© Foto: Rue des Archives/ Cordon Press
Pasa el tiempo. Hoy se cumplen treinta años de la muerte de Julio Cortázar en el Hospital de Saint Lazare de París, a los 69 años. Y es que también conmemoramos este 2014 el centenario de su nacimiento. Hacía diez días que había ingresado en el hospital y nadie esperaba que su enfermedad —leucemia— le aniquilara tan pronto, contaba la crónica del 13 de febrero de 1984 del ABC, que publicaba algunas reacciones rápidas de Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Miguel Delibes, Francisco Ayala, Onetti, Octavio Paz o Luis Rosales. Este blog siempre le rinde homenaje:
«Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo. Los valores, turas, la santidad, una tura, la sociedad, una tura, el amor, pura tura, la belleza, tura de turas. En uno de sus libros Morelli habla del napolitano que se pasó años sentado a la puerta de su casa mirando un tornillo en el suelo. Por la noche lo juntaba y lo ponía debajo del colchón. El tornillo fue primero risa, tomada de pelo, irritación comunal, junta de vecinos, signo de violación de los deberes cívicos, finalmente encogimiento de hombros, la paz, el tornillo fue la paz, nadie podía pasar por la calle sin mirar de reojo el tornillo y sentir que era la paz. » (Rayuela, del capítulo 73)
1 comentario:
Leí la noticia en un solo periódico (puede ser que haya aparecido en más pero no la vi reseñada). Cristina Peri Rossi afirmaba, días atrás, que la muerte de Julio Cortázar, el 12 de febrero de 1984, se debió al SIDA. En ningún momento hubo un diagnóstico de leucemia, como parecía ser público. En una estancia en no sé qué hospital, dice Peri Rossi (es notorio, creo que ella lo dice en algún lugar, que mantuvieron una relación Cristina y Julio), una transfusión de sangre contagió el SIDA a Julio que, a su vez, siempre según Peri Rossi, se lo contagió a su vez a Carol Dunlop. Me hago eco de sus declaraciones que sólo leí en La Voz de Galicia. Supongo que no será eso que llaman hoax o cómo demonios se denomine actualmente al bulo.
José María Pérez Álvarez
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