viernes, abril 27, 2012

Partes de todo

El décimo número de la colección "La Biblioteca de Gulliver" de Ediciones Liliputienses que sostiene el poeta José María Cumbreño se distingue de sus hermanos por su formato. Menor. Es un comparativo solo admisible por ese aspecto formal, claro. Porque solo cabría otro. Mayor. No he logrado averiguar las razones del cambio. Si se trata de un contrapunto, a los que nos tiene acostumbrados Cumbreño; si es un cambio formal más en una colección que comenzó muy manualmente tachonada; o si la razón de todo es Irene, cuyo quinto cumpleaños coincide con la fecha del colofón: 17 de abril de 2012. Lo cierto es que esta décima entrega de unas ediciones liliputienses cada vez más grandes —la más pequeña entre todas— es inmensa. Y en este caso es fácil averiguar las razones del cambio. Basta con abrir estas Partes de todo del escritor y profesor uruguayo Rafael Courtoisie. No voy a teorizar sobre un supuesto concepto de poesía del ser o sobre ontología poética; pero lo que he leído es poesía del ser, es decir, reflexiva, afirmativa del conocimiento o hacia el conocimiento, ensayística, sin duda. Desde "Razón de ser (I)", el primer texto, hasta el último ("El objeto del sentido"), uno no para de leer de una manera alertada y receptiva, agradecida también por la casi inapreciable variedad con la que se muestra esta firme indagación sobre ser y lenguaje: prosa, poema, aforismo, minimalismo poético... Y por esas casualidades que la vida tiene, conocí a Courtoisie —él no a mí— en una ciudad extremeña como Alcántara en un encuentro sobre Juan Carlos Onetti. Ahí es nada. Antes de estas Partes de todo, había leído de Rafael Courtoisie un brevísimo relato sugerido por aquel encuentro onettiano junto al puente. Qué cosas.

miércoles, abril 25, 2012

Elogio de la lectura

Hasta hoy no he leído el elogio de la lectura de este año que, si no estoy confundido, viene publicando desde 2002 —cuando lo escribió el poeta Álvaro Valverde (Elogio de los libros)— el Plan de Fomento de la Lectura en Extremadura. Este año ha sido el escritor, dibujante y editor Javier Alcaíns, y se nota. Porque su texto, publicado con la tipografía de Ibarra, Inventario del infinito, es un recorrido de devoto por algunos de los más eminentes libros ilustrados, los reales, y los imaginables, como en el inventario del infinito realizado por Jorge Luis Borges en El Aleph, otra de las devociones de Alcaíns.

martes, abril 24, 2012

Anti-Parra

Ayer seguí en directo por televisión la entrega del Premio Cervantes de su abuelo al nieto de Nicanor Parra. A primeros de este año, en la Universidad de Alcalá de Henares, una simpática guía encargada de mostrar a un grupo de turistas la fachada, los patios y el paraninfo complutenses nos dijo en su explicación que para que el premio fuese válido era condición sine qua non que el premiado lo recogiese en el acto solemne, que bajo ningún concepto podría excusar su inasistencia y que esa obligación motivó el único caso de premio ex aequo, a Gerardo Diego y Jorge Luis Borges en 1979, ya que se temía que uno de ellos, creo que dijo Diego, que había sufrido una aguda crisis de salud, no podría recoger el galardón. Se recuperó don Gerardo, y tuvieron que dar el premio a los dos. Como no somos de esos turistas molestos que aprovechan la mínima para enmendar la plana al funcionario de turno, no dijimos nada. Y ayer me acordé de aquella visita y de aquella guía de Alcalá, que estaría pensando en la imagen de ese muchacho de diecinueve años que recogía el premio concedido a su abuelo Nicanor, en un paraninfo con otra notable ausencia real y en el que ayer fue casi todo extraño y tuvo un aire de rebeldía inopinada. Hasta los discursos de los que leyeron lo que no habían escrito sonaron peor, a pesar de que los textos no eran malos. La cara y la actitud de Esperanza Aguirre eran todo un poema-anti de la que se pregunta quién demonios habrá premiado a un autor así. Un poeta que ni siquiera ha escrito el discurso que tenía que leer, que pide prórroga —y volví a acordarme de la guía de Alcalá—, y que yo creo que no va a terminar nunca de escribir, ni el "discurso medianamente plausible" ni el libro por el que se considera acreedor al premio. Ayer no me pareció el paraninfo de la Universidad de Alcalá el mejor lugar para escuchar los versos de alguien tan contestón y procaz, tan artista, como Nicanor Parra, delante de autoridades que no le habrían premiado. Me acordé de la simpática guía de Alcalá de Henares, del anti-discurso de Nicanor Parra, el Individuo, tan hereje como Sabelius, y de que en Cáceres hay un café-bar muy inquieto, que solo está vacío cuando vamos nosotros, y que puede resultar un simpático y acogedor rincón de cualquier poema y anti-poema del chileno. Se llama Parrápolis.

lunes, abril 23, 2012

Santiago Castelo en Letras

© HOY
Mañana martes, 24 de abril, en el acto con motivo de la celebración de la festividad del patrón de Filosofía y Letras, San Isidoro —el 26 de abril, que hace no lectivo el viernes 27—, José Miguel Santiago Castelo dirá la conferencia "Memorial de una presencia". El autor de aquel libro Memorial de ausencias que fuera Premio Fastenrath de la Real Academia Española en 1982 hará cumplir, sin duda, con dos de los tradicionales fines de este acto; a saber, la convivencia con una personalidad ilustre y la defensa de las humanidades. Será mañana martes, a las 12:00 horas, en el paraninfo de la Facultad en un acto abierto al público.

viernes, abril 20, 2012

Antonio Gómez discursivo

A este libro de poemas de Antonio Gómez, Todas las islas lejos, le ha correspondido la letra C de la colección "Luna de poniente" de la editorial de Mérida De la luna libros. Esperaba uno esta entrega con crecido interés por cómo plasmaría el fotógrafo Pedro Gato en la cubierta el rostro curtido y sereno del artista. No defrauda por fuera, para nada. Tampoco por dentro. Me resulta muy difícil disociar la obra experimental y visual de Antonio y su poesía escrita, como la llama Álvaro Valverde. A fuer de su defensa, el autor ha tenido siempre presentes por igual lo visual y lo discursivo. De hecho, el propio Antonio Gómez ha convertido libros de poemas convencionales en poemas-objetos, como Desata el nudo que te ata (1 y 2) o el espléndido Paso a paso voy dando fin a mi propio entierro. Este libro de Todas las islas lejos es un conjunto de treinta y seis poemas de variada extensión, pero entre tres y diecisiete versos; o sea, nunca más allá de la página, y, por consiguiente, visibles de un golpe. Como siempre, podría decir, porque así ha sido en libros como Caminar por caminar cansa (Badajoz, Col. Alcazaba, 1999) o Cruce de caminos (Gerona, Luces de Gálibo, 2009). Parece un significativo indicio del poeta visual que es Antonio. El título del libro proviene del poema que comienza “Apenas orilla”, en el que se leen estos versos: “La noche sin estrellas, / los faros ciegos / y todas las islas lejos.” Es un texto que remite a la noción de naufragio, del naufragio de una vida en la que “sobrevivir es la costumbre”, que es el final del poema. Curiosamente, casi en el centro de esta obra que contiene sus buenas dosis de desolación y de protesta, de conciencia de opresión y falta de libertad como de conciencia de lo pasado para asumir el porvenir; y que se aferra, en fin, a buscar luces y aspirar a ser feliz, aunque sea cerrando los ojos para volar. Un libro muy sugerente en su parquedad y grande en su humildad; como su autor.

miércoles, abril 18, 2012

El Paraíso posible de Pilar Galán

Mañana jueves, día 19 de abril, se presenta el nuevo libro de cuentos de Pilar Galán Paraíso posible (Mérida, De la luna libros, 2012). Será en el salón de actos del Instituto de E.S. "Hernández Pacheco" de Cáceres, a las ocho y media de la tarde. Aunque autora de varias novelas, todas publicadas con el mismo sello editorial de De la luna libros, se ha movido siempre con extraordinaria soltura en el terreno del relato breve y muy breve, al que vuelve ahora tras sus Grandes superficies (2010), una novela significativamente divisible en escenas y cuadros con título. Como sus supuestas obras de teatro o para teatro (Los pasos de la piedra), que son casi relatos dialogados. Así es el afán narrativo de Pilar, que retoma la distancia corta para decirnos que quedan por contar paraísos posibles y que hay que hacerlo desde el lado "de los sueños, nunca de las sombras", como dice en el texto de cubierta. Y donde dice "sombras" yo leo oscuridad, seriedad y espesura; y donde dice "sueños" leo humor, ironía, fantasía de lo cotidiano. Y en los treinta y un textos de Paraíso posible lo vierte Pilar. Bueno, yo diría treinta y la dedicatoria, pues no otra cosa parece ser "Gormitti", dedicado a su hijo Alfonso, pórtico de todo, y de los treinta relatos redondos que le siguen. Y para todos los gustos. Breves ("La invasión de los portugueses", "Vae victis"), muy breves ("Pereza de armario"), muy breves y muy buenos ("Qué poquita gente normal vamos quedando") y brevísimos ("Madrugadas I", "Preliminares", "Despedida"). En tercera persona ("TQ 1WEBO", "Pereza de armario"), en primera persona ("Todos los viernes"), en primera para una segunda ("Ave Fénix"), en primera masculina ("El mundo en siete días", "Hércules"), en primera femenina ("El fin del mundo", "La princesa destronada"), en primera línea de playa ("Primera línea de playa")... Crudos ("El mundo en siete días"), metalingüísticos-galanianos ("La oveja bala"), realistas-crudos ("Buenos propósitos") y en 3-D, en términos reales ("Finales posibles"). Lo dicho, mañana a las ocho y media de la tarde en el "Pacheco".

martes, abril 17, 2012

Aníbal Núñez

La Diputación Provincial de Salamanca, en su serie de Autores Salmantinos, ha publicado, bajo el cuidado de Aníbal Lozano, esta edición de dos obras muy significativas de Aníbal Núñez, Figura en un paisaje y 'Gormaz a sangre y fuego' (Salamanca, Ediciones Diputación de Salamanca -Serie "Autores Salmantinos", núm. 50-, 2012). Ya habló de ello en su blog Álvaro Valverde. Yo la leí en las pruebas en folios en blanco y negro que me dio Aníbal Lozano cuando estuve en Salamanca; y lo cuento porque mi primera impresión al recibir el libro hace unos días fue deslumbrante. Primero, por el descubrimiento del color de las pinturas de la primera parte —y algo de la segunda— de Figura en un paisaje: La Derelitta de Botticelli, Lorenzo Lotto, Durero, Altdorfer, Tiziano, Brueghel el Viejo, Velázquez... Y también por conocer las teselas de Gormaz a sangre y fuego, el poema que se ofrece en esta edición en un papel distinto, de color gris, con las ilustraciones del mismo Aníbal. Los dos títulos contienen experiencias de amistad, con Luis Javier Moreno (Figura en un paisaje) y con Tomás Sánchez Santiago (el poema compuesto en 1982 después de una visita al castillo de Gormaz), que es quien escribe un iluminativo prólogo ("Del más allá del ver") lleno de conocimiento del poeta y de su poesía. En marzo se cumplieron los veinticinco años de la muerte de Aníbal Núñez y esta edición es un recuerdo sentido, una espléndida conmemoración.

sábado, abril 14, 2012

14 de Abril

viernes, abril 13, 2012

El infinitivo independiente

La Nueva gramática de la lengua española recomienda evitar el uso del infinitivo independiente con los verbos decir, indicar, señalar, entre otros, en los contextos en los que se introduce alguna información dirigida a alguien, como en "Por último, decirles..." o "Añadir que...". Precisamente, el uso más extendido en la radio y en la televisión españolas, sobre todo en los programas informativos y de deportes, claro está. Lo que por la mañana se recomienda como deseable al entrevistar, por ejemplo, a un gramático; por la tarde se conculca con furor ignorante y cateto. O viceversa —en lo tocante a la mañana y a la tarde. Decenas de veces al día. ¡Ay!

miércoles, abril 11, 2012

A cántaros


© Enrique Cidoncha
Al volver de Zafra en el coche he venido escuchando en directo en Radio 3 la primera parte del concierto de Pablo Guerrero y algunos de sus muchos amigos en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid por el cuadragésimo cumpleaños de la canción A cántaros. Los comentaristas Fernando Íñiguez y Santiago Alcanda me han emocionado con una muy temprana grabación de la mítica canción; antes de la del Olympia de París, que es la que tuve durante muchos años en una cinta de casete. Al llegar a Cáceres he seguido escuchando la segunda parte de un concierto con tan extraordinarios músicos como Luis Mendo, Nacho Sáinz de Tejada, Santi Vallejo y Christian Pérez, y con las colaboraciones de algunos poetas espontáneos y cantantes fieles y allegados como Olga Román e Ismael Serrano. A distancia y a través de la radio se percibía la calidez del acto y la felicidad de Pablo Guerrero, que insistía en que no era un homenaje, sino un cumpleaños. Felicidades.

lunes, abril 09, 2012

Lunes de Pascua

© El Norte de Castilla
Lejos de Cáceres y de su fervor cercano, la Semana Santa es distinta. En Valladolid —día y medio— parece que la gente sale a la calle orgullosa de tener ese tesoro de imaginería sacra. En sitios como Cáceres el orgullo nace de la interpretación de algunas cofradías —manera sevillana, dicen algunos detractores—, del recogimiento legendario de otra, o del desvarío nocturno de una madrugada en la que lo que menos hay en los que van y vienen dando voces a las cinco de la mañana es respeto por los que están durmiendo. Allí, en Valladolid, uno convalida toda la vida pública sacra y penitencial que le quede. Por poner un ejemplo, el viernes salieron en la General casi treinta y dos pasos. No todos; por culpa de la lluvia, que, al menos, respetó a casi todas las cofradías. Las vimos desfilar en tres sitios distintos y distantes. Mucho frío. Y el sábado fue lo mejor; la mejor expresión del museo en la calle que parece emblema de la Semana Santa de Valladolid. El Cristo Yacente de Gregorio Fernández, trasladado hasta la iglesia-museo de San Joaquín y Santa Ana. Un prodigio de talla de un cuerpo desnudo protegido por un diminuto paño de pureza. Una interpretación en el siglo XVII de la imagen de Cristo que hoy no tolerarían los advenedizos adalides del pensamiento católico ultramontano. Puro teatro; del bueno. Representación callejera de general fascinación. Como en Cáceres; pero de otra escuela, otra compañía.

viernes, abril 06, 2012

Arrugas

Julia me ha prestado Arrugas (Bilbao, Astiberri Ediciones), la novela gráfica de Paco Roca, Premio Nacional de Cómic en 2008, que le han regalado sus amigos por su cumpleaños. Fue también Premio Gran Guinigi en el Festival de Lucca, y en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona 2008, y Premio a la mejor historieta española del Diario de Avisos de Tenerife en 2008. Sobre ella se ha hecho la película homónima dirigida por Ignacio Ferreras y estrenada en enero de este año. Su lectura conmueve. Por la historia que cuenta, la de Emilio, internado en un geriátrico con principio de alzheimer, y su amistad con Miguel, su compañero de habitación. Está muy bien dibujada; pero, sobre todo, está muy bien contada con los dibujos, sobre todo, con los dibujos, pues de eso se trata. Las escenas mudas, el óvalo de la cara sin rasgos, sin nada, del Miguel visto por Emilio, la última escena con el ascensor y el perro... Conmueve porque nos presenta una circunstancia muy real, triste y reparable. Tan real que uno puede personalizarla, y, entonces, no solo conmueve, sino que emociona e impresiona. Porque en las viñetas de Paco Roca he visto a mi madre, que estuvo un mes en una residencia sin que pasara un día sin la compañía de su familia; pero que sintió, seguro, esos vacíos que se palpan en los dibujos de este libro; porque he visto escenas calcadas a la realidad de un atasco de sillas de ruedas frente a la puerta de un ascensor o de una mano que tira de tu manga para suplicar algo, como el que se aferra a un salvavidas. En fin, otra manera de leer y conmoverse; y recordar lo que de verdad importa. Julia leyó un cómic, se acordó de su abuela y se lo prestó a su padre.

miércoles, abril 04, 2012

Con Javier Fernández de Molina

Ayer disfruté en Badajoz en la inauguración de la exposición Nihil prius de Javier Fernández de Molina en la Diputación Provincial. Por el abrazo y conversación con muchos amigos. Y por haber vuelto a sentir ese significado de la pintura de Javier que está siempre tras el lienzo, y que es la vida, el trato humano, las relaciones con los otros y con lo otro. También en términos artísticos, pues la obra de Fernández de Molina no puede quedar disociada de la palabra —presente en el catálogo en la de José-Miguel Ullán y su poema "Un puente"—, de la imagen fotográfica —la de Ceferino López —en el taller del artista— o de la música —la de Gecko Turner y Gene García ayer por la noche en la inauguración. Allí, el goce con la contemplación de esta efusión, que es como yo interpreto la actual propuesta de Javier. Es decir, efusión como desparrame de colores —bulería visual la llama Ceferino— y efusión como expansión de los afectos; contenida por la sutileza del ademán figurativo de unas flores, de un jarrón, unas bailarinas, un frutero, un libro..., como signos de vida. No lo veo en el catálogo; pero al entrar en la sala de exposiciones de la calle del Obispo hay un cuadro que recibe al visitante y que parece la ilustración para un cartel de alguna reunión de notarios o cosa parecida. Por eso el Nihil prius y el Nada antes como título interior en el catálogo, que remiten al lema notarial Nihil prius fide (Nada antes que la fe). Yo no sé nada; pero es como el origen de todo. Como si el antes de preferencia renunciase a su término de comparación —la fe pública— y se quedase en un antes temporal —y más de andar por casa— que inaugura y recibe una nueva etapa. Y luego está Ángela, a quien va dedicado todo; más allá del lienzo.

lunes, abril 02, 2012

De Javier Fernández de Molina

Mañana martes 3 de abril, a las 20:00 horas, en la Sala de Exposiciones de la Diputación Provincial de Badajoz (C/ Obispo San Juan de Ribera, 6) inaugura Javier Fernández de Molina una nueva exposición de su obra. Bajo el notarial título de Nihil prius, y acompañado por José-Miguel Ullán y Ceferino López.

Javier Lostalé y Marta Agudo

La lectura de la reseña que Javier Lostalé ha escrito en el número de marzo de la revista Mercurio sobre 28010 (Madrid, Editorial Calambur, 2011) de Marta Agudo me alegra; pero también me ha traído, así de pronto, el paso del tiempo. Hace casi un año justo que leí el libro. Buena cosa.

domingo, abril 01, 2012

La avería

Ayer fuimos al teatro. Hace casi un año que las primeras críticas tras el estreno de esta obra dirigida por Blanca Portillo anunciaban su gira por provincias. Estuvo en el Festival de Teatro y Danza Contemporáneos de Badajoz en noviembre del año pasado, y nos la perdimos; y ahora ha llegado a Cáceres, con Blanca Portillo, la directora, en el papel que antes había venido haciendo Emma Suárez. Nos pareció un espléndido montaje. Y al público en general, que nuevamente salió satisfecho del Gran Teatro, en otra de esas noches mágicas de teatro. Del teatro de siempre y del nuevo teatro; pues no seré yo el que ponga reparos al uso de medios técnicos —unos micrófonos— que favorecen la calidad del espectáculo sin falsear nada. La avería tiene toda la magia del buen teatro, el que sabe poner en pie con una buena dirección —Blanca Portillo— un texto pensado para la escena —el de la versión de Fernando Sansegundo— sobre el germen de un relato de Friedrich Dürrenmatt. Un prodigio, paso a paso, hasta lo de ayer; o sea, más de lo mismo: el teatro como medio para otra reflexión cabal sobre el análisis de nuestros propios actos. Lo dicho, un placer. También hace casi un año que las primeras críticas sobre esta propuesta pusieron reparos a otro de sus aciertos. Hay —decían— actores mayores en la escena española sobradamente buenos para hacer de personajes octogenarios sin necesidad de acudir a jóvenes actores ocultos bajo máscaras de látex: Daniel Grao, Fernando Soto, Asier Etxeandía, José Luis Torrijo; menos José Luis García-Pérez, el único sin máscara. A mí esto me parece uno de los grandes aciertos de este montaje. Es que se trata de eso. En primer lugar, de ofrecer una lección de teatro, de interpretación. Y, de paso, reforzar el significado de la obra en su juego entre la realidad y la ficción con este efecto maravilloso. En fin, que el perrito buscallaves que le regalé a mi hijo ayer no habría parado de ladrar con tanto aplauso.