Julia me ha enviado hoy la segunda entrega de Superíndice, un podcast ideado junto a su amigo David que están subiendo a la plataforma Spotify. Lo anuncian como una conversación sobre libros y asuntos como política, feminismo, movimientos LGTBIAQ+, sociología, semiótica…, «entre amigos que no son expertos de nada. Sin pretensiones, pero con muchas ganas de compartir y alargar el disfrute de nuestras lecturas». He gozado y aprendido mucho de las dos primeras sesiones, de aproximadamente una hora de duración, en cada una de las que uno de los dos ha ejercido de portavoz-lector, por así decir, y ha compartido con el otro las impresiones sobre un libro que es la excusa para tratar sobre temas diversos y de actualidad. Por mi trabajo gustoso, suelo tener contacto renovado cada curso con muchos jóvenes que me muestran casi siempre la parte más creativa y edificante de su mundo. Y también es verdad que en alguna de las escasas veces que voy en bus al campus he escuchado hablar a estudiantes de muy diferentes carreras sin dar crédito, espantado por el modo de expresarse, por la pobreza léxica y por los asuntos de interés; pero me gana lo que veo en las personas jóvenes más cercanas. Mis hijos, por ejemplo. Me quedo como bobo cuando escucho hablar a Pedro, o a mi sobrino Juan, que son el resultado de una buena educación basada en unos valores de tolerancia y de convicción sobre el significado de la sensibilidad que a ratos estoy convencido de que no van a perderse en las generaciones venideras. David y Julia son también un ejemplo de ello. Y a los hechos de estas dos entregas de Superíndice remito. El primero de los podcasts lo dedicaron a la lectura que él hizo de un ensayo del filósofo esloveno Slavoj Žižek (1949), Pandemia. La covid-19 estremece al mundo (Traducción de Damián Alou. Barcelona, Anagrama. Nuevos Cuadernos Anagrama, 2020), y me gustó mucho, a pesar de que se les notó algo la inquietud al lanzar lo que no sabían cómo iba a funcionar. Pero lo de hoy —lo grabaron hace días— me ha parecido como la continuación de una conversación después de años de experiencia de dos lectores que se llevan muy bien y que tienen muchas afinidades. Por la naturalidad, por la frescura, por la inteligencia, por la simpatía y la racionalidad cuando abordan algún asunto espinoso (¿espinoso?) como el lenguaje inclusivo. Esta segunda entrega la ha sostenido Julia con su lectura de la norteamericana Rebecca Solnit (1961), de su libro, del que parece que no hay aún traducción al español, Whose Story Is This? Old Conflicts, New Chapters. (Chicago, Haymarket Books, 2019). En palabras de Julia, un ensayo sobre quién tiene el poder de hacer la historia, de quién es, como sugiere el título, y sobre movimientos colectivos que intentan cambiar el estado de las cosas y que ponen de manifiesto —lo apostilla David a propósito de algo referido también a Rebecca Solnit— la colisión que hay entre la sociedad civil y la autoridad institucional que no resuelve lo que la primera se afana en subvertir o reparar. He pasado tan buen rato de este agosto que por momentos he tenido la frustración de no poder intervenir en la conversación. Bueno, los tengo cerca y puede ser fácil propiciar una ocasión de intercambio. Por ahora, me conformaré con comentar a posteriori el mucho placer que he sentido escuchándolos.
viernes, agosto 21, 2020
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1 comentario:
Ay ¡Nuestra primera reseña! ¡Qué maravilla! Y si has sentido la frustración de querer participar en la conversación, entonces está ya vendido ¡Bienvenido al mundo de los podcast!
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