importante es que no se olvide el soneto original; pero la tontería quedó así: «Hola, reina, si yo estoy sin ti y en esta vida duro y no me muero, me da la sensación de que ofendo a lo que te quiero y al bien del que gozaba hasta ayer reciente. Y hoy, tras todo esto, el desastre es ver que te pierdo de mi vida, y desespero, y así ando en lo que siento diferente. Y esa diferencia veo, sin saber qué hacer por esta ausencia, y con mis sentidos peleando noche y día y solo concertados en mi daño». A un amigo he dicho que si esto se convirtiese en una carta sería del ámbito privado; pero qué bien que el soneto de Garcilaso sea de dominio público. Aquí va:

                     Señora mía, si de vos yo ausente
                     en esta vida duro y no me muero,
                     paréceme que ofendo a lo que os quiero,
                     y al bien de que gozaba en ser presente;
                     tras éste luego siento otro accidente,
                     que es ver que si de vida desespero,
                     yo pierdo cuanto bien de vos espero;
                     y así ando en lo que siento diferente.
                     En esta diferencia mis sentidos
                     están, en vuestra ausencia y en porfía,
                     no sé ya que hacerme en tal tamaño.
                     Nunca entre sí los veo sino reñidos;
                     de tal arte pelean noche y día,
                     que sólo se conciertan en mi daño.

No hay comentarios: