martes, abril 28, 2009

¿El viejo profesor de latín?

Leí las primeras páginas de la nueva novela de Gonzalo Hidalgo Bayal, El espíritu áspero (Barcelona, Tusquets Editores -Col. Andanzas, 685-, 2009) en Lisboa, en un original mecanoscrito que su autor hizo llegar a Ángel Campos Pámpano. Luego GHB me envió una versión más actualizada por correo electrónico, que imprimí a doble cara, y de la que sólo leí un centenar de páginas; no por cansancio, sino por inconstancia, y, por qué no decirlo, por ojeriza a leer folios encuadernados en canutillo. Ahora recibo un hermoso ejemplar de la novela que me devuelve a la primera lectura y a Ángel Campos Pámpano, porque encuentro una cita de él debajo de otra de Aristófanes el gramático.

¿El viejo profesor de latín?

Así, sin más. No la había reconocido y GHB me da luz. Ángel la escribe en el quinto de los poemas en prosa que abren su libro La ciudad blanca (1988), y es una referencia a O sentimento dum Ocidental, de Cesário Verde, del que se cita un verso y medio: Triste cidade! Eu temo que me avives / Uma paixão defunta! Ángel, además, alude a otro verso del canto III del poema del escritor lisboeta (Meu velho professor nas aulas de latim!) cuando recoge en su poema uno de los viandantes del Rossio: “Un mendigo: (¿el viejo profesor de Latín?) me pide unas monedas y, sin querer, rescata unos versos de Cesário: Triste cidade! Eu temo que me avives / Uma paixão defunta!
La cita resulta más cercana aún, pues la recordó Ángel Campos Pámpano en un comentario que escribió para una entrada de mi blog el 20 de mayo de 2007 refiriéndose a otra en el blog de Gonzalo Hidalgo Bayal aquel mismo día: “Hay dos Vila Real de Santo António. El viejo profesor de latín ya aparecía en las prosas iniciales de La ciudad blanca. Cesário ha sido siempre Cesário.”
Obviado Aristófanes —que ya habrá tiempo de dedicarle un rato—, lo primero que he leído de esta nueva novela de Gonzalo Hidalgo Bayal ha sido el texto de Ángel, que no estaba, claro, en aquellas versiones. Sólo cinco palabras enmarcadas con sus signos de interrogación me han detenido en esto. Ya sé lo que me espera tras cada página, tras cada línea, tras cada palabra de esta novela sin concesiones. Un festín.
Quede esta primera nota al pie de una novela que tendrá muchas el día de mañana.

domingo, abril 26, 2009

Muere Antonio Pereira


© Fotografía de Amando Casado

Ayer murió Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo, 1923), uno de los más grandes narradores de la segunda mitad del siglo XX. En este blog de Eloísa Otero pueden encontrarse más que merecidos testimonios de lectores y amigos.
Así saludaba Santos Domínguez la publicación hace ya dos años de La divisa en la torre (Madrid, Alianza Literaria, 2007), su último libro de cuentos, que él reseñó en Encuentros de lecturas. Me constan la amistad y devoción de Santos hacia Pereira. Con él, con Santos, conocí al maestro, cuando vino al Aula José María Valverde de Cáceres en noviembre de 2004. Lo pasamos bien escuchando la palabra de alguien con tanta vitalidad, con tanta jovialidad, tanta humanidad.
Y así cerraba Santos Domínguez una reseña que escribió de una reedición de El síndrome de Estocolmo:
“Los mayores elogios que he oído de su obra han salido de Mateo Díez, de José Mª Merino, de Martín Garzo. Y no sólo de narradores como esos, también de poetas como Antonio Colinas o Juan Carlos Mestre.
Con Ignacio Aldecoa, seguramente el más importante autor de cuentos de la literatura española contemporánea es el maestro Antonio Pereira. Maestro.” Descanse en paz.

sábado, abril 25, 2009

Documentos RNE

La dirección de Juan Carlos Soriano y la voz de Modesta Cruz son dos de los acicates que tiene este programa de Documentos RNE para quedarse a su atenta escucha los sábados de tres a cuatro de la tarde. Hoy lo han dedicado a un extraordinario trabajo ya ‘antiguo’, de 2002, que conocí gracias a mi hermano Josemari, el documental Los niños perdidos del franquismo (Els nens perduts del franquisme), de los periodistas de TV3 Montse Armengou y Ricard Belis, que convirtieron, junto con el profesor Ricard Vinyes, en un libro con el mismo título publicado en 2002 en Plaza & Janés.
Cifras de presas republicanas, y otras cifras indeterminadas de sus hijos no registrados en las cárceles; datos sobre el número de niños y niñas internados en centros de Auxilio Social y colegios religiosos, y de los evacuados al extranjero; la creación del Gabinete de Investigaciones Psicológicas de los Campos de Concentración, dirigido por el comandante psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, y que tipificó como “inferioridad mental” ser partidario de la igualdad social; la vileza de Franco sacando a su hija para desear paz y bien a los niños del mundo mientras otros eran arrancados de los brazos de sus madres, repatriados a la fuerza u obligados a cambiar de apellidos... La escasa novedad de los datos recordados hoy en Radio 1 no quita ni un ápice de interés al programa, basado en una realidad histórica cuyo recuerdo se convierte en un acto de justicia con una vigencia palmaria.

viernes, abril 24, 2009

Escenas de lavabos (II)

Mi padre siempre que podía se lavaba las manos. Bueno, mi padre siempre que podía se lavaba las manos después de estrecharlas con alguien a quien había saludado. Lejos de la extravagancia, su actitud fue un signo más de su sentido común, al que aplicaba siempre un humor inteligente y fino. Ojalá haya heredado algo de él; y espero que el asma, la insuficiencia cardíaca y los ataques de gota no sean hereditarios. Mi padre siempre se lavaba las manos porque –decía– no sabía dónde las había tenido justo antes el que acababa de saludarle.
Me acordé hace unos años de él en un pueblo de Badajoz. Antes de entrar a un acto literario quise pasar al lavabo. Allí me encontré con un amigo que estaba mirando a la pared y terminando de descargar su necesidad. Se dio la vuelta, cerró su bragueta y, acto seguido, me entregó su mano derecha para saludarme:
–¡Hombre, Miguel Ángel! ¿Cómo va todo? ¡Cuánto tiempo sin verte!

Se la estreché; como habría hecho mi padre. Luego, me lavé las manos.

jueves, abril 23, 2009

Día del libro


© RTVE.es

He dedicado el Día del Libro, además de a todo lo que aquí no cabe, a ver en directo a Juan Marsé pronunciando su discurso en la entrega de tan merecido Premio Cervantes, a marcar las erratas, los errores y las faltas de ortografía del programa de la Feria del Libro de mi ciudad, a releer La Celestina y a escuchar a John Coltrane en un podscast del programa del ‘Cifu’ A todo jazz, en Radio 3.
A Juan Marsé lo he seguido emocionado, entregado, como el aficionado cuando ve torear a su diestro favorito en la mejor de sus faenas. A Marsé no le gusta torear en plazas como ésa; pero ha salido airoso. Mi madre me preguntaba quién era ese señor tan importante como para que tuviese allí al Rey, a la Reina, al Presidente del Gobierno, a la Ministra y a tantas otras personalidades. Me preguntaba quiénes eran esos niños morenitos enchaquetados que el realizador de La 2 sacaba de vez en cuando: -Ése es Guille-. Y mi madre, estoy seguro, creía que me estaba burlando. Porque ella no sabe que yo conozco a Guille, aunque se lo he dicho.
Con La Celestina vuelvo a Marsé. Es una inmensidad en la que uno puede detenerse en cada una de sus páginas para recrearse, e incluso antes de que comience la obra, en la carta del “Autor a un su amigo”, por eso vuelvo a Marsé, uno puede leer: “leílo tres o cuatro veces, y tantas cuantas más lo leía, tanta más necesidad me ponía de releerlo y tanto más me agradaba, y en su proceso nuevas sentencias sentía.”
Sin salir de casa.

miércoles, abril 22, 2009

Manifiesto a favor de la edición universitaria

© Rosa de Bustos, UNE, 2008

La Unión de Editoriales Universitarias (UNE) promueve, con motivo del Día del Libro, este manifiesto al que podemos adherirnos aquí:

La celebración del Día del Libro, este 23 de abril 2009, festividad de San Jorge, patrón de Aragón y de la Caballería, y conmemoración de la muerte de Miguel de Cervantes, el gran escritor que quiso acabar –aunque sea casi una metáfora- con las novelas de caballerías, representa la mejor fecha posible para emprender nuestra particular cruzada contra la ignorancia por medio de la promoción de los libros y la lectura. Desde la Unión de Editoriales Universitarias Españolas (UNE) creemos que es necesario, cada vez con mayor insistencia, reivindicar el valor del libro en el proceso de aprendizaje, así como luchar por el respeto a los derechos de autor. Desde la Universidad, como máxima institución responsable de la educación y la investigación superior, hemos de trabajar para que el libro sea un objeto accesible, atractivo, bello, cálido, cercano, curioso, hermoso, maravilloso, necesario, sencillo, útil y cuantos atributos contribuyan a que cumpla su función última: ser el mejor vehículo para trasladar la palabra y el conocimiento que ha sido capaz de generar un ser humano para compartirlo con sus congéneres. Las universidades españolas publican alrededor del 7 por ciento del total de los títulos que se editan en España y, en consecuencia, ocupan un papel importante en el panorama editorial nacional. Además, su prestigio va en aumento, sobre todo en los países latinoamericanos, así como en Europa y en Estados Unidos de América, donde el libro universitario español empieza a tener un espacio cada vez mayor en las bibliotecas universitarias. Por si esto fuera poco, las editoriales universitarias son editoriales de fondo; es decir, que no buscan que sus libros se vendan al poco tiempo de salir al mercado, sino que se editan con el propósito de que tengan una vida más amplia y su aprovechamiento social se expande a lo largo de varios años. La UNE, consciente de la importancia y del valor de los libros que se publican desde las universidades, pide el reconocimiento que le corresponde a la edición universitaria como elemento clave en la transmisión del conocimiento científico que se genera en nuestro campus y como pieza fundamental de apoyo en la educación superior. Por ello, desde la UNE pedimos a las Administraciones Públicas un tratamiento igualitario a la hora de valorar las publicaciones universitarias, exigiendo un baremo que sólo tenga en cuenta criterios objetivos de calidad y que se aplique a todos los editores. Sólo así, desde una evaluación objetiva e igualitaria, se logrará preservar y promover la importante contribución que las Universidades, a través de sus servicios de publicaciones, realizan a favor de la generación y extensión del conocimiento científico en todos sus ámbitos.

martes, abril 21, 2009

Bastón de mando

© Javier Caldera, 2008

Vivo en una ciudad levítica que casi sólo se mueve para sacar los santos a la calle y las botellas que, unas y otras y muchas, hacen el botellón, en contra de la ley. Aquí, el botellón y los santos son sagrados; y quien disienta lo nota hasta en lo más íntimo, sobre todo, los gestores municipales, que dependen de nuestros votos. Ésta que quiere ser Ciudad Europea de la Cultura en 2016 debería reconocerse también en estas realidades y allegarlas como méritos para sus fines.
Hoy ha bajado la Patrona de Cáceres a la ciudad desde su santuario en la Montaña. Durante algo más de nueve días estará entre nosotros y hoy la alcaldesa le ha entregado el bastón de mando de la ciudad (sic). Es un símbolo. Pero me pregunto si también otros reconocerán como tal a la Virgen de la Montaña, la patrona. Un símbolo.

lunes, abril 20, 2009

Café

Esta mañana he tomado café con Miguel Ángel Melón. Luego hemos hablado sobre el libro de Javier Cercas Anatomía de un instante. No lo he leído aún; ni siquiera he podido ir a la librería para comprarlo. Por eso, la conversación se ha centrado en los límites del género de novela, de la crónica histórica, del ensayo... Me he acordado de Ignacio Martínez de Pisón y de lo que hizo con su Enterrar a los muertos, sobre Robles Pazos. No sé si son parangonables; no lo sé. Me gusta hablar con mi tocayo, que se pregunta sobre la utilización para la historiografía de este tipo de fuentes literarias. Quizá llegue el momento en que éstas se incorporen metológicamente, digo yo, que escucho embobado lo que me cuenta sobre un viaje, unos negocios, un padre... Un ejemplo de este nuevo modo de la no ficción. Y mira que me gusta poco el término... Donde se pongan instantes así, que se quite la historia. Y la novela. Bueno, la novela... No sé.

domingo, abril 19, 2009

La Universidad de L'Aquila lucha por resurgir

Me envía María José Flores noticias de su situación y de la reciente reunión del Consejo de su Facultad de Filosofía y Letras, y me adjunta la página de la AMI, de la Agenzia Multimediale Italiana, en la que trabaja su amigo y periodista napolitano Alessandro di Rienzo, autor de la crónica y del video que puede verse aquí, y en el que María José aparece saludando a algunos estudiantes, y detrás del Decano de la Facultad cuando éste habla.
Los diferentes consejos de las facultades de la Universidad se reunieron para demostrar, como me dice María José, que siguen vivos, “con ganas de luchar. Vamos a salvar el curso con programas alternativos, muchas tutorías y muchos exámenes.” La decisión parece firme. La Universidad gestionará su propia rinascita y no se desvinculará de la ciudad de L’Aquila; y luchará por mantener su identidad.
La sudadera que lleva uno de los que disponen los preparativos de una de las reuniones es elocuente: “Io non crollo” (Yo no me derrumbo). Y las imágenes con María José participando en la reconstrucción de una cierta normalidad en la vida académica son emocionantes.

sábado, abril 18, 2009

Cosa de citas

Fotografía © CMD, 2008
Enfrascado, ahora por razón de trabajo, en la lectura y relectura diarias de decenas de poemas de diversos autores, me divierto saltando de rama en rama gracias a la sana costumbre del escritor de dar cuenta de algunas de sus lecturas. Voy de un sitio a otro en el inabarcable árbol literario al que remiten las referencias de, por ejemplo, Antonio Méndez Rubio, que me lleva a Vicente Núñez (“En el fondo del fondo sigue estando la forma”) o a Alejandra Pizarnik (“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa”). O de Luciano Feria cuando en su insistente Fábula del terco remitía a Fernando del Paso (“Como casi todos los seres humanos fuiste de todo un poco muchas veces”), a Juan Luis Panero (“Oficio melancólico”) y a Álvaro Valverde (“En todo anhelo anida su fracaso”), cuya cita me hace saltar hasta Wallace Stevens (“La poesía es una forma de la melancolía”). Sea por hoy, si no, es no terminar nunca.

jueves, abril 16, 2009

Eugenio Fuentes en el Aula José María Valverde

Esta tarde, a las 20:15 horas, en el Salón de Actos del Palacio de la Isla en Cáceres, intervendrá Eugenio Fuentes en la última de las lecturas de este curso del Aula literaria "José María Valverde", de la Asociación de Escritores Extremeños. Mañana viernes mantendrá un encuentro con los estudiantes de Enseñanza Secundaria de la ciudad en el I.E.S. García Téllez.
Coincide su participación en esta aula con la muy reciente publicación de su última novela, Contrarreloj (Barcelona, Tusquets Editores, 2009), una nueva entrega del autor protagonizada por el detective Ricardo Cupido, ahora en un contexto más novelesco aún desde la obra de Javier García Sánchez L'Alpe d'Huez (2004), el del Tour de Francia y el mundo del ciclismo.

miércoles, abril 15, 2009

Corín Tellado

Editorial Rollán, 1972
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Alguien se quejaba hace unos días del trato injusto recibido por la escritora Corín Tellado, recientemente fallecida. Tildaba de intolerable la actitud de presuntos intelectuales que no habían leído ni una línea de Corín o, a lo sumo, sólo diez novelas –se dice que son 4.000- y que, sin embargo, pudiesen expresar juicios tan demoledores como los que a lo largo de la carrera de la asturiana se habían vertido. Tampoco debe de ser muy reparador que alguien diga de ti que eres una fabuladora nata después de confesar que “nunca leí ninguna de sus novelas”. Lo peor de estos días de noticias sobre la escritora –fenómeno sí, pero no literario- ha sido la casual yuxtaposición que los buscadores han propiciado entre el blog de un programa radiofónico argentino, Ya era hora, y la noticia del deceso de Corín Tellado. Estas cosas deberían evitarse, incluso en la red.

domingo, abril 12, 2009

En carro de cristal, campos de plata

Fue aquí en Cáceres, el 2 de diciembre de 1994, cuando Javier Alcaíns terminó de caligrafiar este texto e iluminarlo. Casi quince años después, se edita en una edición limitada, pero de precio asequible que reproduce aquel original de este artista que sigue en su empeño de difundir una de las obras más singulares que desde esta Extremadura se vienen haciendo.
Es la Fábula de Polifemo y Galatea. Escrita por don Luis de Góngora e iluminada por Javier Alcaíns. Cáceres, Javier Martín Santos Editor, 2009.
Su empeño ahora consiste en editar la parte de su tesoro que todavía no se ha difundido. La otra ha tenido en Manuel Moleiro su primer y principal editor, que ha albergado en su selecto catálogo algunas de las creaciones de Alcaíns y que fueron –y son– los códices ‘Alcaíns’: Beato de Liébana, Cantar de los Cantares y el Libro de Daniel.
Ahora, pues, están disponibles, además del libro gongorino, el espléndido Arquitectura melancólica y el Bestiario del insomnio, dos joyas, dos libros-objeto, aparecidos con el mismo sello de editor quasi artesanal de Javier Martín Santos en ejemplares de 41,5 x 29,5 cms., impresos en papel Basik de Guarro, y bellamente encuadernados por Roma (Cáceres). Si alguien –solo o en compañía de otros– quiere hacer a alguien con cierta sensibilidad por los libros un regalo de más de cien euros, aquí tiene una buena elección.
A pesar de la altura artística de la creación de Alcaíns como ilustrador, yo siempre recomiendo Arquitectura melancólica porque es el libro más original de su autor, ya que no sólo muestra la caligrafía y los dibujos de Javier, sino algo de su obra literaria, en prosa y en verso, y sobresaliente.

viernes, abril 10, 2009

Viernes Santo


© Manuscrito de La Regenta, con ilustraciones del autor. Archivo Tolivar Alas. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

“También Ana miró al cielo muy de mañana, y sin poder remediarlo pensó ¡si lloviera! Lo deseaba y le remordía la conciencia de este deseo. Estaba asustada de su propia obra. «Yo soy una loca -pensaba- tomo resoluciones extremas en los momentos de la exaltación y después tengo que cumplirlas cuando el ánimo decaído, casi inerte, no tiene fuerza para querer». Recordaba que de rodillas ante el Magistral le había ofrecido aquel sacrificio, aquella prueba pública y solemne de su adhesión a él, al perseguido, al calumniado. Se le había ocurrido aquella tremenda traza de mortificación propia en la novena de los Dolores, oyendo el Stabat Mater de Rossini, figurándose con calenturienta fantasía la escena del Calvario, viendo a María a los pies de su hijo, dum pendebat filius, como decía la letra. Había recordado, como por inspiración, que ella había visto en Zaragoza a una mujer vestida de Nazareno, caminar descalza detrás de la urna de cristal que encerraba la imagen supina del Señor, y sin pensarlo más, había resuelto, se había jurado a sí misma caminar así, a la vista del pueblo entero, por todas las calles de Vetusta detrás de Jesús muerto, cerca de aquel Magistral que padecía también muerte de cruz, calumniado, despreciado por todos... y hasta por ella misma... Y ya no había remedio, don Fermín, después de una oposición no muy obstinada, había accedido y aceptaba la prueba de fidelidad espiritual de Ana; doña Petronila, a quien ya no miraba como tercera repugnante de aventuras sacrílegas, se había ofrecido a preparar el traje y todos los pormenores del sacrificio... «¡Y ahora, cuando era llegado el día, cuando se acercaba la hora, se le ocurría a ella dudar, temer, desear que se abrieran las cataratas del cielo y se inundara el mundo para evitar el trance de la procesión!».

Ana pensaba también en su Quintanar. Todo aquello era por él, cierto; era preciso agarrarse a la piedad para conservar el honor, pero ¿no había otra manera de ser piadosa? ¿No había sido un arrebato de locura aquella promesa? ¿No iba a estar en ridículo aquel marido que tenía que ver a su esposa descalza, vestida de morado, pisando el lodo de todas las calles de la Encimada, dándose en espectáculo a la malicia, a la envidia, a todos los pecados capitales, que contemplarían desde aceras y balcones aquel cuadro vivo que ella iba a representar? Buscaba Ana el fuego del entusiasmo, el frenesí de la abnegación que hacía ocho días, en la iglesia, oyendo música, le habían sugerido aquel proyecto; pero el entusiasmo, el frenesí, no volvían; ni la fe siquiera la acompañaba. El miedo a los ojos de Vetusta, a la malicia boquiabierta, la dominaba por completo; ya no creía, ni dejaba de creer; no pensaba ni en Dios, ni en Cristo, ni en María, ni siquiera en la eficacia de su sacrificio para restaurar la fama del Magistral: no pensaba más que en el escándalo de aquella exhibición. «Sí, escándalo era; la mujer de su casa, la esposa honesta, protestaba dentro de Ana contra el espectáculo próximo... No, no estaba segura de que su abnegación fuese buena siquiera; acaso era una desfachatez; la paz de su casa, el recato del hogar, lo decían con silencio solemne...» y Ana sudaba de congoja... «¡Lo que había prometido!».

No llovió. El toldo gris del cielo continuó echado sobre el pueblo todo el día. Una hora antes de obscurecer salió la procesión del Entierro de la iglesia de San Isidro.”

(La Regenta, capítulo XXVI)

jueves, abril 09, 2009

Escenas de lavabos (I)

Ocurrió aquí, en Extremadura. Después de la presentación de su libro, mi amigo fue a descargar la vejiga al urinario público contiguo a la sala en que acababa de celebrarse el acto. En la soledad carbonatada del mingitorio, un señor meaba. Giró sólo la cabeza:
—Felicidades.
—Gracias —contestó mi amigo, girando sólo la cabeza.
El señor mayor le preguntó sobre los detalles de una escena de su novela a la que se había referido en su intervención. Los amantes resolvían sexualmente una situación difícil.
—Yo he sido un gran lector —dijo el señor. Ahora ya no veo y todo me lo lee mi esposa. Pero vengo notando de un tiempo a esta parte que me escamotea texto, que hay líneas o párrafos que se salta. Mi señora es algo beatona y me daba a mí que iba a quedarme sin saber eso.

Eso
se lo acabó de resumir mi amigo poco antes de lavarse las manos y despedirse amablemente de aquel futuro lector privilegiado que volvió a casa satisfecho por haber colmado su curiosidad y, también, por qué no decirlo, crecido por el brillo especial que le daba saber que, por una vez, iba a ver más que su amada esposa.

miércoles, abril 08, 2009

Palabra y Arte

En un curso con las plazas ya agotadas, Antonio Gómez va a impartir un par de lecciones el lunes 20 de abril sobre 'Palabra y Arte' y sobre 'Poemas-Objeto'. Será en Palabra y Arte. Poema-objeto, fónico y visual, un curso organizado por la Escuela de Posgrado de la Universidad de Granada y que se celebrará entre ese día, 20 de abril, y el miércoles 22 de abril, en la Cuadra Dorada del Museo Casa de los Tiros de Granada. Creo que el curso lo motiva un grupo de investigación de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada.
Recuerdo a Antonio hablándome hace unos años de las dificultades que todavía existían para que en las universidades se asuman e incorporen este tipo de propuestas artísticas. No hace mucho, nos decía que era la primera vez que acudía a un acto en la Universidad. Afortunadamente, todo va cambiando.

martes, abril 07, 2009

Un libro

Mi amigo Paco, autor de este libro que sobresale junto a esos otros volúmenes sobre Buñuel, me envía esta fotografía como un testimonio de que algunas de nuestras ediciones se ven en las grandes librerías. Es la Casa del Libro en Madrid; y ojalá ya haya desaparecido. El libro de Paco, no la Casa, claro.
Me cuenta Paco que Rosa, su mujer, hizo la fotografía con el móvil y una dependienta de la librería le llamó la atención argumentando que el libro está protegido por derechos de autor. -Yo soy el autor -o algo parecido tuvo que decirle mi amigo para que aquella mujer le devolviese rotunda: -Está prohibido hacer fotos.
La foto prohibida está aquí; ahí, arriba. Debajo, la cubierta que no se ve.

30 años de DIECIOCHO

Dieciocho. Hispanic Enlightenment, la revista que dirige mi amigo David T. Gies, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Virginia, acaba de editar el primer número, correspondiente a la primavera de 2009, de su volumen 32, un nuevo conjunto de interesantes trabajos sobre la época de la Ilustración. La novedad es que viene acompañado de otro volumen, el Anejo 4, que conmemora los treinta años de existencia ininterrumpida de esta revista. Con ese motivo, se celebró en aquella Universidad en marzo de 2008 una reunión de expertos cuyas aportaciones se recogen ahora en estas doscientas y pico páginas.
Se abre con un sugerente trabajo en el que Joaquín Álvarez Barrientos trata el caso de la denuncia de plagio de Forner contra Vargas Ponce y ofrece una reflexión sobre esta apropiación indebida o este diálogo con la tradición literaria en la República de las Letras. Pedro Álvarez de Miranda vuelve a demostrar su sabiduría en un artículo destacable: "Sobre los italianismos en el español del siglo XVIII", que es, sí, el primer trabajo que se publica sobre este asunto. Es una suerte que su bibliografía la inaugure un artículo tan determinante, tan completo y tan bien documentado. Invito al lector a aprender sobre la presencia en España de palabras como matachín, payaso, palco, café o fachenda.
De ahí me he ido al final, a unas páginas que dedica Eva Velasco Moreno a la censura y, especialmente, a la censura previa. Más alejados de mi interés; pero no por ello menos relevantes, son los trabajos de Karen Stolley sobre la economía discursiva del XVIII hispanoamericano, ámbito que también abarca, ahora en el terreno de la prensa periódica, el artículo de Mariselle Meléndez; de Magali Carrera sobre la cultura visual de los mapas y atlas dieciochescos de la Nueva España; de Ralph Bauer, "Thomas Jefferson, the Hispanic Enlightenment, and the Birth of Hemispheric American Studies".
Más cercanos -conozco a los tres- son los ensayos de Rebecca Haidt, Ohio State University, de Jesús Pérez Magallón, McGill University, e Inmaculada Urzainqui, Universidad de Oviedo; respectivamente, sobre el género de las tonadillas y sainetes 'con Platón al fondo', sobre el tiempo de los novatores y el caso de Peralta Barnuevo y su Historia de España vindicada, y sobre humor y sociabilidad en Jovellanos, en un trabajo que va más allá del ejemplo del asturiano y que es una clarificadora exposición del trato social y las relaciones humanas en el siglo XVIII.

lunes, abril 06, 2009

María José Flores


Me llamó esta mañana José Luis Rozas, muy preocupado por confirmar si el número de teléfono de María José Flores que tenía era el correcto. Llamaba pero salía un mensaje de un operador. Estaba sobresaltado desde que supo que la ciudad en la que vive María José, L'Aquila, había sufrido un terrible terremoto esta madrugada que había destruido edificios y la mayor parte de la Universidad, en la que ella trabaja.
Por la tarde, Pilar Nieves me llamaba para decirme que había hablado con Paulina, la hermana de María José, que le había llamado y que estaba bien.
Acabo de hablar con María José y me describe un escenario sobrecogedor. Ahora están en un camping cercano a la ciudad. Ha logrado entrar en su casa y recuperar su bolso con las tarjetas de crédito y el móvil. Los edificios están cayéndose, la Universidad está destrozada y me dice que durante meses no podrán volver a la normalidad en el trabajo. Ha deambulado por la ciudad en pijama casi todo el día y no ha podido beber algo de agua hasta muchas horas después del seísmo, en una fuente urbana. La contemplación de la tragedia le estremece y le hace ver -me dice- lo cerca que ha estado de no contarlo. Por fortuna, me lo ha contado. Y lo cuento aquí para que los que la conocen sepan que está para contarlo.

Chano Lobato


Se ha ido Chano Lobato, y se ha llevado la juerga hasta el patio de las malvas. Por tanguillos, maestro.

domingo, abril 05, 2009

Atxaga

© Ernesto Valverde

Es siempre un placer escuchar a Bernardo Atxaga. Lo ha entrevistado esta mañana Pepa Fernández en No es un día cualquiera de Radio 1 por la aparición de su nueva novela Siete casas en Francia (Alfaguara). Recuerdo cuando inauguró, en enero de 1996, el aula literaria José María Valverde de Cáceres con una lectura de algunas de sus obras, entre ellas, un poema en euskera que tradujo, pero que quiso leer para que apreciásemos el ritmo del original. En el coloquio, un señor mayor le increpó por haber leído en una lengua "manchada de sangre". Atxaga le contestó muy correctamente y le hizo ver lo injusto de aquella generalización. Por aquellos días ETA acababa de secuestrar a Ortega Lara, y Atxaga aprovechó para condenar el hecho por si aquel tipo tenía alguna duda. Al terminar el acto, Bernardo Atxaga me dijo: -En estos actos culturales casi siempre hay un tonto y un jubilado. Esta noche el tonto y el jubilado eran la misma persona.

jueves, abril 02, 2009

Los 'Empalaos' de Salvador Retana

Hoy se presenta este libro con obra de Salvador Retana (Pedro Bernardo, Ávila, 1954) en el Real Monasterio de Yuste, en Cuacos, sede de la Fundación Academia Europea de Yuste.
Su objeto, la ancestral fiesta religiosa que se celebra a la media noche del Jueves Santo en Valverde de la Vera (Cáceres), suscita el interés de quien echa el ojo al más de un centenar de reproducciones de litografías, aguafuertes, fotograbados, dibujos o fotografías que componen la obra. Pero también llama la atención la edad de este libro, los años que tiene detrás a pesar de oler a nuevo. Su concepción se remonta a 1993, e imagino las vicisitudes vividas, la larga maduración hasta su salida ahora, por el empeño particular de su autor y de un sello como el de Ediciones La Rosa Blanca, de Jaraíz de la Vera.
Tras una nota preliminar, lleva un texto de Antonio Oteiza que destaca métodos y presentación de Retana en su lectura del rito, y yo reparo en esa manera de elevar el detalle, no sé si como viñeta o como primer plano de un objetivo. La conjugación entre dibujo e imagen es otro acierto. Y luego, otro texto, principal. Un poema de Álvaro Valverde. “Meditación en Valverde” se titula. Meditación de Valverde, vale también. Un largo poema de más de ciento cuarenta versos de emocionado pulso narrativo, con sus notas de crónica —la que da noticia de la hora, de los sonidos, de la escena— y con la hondura reflexiva del poeta y su meditación sobre la existencia y la muerte. Un placer.