viernes, septiembre 30, 2011

Aurea Bibliographica

Aún hay expertos notarios de la historia de la vida impresa. Uno de ellos es Víctor Infantes, cuyas iniciales, por cierto, son las mismas que las de vida impresa. Su currículo ofrece sobrados testimonios de esta dedicación, con ediciones, monografías y artículos científicos; pero también con recensiones, comentarios y sabias nótulas que algunos amadores del libro le requirieron, como hizo Pablo Torres para sus Noticias Bibliográficas. Boletín Bibliográfico Anticuario (Madrid, 1989-2006), donde le publicó estas aureas que ahora se recogen en forma de libro: Aurea Bibliographica (1998-2006), Madrid, Turpin Editores (Colección Los libros de Sansueña, 1), 2011. Desaparecidas las Noticias Bibliográficas como repositorio de sus líneas sobre libros, Víctor Infantes (V.I.) viene ahora matando el gusanillo de su real gana bibliográfica en las páginas que le ofrece su amigo Pepe Grau en la alcoyana Hibris. Revista de Bibliofilia, que acaba de sacar un último número doble (63-64), con un extenso, divulgativo y bien documentado trabajo de Jon Zabala Vázquez sobre las prensas librarias. En esta nueva obra de V.I. no están todas sus colaboraciones en la revista que dirigió Pablo Torres entre 1989 y 2006. En el año 2000, en La biblia de los bibliófilos, Infantes publicó once de aquellas aureas (desde el número 65 de septiembre-octubre de 1998 hasta el número 75 de mayo-junio de 2000), que son las que faltan ahora en esta serie de cuarenta numeradas en romanos con el respetuoso salto de la IV a la XVI. Ganas me dan de hacer el vaciado completo de todas las referencias bibliográficas que trata Infantes, que daría para un listado bien nutrido de decenas de ítems entre los que podrían destacarse el Calendario de fiestas de la Comunidad Valenciana. Primavera (2001); la edición facsimilar del primer libro impreso en España, el Sinodal de Aguilafuente (Segovia, 1472), propiciada por la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua cuando “Las Edades del Hombre” de 2003; El libro antiguo (2003), de Manuel José Pedraza, Yolanda Clemente y Fermín de los Reyes; la biografía de Anne Cayuela sobre Alonso Pérez de Montalbán. Un librero en el Madrid de los Austrias (2005), publicada por la editorial Calambur en su “Biblioteca Litterae”, que, con la cabeza del bueno de Emilio Torné, tiene notable y justificada presencia en este libro de Víctor Infantes. Títulos, muchos títulos; pero también nombres que son justamente reseñados, y no solo porque conformen un elenco vital y amical, como Pedro M. Cátedra, los citados Fermín de los Reyes o Emilio Torné, Julián Martín Abad, Luis Bardón o Nieves Baranda; no, sino porque han contribuido de manera sobresaliente a la historia reciente de la cultura impresa. Como Víctor Infantes, que, además, atiende a las exposiciones más destacadas, a iniciativas editoriales como la de la extremeña Biblioteca de Barcarrota y su colección de facsímiles —que ya veremos en qué queda—, e incluso a revistas como Ajoblanco, a la que dedica la primera de las aureas de 2005, un punto nostálgica. La nostalgia del que, a la vista de lo que se escribe, puede decir que no hay cosa mejor que leer lo que ya se escribió en los siglos pasados, al mismo tiempo que atiende a lo último que sale. Lo suscribo.

jueves, septiembre 29, 2011

Riccardo Muti con Verdi por la cultura

Lo he conocido gracias a mi compadre Miguel, a pesar de que sucedió hace meses y que se ha divulgado ampliamente por la red. Fecha: 17 de marzo de 2011. Lugar: Teatro de la Ópera de Roma. Motivo: representación de Nabucco, de Verdi, dirigido por Riccardo Muti en la celebración de los 150 años de la unificación de Italia. Berlusconi en el palco (Serata della Presidenza dei Consiglio dei Ministri). Parece que antes de la actuación, Gianni Alemanno, el alcalde de Roma, exministro de Berlusconi, intervino, y en su salutación se lamentó de los recortes del gobierno italiano a la cultura. Curioso. Después de esto, comenzó la representación. El propio Muti lo relató, como dicen las crónicas en la red, en el Times: "Al principio, hubo una gran ovación en el público. Luego comenzamos con la ópera. Se desarrolló muy bien hasta que llegamos al famoso canto Va pensiero. Inmediatamente sentí que la atmósfera se tensaba en el público. Hay cosas que no se pueden describir, pero uno las siente. Era el silencio del público, que se hacía sentir. Pero en el momento en que la gente se dio cuenta que empezaba el Va pensiero, el silencio se llenó de verdadero fervor. Se podía sentir la reacción visceral del público ante el lamento de los esclavos que cantan: "Oh patria mía, tan hermosa y perdida." El caso es que el público, tras el coro de esclavos, rompió a aplaudir y a pedir un bis, y alguien gritó "¡Viva Italia!". Y el resto puede verse en el video, cuando Riccardo Muti habla, y dice, más o menos que “Sí, estoy de acuerdo con eso de  ¡Viva Italia!, pero... tengo más de 30 años y he vivido mi vida viajando extensamente por todo el mundo, y como italiano me avergüenzo de lo que está sucediendo en mi país. Así que acepto la petición de hacer Va pensiero de nuevo. Esto no es sólo por la alegría patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando yo dirigía el coro cantando “Oh, patria mía, tan hermosa y perdida,” pensé que si continúa así, si no ayudamos a la cultura, que ha sido la historia de nuestra Italia, verdaderamente nuestra patria será realmente “hermosa y perdida”. Me gustaría ahora […] debemos dar un sentido a esta canción, ya que estamos en nuestra casa, el teatro de la capital, y con un coro que canta muy bien, y se acompaña muy bien con la orquesta […] les sugiero que se unan y que cantemos juntos." Merece la pena contemplar los siete minutos y medio que dura, hasta el final.

domingo, septiembre 25, 2011

Araña, Pincha y Cortés


A mi compadre Miguel
En una paremiología como El porqué de los dichos, de José Mª Iribarren, viene una entrada sobre el capitán Araña, sobre aquel capitán de barco llamado así (quizá un portugués Aranha) que reclutaba a un montón de gente y luego se quedaba en tierra. Ahí Iribarren cita un Refranero del mar de un tal José Gella Iturriaga que incluye los dichos: "Ellos eran tres: Araña, Concha y Cortés" y "Los tres: Araña, Pinche (o Concha) y Cortés". Dice Iribarren que dijo Gella que "se refieren a tres marinos gaditanos que debieron de ser famosos por su afán de trabajar poco, o de morearse, término este usual en Marina, para expresar la habilidad de eludir las faenas de a bordo". Para Iribarren, el Araña de esos dichos debía de tener relación con el famoso capitán Araña que embarcaba a gente, porque en el Gil Blas, el periódico satírico, el poeta Manuel del Palacio publicó —el 11 de noviembre de 1865; y gracias doy a la benemérita Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional—una parodia de la Canción del Pirata de Espronceda:
Con cien cañones por banda
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un steamer irlandés.
Bajel pirata que llaman
por su bravura el regente,
y que ha embarcado a más gente
que Araña, Concha y Cortés.
Y "Araña, Pincha y Cortés" era la variante que yo, antes de saber nada de nada de todo esto, conocía por Federico Salazar, tío de mi compadre, que la aplicaba, cada vez que nos veía, a la entidad indisoluble de tres amigos de nueve o diez años que éramos Luis Aguilé, Pati y Dalai, porque por separado también teníamos nuestra identidad para Federico. Quede aquí como justificación de la entrada y de la dedicatoria a mi compadre, a quien prometí dar la referencia bibliográfica del dicho de su tío. Por cierto, he visto en más de un lugar en la red que copian inmisericordemente, sin citar, a Iribarren.

jueves, septiembre 22, 2011

Lenguaje jurídico

He tenido la suerte de participar en un curso dirigido por el poeta Jesús Mª García Calderón, Fiscal Superior de Andalucía, sobre Modernización del lenguaje jurídico, muy interesante y muy necesario, celebrado en Madrid ayer y hoy. Me ha permitido conocer a expertos como Joaquín Bayo Delgado, filólogo clásico y magistrado de la Audiencia Provincial de Barcelona, estudioso del lenguaje judicial; a periodistas especializados en tribunales como María Peral, de El Mundo, o Javier Álvarez, de la SER; a un fiscal como Ángel Núñez, que cita —porque lee— a Claudio Rodríguez. Me ha permitido departir con mi amigo Jesús Mª García Calderón, artífice impulsor de esta iniciativa de mejorar el lenguaje jurídico que se ha materializado también en la elaboración del Informe de la Comisión de modernización del lenguaje jurídico que el martes se presentó en el Ministerio de Justicia, en cuya página web pueden consultarse sus conclusiones, junto con los utilísimos y demostrativos estudios de campo de los grupos de trabajo de la comisión, en la que están periodistas como la citada María Peral, Alex Grijelmo o Gabriela Cañas, académicos como Víctor García de la Concha o Salvador Gutiérrez Ordóñez —que ha intervenido también en el curso—, lingüistas como Mercedes Bengoechea, y juristas como Jesús —ejemplo vivo del deseable humanismo del foro—, Gabriela Bravo, fiscal y portavoz del Consejo General del Poder Judicial, o Carlos Carnicer, presidente del Consejo General de la Abogacía Española. La iniciativa es conveniente y la recepción entre los fiscales a quienes iba dirigido el curso ha sido muy positiva. Ojalá cunda, porque una consulta a los planes de estudios del grado de Derecho en mi universidad y en otras universidades españolas, no invita a felicitarse por la formación en lenguaje oral y escrito de nuestros estudiantes bolonios.

domingo, septiembre 18, 2011

Las macetas de mi madre

Mi madre siempre ha tenido macetas. Durante toda su vida, en las casas en las que ha vivido, siempre ha estado rodeada de macetas que ha cuidado con constancia admirable. Lo recordaba el otro día cuando escribía en su casa de hoy, delante de un florero de cristal con flores de plástico, y pensaba en el medio centenar o más de tiestos que allí pudo haber, con aspidistras, costillas de Adán y ficus —dentro—, con geranios y hortensias —fuera, en los balcones, ahora vacíos. Me acordaba del riego como un rito inaplazable sobre el que ella me inculcó dos normas, una de cantidad y otra de tiempo, y ambas cabales. No había que enguachinar las plantas, había que darles el agua precisa; y no se podían regar las macetas del balcón antes de las doce de la noche. Hay en esa casa, a pesar de todo, dos macetitas nuevas y vivas que no sé identificar. Ella dice que son un cóleo y un cactus, y yo admito al primero como un molino y al segundo como un gigante, por lo lacio de la hoja. En cualquier caso, no voy a contradecirle. Como otras veces allí, me acordé de aquella población vegetal que había en los balcones, pasillos y patios de las tres casas en las que vivimos, y contemplaba esas dos pequeñas muestras como un vestigio de aquello que hoy resultaría difícilmente sostenible. Mi madre el otro día se llevó al regazo dos veces la macetita que está sobre la mesa camilla y tocó con el dedo la tierra para comprobar su nivel de humedad. También intentó ponerla en el suelo al lado del cóleo para así contemplar ambas plantas a la luz exterior y a sus pies. Quizá fuese su manera de decirme que hay otros seres dependientes, de sentirse útil. Quizá.

sábado, septiembre 17, 2011

Babel Jodorowsky

Alejandro Jodorowsky es el invitado de Juan Pablo Silvestre en Mundo Babel, junto a Marianne Costa, su compañera y colaboradora durante años, coautora de su último libro Metagenealogía (Siruela, 2011). La psicomagia, la psicoterapia y la psicogenealogía, entre las especialidades por las que es más conocido, serán las protagonistas en el siempre especial Mundo Babel, de Juan Pablo Silvestre, en Radio 3, que se emite cada sábado de 10 a 12 de la mañana.

jueves, septiembre 15, 2011

La vida que respira de Nicanor Vélez

Entre las presencias y las ausencias, la escritura. Podría ser un torpe titular para presentar lo que contiene este libro de poemas, La vida que respira (Valencia, Pre-Textos, 2011), de Nicanor Vélez (Medellín, Colombia, 1959), que publicó su primera obra poética, La memoria del tacto (2002), aquí en Extremadura, en los Libros del Oeste, por el afán —me consta— de Ángel Campos Pámpano, a quien encuentro de nuevo en el poema "Silencio", escrito en su día para él, y dedicado también ahora a Paula, a Ángela y a Javier Fernández de Molina. Lo dice la hoja de "Destinatarios", puesta al final, que informa también de que se trata de un libro escrito entre 2000 y 2010, un tiempo que, de no explicitarse, cabría deducir por el argumento de la obra. Esta línea argumental parte de la vida y llega hasta la muerte. No es ninguna novedad, se me dirá; pero, a estas alturas, nadie se sorprenderá por una nueva variante gustosa sobre lo mismo que se materializa en un libro de gran calidad, con registros diversos y con los indicios precisos para concluir que su autor ha pensado, y mucho, en la poesía, como lector y como creador. Es Nicanor Vélez uno de los más competentes responsables —ahora más— de la difusión con rigor de la poesía en español del siglo XX, como poco. La vida que respira es un poemario en tres partes que apuesta desde su título, que es el de su primer poema, por la vida; quizá porque luego el libro se tiñe de un tono elegíaco muy poderoso y sentido y el poeta cree que hay que compensarlo con esta afirmación por encima de todo. Y quizá también por esa afirmación del presente que conlleva, ya que la vida que respira, mañana, dentro de un rato, puede dejar de respirar. A pesar de todo, su lectura, no sé si por esa sugestión del respirar del título, no ha provocado ninguna sensación sombría en este lector, al que no faltan ejemplos para demostrar en clase —soy profesor—, o, al menos, para responder a preguntas positivistas, que el poema puede sustentarse sin necesidad de claves biográficas aparentemente iluminadoras. No me faltan ejemplos, claro; pero agradezco que en una nueva lectura de hoy me surjan lugares a los que acudir, como aquí, con poemas de las partes segunda y tercera de este libro tan sugerente. La parte central parece un paréntesis hondamente reflexivo sobre el hecho poético —rodeado de los hechos vitales de la vida y la muerte, del tacto y del vacío—; pero paréntesis no como suspensión, sino como inciso con mucha significación. Pido disculpas por decir tan poco y tan mal; pero me ha salido así tras la lectura gozosa de este libro, que, naturalmente, recomiendo.

lunes, septiembre 12, 2011

Rinaldo Froldi

© Fotografía de Esther Martínez Luna. Bolonia, junio de 2011
Por José Checa Beltrán, que me ha enviado copia de la necrología que publicó el sábado en el diario ABC, he conocido hoy la noticia de la muerte del hispanista italiano Rinaldo Froldi (Milán, 1924) el pasado miércoles día siete de este mes. En junio estuvimos con él en Bolonia. Tuvo la gentileza de pasarse por la sala en la que desarrollábamos las sesiones de nuestro Seminario sobre Lecturas europeas del legado español (1700-1808), en el que le homenajeamos. Allí, en su casa, en la sede de una de sus grandes contribuciones al dieciochismo, el Centro di Studi sul Settecento Spagnolo de la Universidad de Bolonia, fundado por él en 1981, vivimos un emotivo reencuentro. Estuvo en Cáceres en noviembre de 2004, en el simposio que organizamos con motivo de los doscientos cincuenta años del nacimiento de Juan Meléndez Valdés, el poeta illuminista al que dedicó algunos trabajos fundamentales de la bibliografía dieciochista, como su libro de 1967, que hace muchos años tuvo la gentileza de enviarme junto a un ejemplar de la revista Spicilegio Moderno, que codirigió en su departamento. Muy afectuoso, se deshacía en elogios por las atenciones que recibía, merecidamente. Una mañana, aquí, al lado de casa, en la plaza de San Juan, me confesó su felicidad por encontrar en el quiosco de la prensa el Corriere della sera con un día de retraso. Uno de sus últimos trabajos publicados ha sido un ensayo sobre las tragedias de Nicasio Álvarez de Cienfuegos, aparecido en el volumen 10 de los Cuadernos Dieciochistas, de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII a la que Rinaldo Froldi pertenecía. Descanse en paz.

viernes, septiembre 09, 2011

Otro apunte

Ya tengo Conversación.

martes, septiembre 06, 2011

Lección de Genética Textual

Lección magistral de Gonzalo Hidalgo Bayal en su blog.

sábado, septiembre 03, 2011

Sobre la educación en España

Produce estupor leer la dedicatoria que Pérez Galdós escribió en 1881 para su novela La desheredada y comprobar la vigencia que aún tienen su lamento y su deseo. Galdós, tras referirse a las "dolencias sociales" que acarrea la falta de "reconstituyentes" como la Aritmética, la Lógica, la Moral y el Sentido común, y llamar "curanderos y droguistas" a políticos y filósofos, que nos "recetan uno y otro día", dedica su novela a los "verdaderos médicos" que pueden sanarnos: a los maestros de escuela. Pasan los años, las décadas y se suceden los gobiernos, y la educación sigue siendo la grave asignatura pendiente de nuestro país, de esta sociedad enferma. No hay ninguna tentativa de reforma seria, que implique una aportación presupuestaria de carácter extraordinario —de emergencia— y una conciencia social de trascendencia histórica sobre la educación como base para el progreso de un país. Lejos de esto, se recortan gastos, equiparándolos a los derivados de un despilfarro delictivo o a los de áreas no prioritarias; y se propician situaciones de deficiencia con las que se atenta contra la calidad de la enseñanza y el ánimo de los profesores. Elevar la nota de corte para estudiar en la universidad española los títulos que conducen a ser maestro de escuela o profesor de secundaria no cuesta dinero. Reducir los recursos económicos,  materiales y humanos de la educación de un país no solo es un suicidio, sino una afrenta.

(El País, Cartas al director, sábado 3/9/2011, pág. 28)

jueves, septiembre 01, 2011

Septiembre

Primer día de septiembre. Aula 16. Como hace ya algunos años, por fortuna, recibo este mes y toda su estúpida parafernalia en un examen, en contacto con aquellos que dejé en junio y que dan tanto sentido a todo. Qué mejor sitio que el aula para pensar otra vez en la educación. Ahora que son tan malos tiempos. Por eso, quizá, he enviado una carta al periódico. Y, de eso, en el pasillo del aula 16 he hablado con un compañero, con Paco; sobre lo importante y sobre lo absurdo. En fin... Tengo a un estudiante checo trabajando sobre la narrativa de Jesús Alviz. Ya dije aquí que iba a decir sobre quién trabaja František, que así se llama mi alumno, como dije; y es un estudiante excelente. Viajé con él a Villafranca de los Barros hace unos meses para que conociese a Javier Cercas, porque también quiere estudiar el conjunto de la narrativa de autores extremeños. Lo conoció. Creo que disfrutó. Le gusta lo que hace. Y a mí. Me ha dicho que cuando le mostró a su profesor de literatura en la República Checa los textos de Alviz le dijo que cómo era posible que en España un escritor con esa manera de escribir no fuese más conocido. Primer día de septiembre. Ya estoy corrigiendo exámenes. Pocos.