martes, diciembre 30, 2008

Amigos de Javier

La verdad es que este diciembre ha sido pródigo en regalos como libros. Javier Fernández de Molina me ha dado este espléndido catálogo de fotografías de Ceferino López, Porlacara (Mérida, Escuela de Arte y Superior de Diseño de Mérida, 2008), que recoge una muestra de la impresionante huella del paso de Javier por la jefatura del Departamento de Actividades Culturales de la Escuela. En los cursos 2005-2006, 2006-2007 y 2007-2008 pasaron por la Escuela poetas, cantantes, artistas plásticos, arquitectos, escritores que Ceferino López fue fotografiando. El resultado, más de un centenar de instantáneas, recreadas y tratadas, es esta relación gráfica de los ochenta invitados de Javier. La lista agrada e impresiona. Están poetas como José Viñals, Juan Carlos Mestre, Olvido García Valdés, Basilio Sánchez, Miguel Casado, José Antonio Zambrano, José-Miguel Ullán, Antonio Gamoneda... Están amigos como Antonio Gómez. Está Juan Cobos Wilkins, está Nicanor Vélez, y está Antonio Méndez Rubio... Eugenio Fuentes, Fernando Arrabal, Gustavo Martín Garzo. Están Pedro Guerra, Luis Pastor, Pablo Guerrero, Gecko Turner, Javier Krahe, Miguel Ríos... También Francisco Cumpián, cuya fotografía ilustra la cubierta que reproduzco incompleta porque no me ha cabido el pie en el que se manifiesta la Escuela de Arte de Mérida. Y está, cómo no, Ángel Campos Pámpano.
Quizá se enfade conmigo Javier Fernández de Molina por hacer público este regalo, y provocar que se enfaden con él sus amigos invitados, a quienes, a lo peor, todavía no les ha enviado un ejemplar. Ya les llegará. Quizá se molesten los que no cito, aunque hay algunos de éstos que no están.
Otro regalo. Como todo no va a ser cultura impresa, tengo en casa unos menudillos, unos dulces típicos de Navalvillar de Pela, que me ha regalado Luis Arroyo. Gracias.

domingo, diciembre 28, 2008

Portugal hoy, hace dos meses

El comentario que escribió Javier Figueiredo (Puntos de vista nada más) para el item de hace exactamente dos meses Portugal hoy merece este reclamo. Hay lectores que se quedan en la superficie de estos cuadernos y que no entran en ese mundo de los comentarios. Lo comprendo en el caso de algunos otros sitios —periódicos, blogs con visitas masivas...—, en los que el anonimato da derecho a ensuciar un espacio que no debería servir para los que se “envalentonan como verdugos con máscara”, como decía con razón otro día Juan Domingo Fernández. Por eso, saco de ese submundo de los comentarios el de Javier Figueiredo, para que conste.
Insiste Javier en denunciar esa falta de interés por Portugal que puede explicar que ninguna editorial española no institucional haya movido nada para hacerse con un éxito de ventas como Portugal hoy de José Gil (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2008. Traducción de Antonio Sáez Delgado). Y nos deja un enlace para una canción de Deolinda sobre la que sugiere que puede ser un himno —representativo— de Portugal hoy. Sugiero también que se vea esta otra actuación de Deolinda, aunque sólo sea desde el minuto 5:30 aprox., por ser más fresca.
El comentario de Javier es el siguiente:

“En Portugal se vende poesía, sí; pero con el ensayo no pasa lo mismo. Este libro fue excepcional: se habló de él en radios, televisiones, periódicos, etc. Hay quien dice que este libro lo compró en Portugal hasta el que no lee novelas.
El libro aparece poco antes de que Portugal perdiera la Eurocopa de 2004, en la final y jugando en casa. Algunos quisieron ver en el libro la explicación de por qué los portugueses son así, en el espíritu de fado que lo impregna todo.
Pero también hay quien dice que el nuevo himno de Portugal debería ser esta canción de Deolinda Lisboa que se puede escuchar aquí.
http://www.youtube.com/watch?v=us9dIcLjfKM
Los que lo hemos leído en portugués tenemos que agradecer que haya sido en Extremadura donde se haya traducido al español y editado, al tiempo que me preocupa que ninguna otra editorial española se hubiera interesado en un ensayo que agotaba edición tras edición. ¿Será por el histórico (des)interés que en España hay hacia Portugal?”


Y la letra de la canción:

"Agora sim, damos a volta a isto!
Agora sim, há pernas para andar!
Agora sim, eu sinto o optimismo!
Vamos em frente, ninguém nos vai parar!
Agora não, que é hora do almoço...
Agora não, que é hora do jantar...
Agora não, que eu acho que não posso...
Amanhã vou trabalhar...
Agora sim, temos a força toda!
Agora sim, há fé neste querer!
Agora sim, só vejo gente boa!
Vamos em frente e havemos de vencer!
Agora não, que me dói a barriga...
Agora não, dizem que vai chover...
Agora não, que joga o Benfica...
e eu tenho mais que fazer...
Agora sim, cantamos com vontade!
Agora sim, eu sinto a união!
Agora sim, já ouço a liberdade!
Vamos em frente, é esta direcção!
Agora não, que falta um impresso...
Agora não, que o meu pai não quer...
Agora não, que há engarrafamentos...
Vão sem mim, que eu vou lá ter..."

sábado, diciembre 27, 2008

Más felices fiestas

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© AFP
Israel bombardea la franja de Gaza y deja más de 200 muertos. Es el ataque más sangriento desde la primera Intifada de 1987. Hamás promete venganza. “Parte de la tragedia árabe-judía es la incapacidad de muchos de nosotros, judíos y árabes, de imaginarnos unos a otros. De imaginar realmente los amores, los miedos terribles, la ira, los instintos. Demasiada hostilidad impera entre nosotros y demasiada poca curiosidad.” (Amos Oz)

viernes, diciembre 26, 2008

El tufillo del esturión


Barcelona, Editorial Lumen, 2001. Prólogo de Richard Ford.

A pocos sorprenderá leer que La dama del perrito es uno de los cuentos más memorables de Antón Chéjov. (Qué pedantesca tontería. ¿A pocos? Yo creo que es al contrario. Pues, si bien en una encuesta entre mis contactos en este blog todos o casi todos responderán que han leído el cuento; sin embargo, si pregunto en la calle, en los centros comerciales o en las facultades universitarias de Letras, de Medicina, de Periodismo o de Ciencias, la mayoría de la gente responderá que no sabe nada de esa dama del lulú blanco. De todos modos, es un relato —con ese subtítulo se publicó en 1899— magistral y memorable, que recomiendo leer masivamente.) Es que, como el que busca una prueba literaria de la melancolía, la mañana de Navidad me senté a leer en el único rato que tuve este cuento de Chéjov, La dama del perrito. No sé si me llevó a él el recuerdo de que fue por las fiestas de diciembre cuando Dmitri Dmítrievich Gúrov se dispuso a viajar para ver a Anna Serguéyevna. No sé, quizá fuese el tufillo del esturión. Había escuchado en la radio la cifra de salidas que el SUMMA, el Servicio de Urgencia Médica de Madrid, hizo la Nochebuena; casi un centenar, entre intoxicaciones etílicas y heridos por peleas. En una de éstas apuñalaron mortalmente a un joven peruano. También escuché un comentario sobre las cenas en familia en el que se recomendaba qué hacer cuando tienes que aguantar a un pariente pesado. Y luego leí lo del tufillo del esturión del cuento de Chéjov. Cuando una noche, al salir del Club de Doctores, Gúrov confesó a un compañero de partida que había conocido en Yalta a una encantadora mujer. Y el compañero, un funcionario:
—Antes estaba usted en lo cierto: el esturión tenía un tufillo.
Y aquellas palabras tan corrientes parecieron sucias y humillantes a Gúrov, que tomó conciencia de que los asuntos inútiles y las conversaciones siempre sobre el mismo tema consumen lo mejor del tiempo, y, al final, sólo queda algo así como una vida boba, amputada, sin alas. ¡Con lo que tenía que contar este moscovita! Algo parecido me ha pasado a mí. Con todo lo que sugiere un cuento así y que me haya quedado en esta lectura circunstancial. Lástima.

miércoles, diciembre 24, 2008

Nos queda la palabra. Feliz Navidad

Cámara subjetiva. Primerísimo primer plano.— No puede decirse que esta Navidad sea para celebrarse; si acaso, porque se acaba el año, que no se ha ido aún, como dice mi hermano. Hay quien dice que menos mal que la Navidad es sólo una vez al año. Carmen lo suscribe. Tautológico. Desesperado por no soportar esos programas de radio en los que se habla todos los años de los tópicos de la Navidad uno se olvida de que no soporta esos tópicos; y se deja llevar. He pasado la tarde en la cocina. Lo último ha sido el discurso del Rey. De la cocina al salón había un desfase de quince segundos, más o menos. He escuchado, pues, dos veces, el discurso del Monarca gracioso. Lo que decía en la cocina —en Radio Nacional— lo repetía luego en el salón —Televisión Española—, cuando yo llegaba con los cubiertos y los platos. Nos queda la palabra. Lo he escuchado esta tarde en El ojo crítico de Radio 1, mientras trajinaba en los fogones, a propósito de ese inevitable recuento de guerras, torturas, injusticias, violaciones y violencias que en estas fechas parece que toman una extraña presencia. Y nos queda la palabra, también la de los amigos que se han ido, la de Ángel, en sus páginas, la de Manolo o la de Pepe en conversaciones reparadoras. Feliz Navidad.

Ilustración © Javier Alcaíns, 2008. De su felicitación, junto a María José, Gabriel y Eduardo, para los amigos.

domingo, diciembre 21, 2008

La cena de los generales

El otro día me llegó una tarjeta de José Luis Alonso de Santos con su felicitación para estas fiestas de Navidad. Venía acompañada de un regalo que estimo: el libro sobre el montaje de su obra La cena de los generales, dirigida por Miguel Narros y producida por Celestino Aranda (Producciones Faraute). Incluye el texto, tal y como se publicó en el volumen 2 de su Obra teatral (Madrid, Editorial Castalia y Ayuntamiento de Valladolid, 2008) —incluso con las mismas erratas—, y las fichas personales de todos los actores, desde Sancho Gracia (El Maître) y Juanjo Cucalón (El Teniente) hasta Candela Arroyo (María) y Ana Goya (La Chef suplente), las fichas del equipo artístico, y también unos textos presentativos del director, del productor, del autor..., entre los que destaco el del ayudante de dirección, Luis Luque, que pone el punto más intraescénico de todos.
La obra se estrenó en el Teatro Lope de Vega de Sevilla en octubre de 2008, y bien que lo sé. Porque meses antes me lo dijo el mismo José Luis Alonso de Santos en Cáceres, cuando acudió al Curso de Verano de la UEX “Lecciones de teatro clásico (I). Texto y representación en el teatro español del Siglo de Oro”. Los que no acudieron, y no avisaron, fueron Miguel Narros y Celestino Aranda, a quienes también invité con el deseo de que disfrutásemos de su experiencia en una mesa redonda que al final no resultó mal. Hablé con Celestino cuando estaban con los ensayos de esta obra. Lástima que, después de prepararlo todo, de anunciarlo, de reservar hotel, no viniesen a Cáceres.
No he podido verlo aún, pero el montaje tiene muy buena pinta. Sobre todo, con un texto difícil para ser puesto en escena, en la que hay que mover a docena y media de actores. Y es que el texto, que se escribió hace más de diez años, funciona muy bien, como todo lo de J.L. Alonso de Santos, que sabe lo que se trae entre manos. La escena es en el Madrid de abril de 1939, o sea, la capital del dolor de una España dividida que se representa en los fogones del Hotel Palace, donde los camareros son afectos al “glorioso ejército nacional” y los cocineros anarquistas, socialistas, comunistas, son presos que sacan de la cárcel durante unas horas para dar una cena a Franco y a sus generales. La cena de los generales. Tiene doce escenas con título, como los actos del Tenorio, una bandera, una boda, unos novios con una cocina como altar y los bajos de las pilas de un fregadero como futuro, un teniente feble, un cura republicano, un cocinero Nando (verduras) que canta zarzuelas...; y tiene esa lectura alegre del sufrimiento, amarga al cabo, por mucho que se quiera ver en esto un ejemplo de reconstrucción desde la destrucción y la derrota. Amarga, al cabo, como la historia. Por mucho que... Amarga.

viernes, diciembre 19, 2008

Felicidades, hermano

© Fotógrafo Pimiento. Reportajes.

Felicidades. Me alegra continuar aquí la serie de guiños fraternales que tuvo su arbitrista y luego su reivindicación de calle. Hoy cumples 48 años. No está mal. Siempre has sido menos conductor que yo, menos timorato, menos mojonero, y ahora, a tu edad, sigues siendo más mayor, veinte meses, los que me llevas. Sigues siendo más. En fin...
Felicidades. Te dejo estas líneas aquí porque sé que te gusta cumplir años y que te lo digan. Y que no te gusta nada de nada que se queden con tu cara. Eso sí que no. Felicidades, hermano.

jueves, diciembre 18, 2008

Serafín Portillo

Como lector, soy un tipo con suerte. Casi siempre leo lo que quiero y cuando quiero. Casi siempre. Cuando tengo que leer por obligación por mi trabajo —por ejemplo, ahora la Pepita Jiménez que hizo Rivas Cherif para el teatro en 1929— también es un placer. Eludo casi siempre participar como jurado en premios, con lo que evito tener que leer mal y en poco tiempo una cantidad inverosímil de páginas. Tengo la suerte de tener más amigos que escriben bien que amigos que escriben mal, y si de ambos recibo libros, son más los buenos. También son más, lógicamente, los extremeños, y entre éstos están los mejores. Es fácil demostrarlo.
Un ejemplo reciente. Me envió Serafín Portillo (Plasencia, 1961) su Mapa de las corrientes (Sevilla, Renacimiento, 2008) y han sido un placer sus lecturas. Conocí la poesía de Serafín en la época del ‘aula’ cacereña de Sánchez Pascual que dio lugar a aquella antología de 1983. Luego, y salvo algunos poemas publicados en revistas, hubo un silencio de casi quince años. Serafín Portillo no publicó libros, se marchó de Extremadura, pero siguió escribiendo. En 1997 apareció Recóndito trasluz, un libro buen ejemplo de recreación de formas clásicas en la poesía moderna y de exigencia técnica; y en 2003, el ‘cambio’ lógico —resultado de un esfuerzo, de un afán, de un ejercicio— de La misma sombra, que presentó la voz actual de Serafín y de su Mapa de las corrientes, que parte o desarrolla algunos de los gestos de aquel libro anterior, sobre todo, de “Canto y bosque”, una de sus secciones. Ambas obras aparecieron en la Editora Regional de Extremadura.
Aunque las partes externas de Mapa de las corrientes, que son dos, “Genealogía” y “Carencia y forma”, tengan tanta relación con todo, es la sección central que da título al libro entero, un largo poema en ocho secuencias, la sustancia de este libro, lo mejor y más logrado de él. Sin duda, es uno de los poemas más justamente antologables en cualquier selección que se haga de la poesía extremeña, como diría el propio Serafín. Tiene todo lo que gusta, un fondo reflexivo sobre el propio quehacer con la palabra que conduce a todas las preguntas, una forma natural y clara, con un sabio dominio del ritmo, un sólido artificio literario que baraja imaginación y realidad, paisaje y escenario; imaginación como memoria y evocación, realidad como certeza, aunque sea de la mentira. Un placer.

miércoles, diciembre 17, 2008

Un poema para Ángel

Me lo envió el viernes 28 del mes pasado José Antonio Zambrano. Lo había escrito para Ángel al poco tiempo de que celebrásemos su funeral aquel miércoles 26, frío, ventoso y claro, en San Vicente de Alcántara. José Antonio era muy amigo de Ángel; se estimaban mucho. Ángel siempre apostó por la poesía de José Antonio. Como éste solía enviarme también sus textos antes de publicarlos, Ángel siempre me preguntaba con verdadero interés sobre cómo eran. Su alegría era clara cuando yo le decía que eran espléndidos. José Antonio nos reunió a cuatro amigos en las dedicatorias de su libro Después de la noche (Madrid, Calambur, 2000): a Luciano Feria, a quien dedicó “Lentitud de la noche”; a Ángel Campos Pámpano, para el que fue “Lentamente en la niebla”; a Alonso Guerrero, con “Tercamente el desierto me fija”, y a mí, que me dedicó “Brindo por un solo sonido”, y sigue brindándome tiempo de amistad y de poesía.
Aquí está el


SONETO PARA ESCUCHAR LA MUERTE

A la memoria de Ángel Campos,
mi amigo.


Mecer las albas fuera nuestra vida,
comenzar a jugar más con la suerte
era como ausentarnos de la muerte
que el silencio sepulcra y nunca olvida.

Colmo fue el despertar la amanecida
condición de sabernos y saberte
frío en la cavidad desnuda y fuerte
de una sombra de luto presentida.

Entro en la noche y me disculpa el día
tu destino de nieve corrompido
sobre una lluvia seca de despojos.

Extraño doma el aire lo que lía,
lo que acampa en el humo desvivido
de esta desierta escucha de mis ojos.

José Antonio Zambrano,
noviembre de 2008

lunes, diciembre 15, 2008

La realidad lejana


© Juan José Domínguez Garrido

Esta mañana he estado en el despacho de mi amigo Juanjo, médico que trabaja en el Servicio Extremeño de Salud —es más que eso, claro está, en mi corta vida— y que ha desarrollado, entre otras cosas, diversos programas de cooperación en diferentes partes del mundo en colaboración con algunas oenegés. Estuvo tras el terrible terremoto de Perú de agosto del año pasado y hace un mes que ha vuelto de África, de Togo y de Benin. He visto esta mañana imágenes sobrecogedoras de niños con miembros amputados, abscesos pustulantes provocados por parásitos, labios leporinos operados y sin operar, piernas y manos deformes, mujeres con SIDA, enfermos mentales... Ha sido en la pantalla de un ordenador; pero yo tenía a mi lado a quien había estado allí, quien me decía que cómo sería posible que nuestros chavales compitiesen hoy con otros como los que él había visto allí, con esa fuerza para luchar, con ese afán sobreviviente. Nuestros chavales —nosotros— se marean si ven sangre, se mean si se asustan, y son racistas y están a favor de la pena de muerte, según las últimas estadísticas. A los otros, aquellos, se les ve en los ojos su voluntad.
Yo había ido a hablar con Juanjo sobre mi madre, que es mi realidad estos días. Me ha ayudado, también. Nos hemos ido juntos caminando hasta el centro, hablando de otras cosas. Y cada uno a lo suyo luego. Yo he llegado a casa con mi realidad y me he acordado de lo tremendo de aquella otra realidad lejana que yo he visto esta mañana en la pantalla de un ordenador.
© Juan José Domínguez Garrido

domingo, diciembre 14, 2008

Palabras de luz

Es una pena que un libro tantas veces tan mostrado no pueda comprarlo nadie. Ni siquiera ahora, en estas fechas tan señaladas, para regalárselo a alguien. Será porque es un libro institucional. Pero no comprendo por qué, aun siendo institucional, nadie puede comprarlo. Cualquier respuesta afirmará la diferencia entre el pueblo y el poder, entre la elite y la generalidad.
Se difundió el libro en la FITUR de Madrid hace casi un año. Un privilegio. Luego se hizo una presentación en Cáceres. Otro privilegio, sin libros.
Hace unos meses vi una fotografía en el periódico en la que la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, entregaba un ejemplar de este libro a Josep Borrell, eurodiputado socialista que fue presidente del Parlamento Europeo. Alguna crónica de aquel acto hablaba de que Cáceres había conquistado el Parlamento. Otra fotografía mostraba a la alcaldesa con el embajador de España en Francia, Francisco Villar y Ortiz de Urbina, dando a éste el libro. Fue en París. Hace menos, la ministra Carme Chacón, en su visita a Cáceres, firmaba en el Libro de Honor y, al lado, se veía este libro en una fotografía de Javier Caldera.
No hay ninguna librería que disponga de este libro para venderlo. Quizá sea porque ni siquiera tiene ISBN. Sin embargo, sí tiene buenas fotografías, textos, un interés.

viernes, diciembre 12, 2008

Muerte de un librero

© Juan Ramón Marchena, 1987

Me lo dijo la semana pasada Enrique Cerrillo, que Vicente Santos, el librero cacereño, había muerto. La librería Vicente Libros de la Plaza Mayor ha sido un referente en esta ciudad. No hablé mucho con él, aunque he frecuentado su local durante veinte años. Recuerdo a su padre, el fundador de la librería allá por los años cincuenta, de quien Vicente heredó el negocio, que amplió con un local en la Plaza Mayor. Mantuvo éste hasta que un día, creo que a principios de este año, desaparecieron —para mí, sorprendentemente— los paneles con libros que ocupaban todos los días laborables los soportales de la plaza. Y la única noción de aquel vacío fue un cartel de una agencia de la propiedad inmobiliaria que proclamaba la venta o el alquiler de un local más, uno de tantos; pero que no era un local más, sino un inmueble de interés cultural. Hoy ahí no hay nada, ni un recuerdo.
La fotografía que ilustra este item me la ha proporcionado Enrique Cerrillo, que sí habló, y mucho, con Vicente. Está publicada en el libro Cáceres. La historia viva. (Cien años de la vida cacereña), editado en 1992, y es del archivo de Juan Ramón Marchena, de 1987. Agradezco los datos a Pablo Calvo, del diario Hoy, el periódico que editó ese libro de imágenes. El pie de la foto reza: “La calle Pintores continúa manteniendo su carácter comercial. En su desembocadura a la Plaza Mayor, el librero Vicente suele instalar su particular feria dedicada a los autores extremeños, como ésta del año 1987”. Vicente se asoma, poco, al corte izquierdo de la instantánea.
Su rincón de literatura extremeña era un lugar muy frecuentado. Allí podían encontrarse hasta hace poco ejemplares de aquella edición repudiada por Felipe Núñez de su libro de poemas Equidistancia (1983), de la revista Residencia que editamos siendo estudiantes, de la revista de Carande Alor Novísimo, de estudios publicados por las instituciones regionales, libros de la Institución Cultural “El Brocense” que hoy no están en la librería de la Diputación de Cáceres, ediciones de autor y otras rarezas... y no era una librería de viejo. Vicente era una de las pocas librerías cacereñas con fondo editorial. Toda la colección del Libro de Bolsillo de Alianza, de Visor o de Pre-Textos. Recuerdo que hace unos años, Manuel Borrás, que acaba de recibir el reconocimiento de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en México al Mérito Editorial, quiso visitar la librería porque le constaba que era uno de los puntos de venta en la periferia más fieles a su casa. Allí estuvimos y charlamos con Vicente. Poco, la verdad sea dicha. Era un librero sin alharacas. Y era un testigo de lo que pasaba en la calle. Un testigo ilustrado, comprometido y con su punto de rispidez, lógicamente, cuando lo que pasaba en la calle era intolerable.
No encuentro el recorte de prensa de El País Semanal; pero cuando le encargaron a Luis Landero hacer un reportaje para el colorín del periódico sobre Extremadura, habló, cuando hablaba de Cáceres, de Vicente y su librería. Bueno, habló, aunque poco, con Vicente, que pasó a ser, con la alegría de gente como yo, uno de los valores que la ciudad de Cáceres ofrecía al visitante. Sí señor.
Hace unos meses, Toñi Escobero firmaba un reportaje en El Periódico Extremadura sobre Sara Santos, la hija de Vicente, en el que ésta le hablaba de su proyecto de abrir “una librería más grande, con cafetería y sala de exposiciones y reuniones, como algunas de las grandes ciudades. También con promocionar a autores extremeños fuera de la región o recuperar el premio de poesía Mirlo Blanco que instituyó su padre.”
A la rudeza inevitable del título de este texto, de este recuerdo que aquí pongo, contesta el vivo empeño de Sara y su proyecto. Sea. En memoria de Vicente.

jueves, diciembre 11, 2008

Pablo Guerrero

Ayer leyó sus poemas Pablo Guerrero en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres. Organizada en colaboración por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cáceres y el Departamento de Filología Hispánica y Lingüística General junto con el Vicedecanato de Extensión Cultural de la Facultad, la lectura fue un grato y necesario encuentro con la poesía. Pablo leyó poemas de su libro inédito Los cielos tan solos, y luego prosiguió con otros de sus dos últimos libros publicados, Viviendo siglos (Ellago Ediciones, 2006) y Escrito en una piedra (Visor Libros, 2007). Una vez más, Letras recibió a gentes de la ciudad para un acto cultural; lástima que no acudiesen más —no fue un desastre—; y mucha lástima que aquello no se llenase de gente joven, de alumnos de Letras, que ayer demostraron su indolencia. A pesar de todo, con gesto utópico y descarado, habrá que seguir dando la lata con estas inútiles necesidades. ¡Con los tiempos que corren...!

domingo, diciembre 07, 2008

En el quiosco

© Antonio Gómez

—¿Me da La Razón?
—Cojo El Mundo.
—¿Cuánto vale El País hoy?
—¿Tiene Público?
—Quiero el Hoy.
Hola.
—Hola, buenos días.
—Buenos días, el Hola.
—Me han entrado las Comedias de Menandro y los Caracteres de Teofrasto a 9,95 €.

sábado, diciembre 06, 2008

Con Ángel

Hablaba hace unos días con Olvido García Valdés sobre Ángel Campos e intentaba expresarle cómo todo lo que pervive de Ángel me recuerda su ausencia. Esta mañana he estado ordenando papeles y han aparecido estas dos fotos. Habíamos viajado Ángel y yo a Gijón para participar en el I Ciclo de Poesía Hispano-Portuguesa que organizaron nuestros amigos de la revista Solaria —Jordi Doce, Jaime Priede, Fernando Menéndez... Fue en octubre de 2001. De camino, recogimos en León a Tomás Sánchez Santiago, y, a la vuelta, al dejarle, dimos un paseo, fuimos a la casa de Antonio Gamoneda y Angelines Lanza —que no estaban—, comimos juntos en León, y Ángel y yo seguimos la ruta. Él se quedó en Salamanca y yo continué hasta Cáceres. Fue un viaje rápido y cansado —conducía yo, como casi siempre con Ángel—; pero enormemente gozoso. Nos reímos mucho y fue un placer el reencuentro con Tomás, con quien estoy en esa foto hecha por Ángel, y que perpetró la otra en la que Ángel y yo posamos delante del pórtico de la catedral y que he arreglado un poco. Cuánta palabra desolada, sin embargo, hemos cruzado estos días pasados Tomás y yo por Ángel.
También esta mañana Ángel en la reseña que Luis García Jambrina ha escrito sobre La vida de otro modo (Poesía 1983-2008) y publicado en ABCD las artes y las letras. Me la anunció ayer, tan amable y tan amigo, Santiago Castelo.

viernes, diciembre 05, 2008

La comedia nueva

Es una suerte ver a la Compañía Nacional de Teatro Clásico en estas fechas. Tan pronto, acostumbrados como estamos a disfrutar de sus montajes en el Festival de Cáceres al principio del verano. Es una suerte asistir a un montaje de un ‘moratín’, La comedia nueva, a los pocos días de su estreno en Cádiz, en el marco del Congreso Internacional “Teatro ilustrado y modernidad escénica” que han dirigido y bien los profesores Alberto Romero Ferrer (de la Universidad de Cádiz) y Jesús Rubio Jiménez (de la de Zaragoza), y al principio de una gira que lo llevará al Pavón de Madrid en la Navidad, y luego a Logroño, a Galicia, a Valencia en marzo...
Había muchos alumnos en el teatro, de Bachillerato y de Universidad. No en vano la estudian en clase, en panoramas de segundo y en cursos monográficos, y la lectura que ha hecho Ernesto Caballero les habrá motivado a preguntarse algunas cosas. Por ejemplo, Julia, que ha ido con algunos compañeros de 2º de Bachillerato, me ha preguntado sobre el final algo desconcertante. (La última escena de la segunda parte se convierte, con sutileza y moderación neoclásicas, en un plató televisivo con un actor principal —un principal sobresaliente como José Luis Esteban en el papel de Don Pedro— que adopta las maneras de un Jaime Cantizano o de una Patricia Gaztañaga cualquiera, que tanto da..., ¡puaj!) Un acierto, le he contestado, y lo he confirmado por su reacción y la de sus compañeros en el teatro. Un ejemplo de lectura moderna de un clásico. Un motivo de agradecimiento a los que siguen trabajando para que los jóvenes se suban a las ramas del árbol de la literatura conscientes de su tamaño. De sus años, quería decir.
—Pero lo que decía el actor estaba, básicamente, en el texto de 1792.
Le he dicho.
Y esto es lo principal, que el texto sigue funcionando con un par de pespuntes destacados. Un par, aunque hay alguno más. Al principio, la introducción muy oportuna de un ‘documental’, es decir, un trailer de La destrucción de Sagunto de Gaspar Zavala y Zamora, un dramón más infumable aquí; y, en el medio, uno de esos textos de la policía de los teatros de la época, otro acierto, pues, otro recurso fino.
He explicado en clase esta obra más de una vez, de punta a cabo, y ahora sólo me quedo con la proverbial sabiduría de los responsables de estas dos horas —casi— de buen teatro, desde el camarero Pipí —le restituyo la tilde que le han quitado en esta versión— hasta el sabio Ernesto Caballero.
Reparto: Vicente Colomar, David Lorente, Yara Capa, Natalia Hernández, José Luis Esteban, Carles Moreu, Iñaki Rikarte y Jorge Martín. La escenografía de José Luis Raymond. Vestuario de Javier Artiñano. Iluminación, Juan Gómez Cornejo. El asesor literario, Fernando Doménech. Y tantos otros.

miércoles, diciembre 03, 2008

Pablo Guerrero en Letras

El miércoles 10 de diciembre Pablo Guerrero leerá sus poemas en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres. Su más reciente libro, Escrito en una piedra (Visor Libros, 2007), será la base de su lectura, digo yo. Primera circular. A las 20'00 horas del miércoles 10. Primera circular. La fotografía para el cartel, que aún no se ha editado, es de Enrique Cidoncha.

lunes, diciembre 01, 2008

15 años de 'Versión Original'

No he podido terminar de leer el número de noviembre de Versión Original dedicado a “Encuentros” (Cary Grant y Deborah Kerr, Un, dos, tres... al escondite inglés, de Iván Zulueta, la interesante El viaje de Chihiro, de Miyazaki...) y ya tengo entre mis manos el número de diciembre, un especial por el 15 aniversario (1993-2008) de esta revista que es como una cartelera. Se renueva periódicamente, y siempre está ahí; pero que es más que una cartelera. Sigue reponiendo con criterios que no son comerciales toda la historia del cine.
Un empeño ejemplar que cumple quince años con un número en el que han sido convocados quince de los grandes colaboradores de V.O. y que aquí pueden ver reeditados uno de sus artículos en este tiempo. Sólo Eva Mª Palencia, Silvia Rins y Víctor León se atreven a rescatar textos de hace diez o más años... Es muy agradable la relectura de algunos de estos artículos, ahora acompañados de una estética de otro tiempo, o sea, el nuestro.
Como ocurriera con la última celebración, es una alegría leer a estos quince autores de siempre: Hilario J. Rodríguez, Israel Paredes, Eva María Palencia, Israel de Francisco, Víctor León, Diego Morán, Enrique Pérez Romero, Silvia Rins Salazar, José María Santiago, Lola Lasala, Ángel Román, Rocío Tizón, Vicente Mazón, Ramón Monedero y Ana Alonso.