martes, agosto 25, 2015

Sierra de Gata


Hoy hemos cruzado en coche la Sierra de Gata mi hijo Pedro y yo. Hemos podido comprobar los estragos del incendio que comenzó el 6 de agosto y que tuvo en vilo a toda la comarca durante varios días. Si estremece ahora ver la señalización de la carretera quemada por el fuego y todo calcinado, imagino lo pavoroso de aquellos momentos. Nos hemos preguntado cómo una estación de servicio como «La Fatela», a pocos kilómetros de Perales del Puerto, ha podido quedar circundada por terreno quemado. A más devastación, más incredulidad, más incomprensión sobre las causas. Es muy difícil comprender al que quema intencionadamente el bosque o a quien arroja una colilla a sabiendas —eso siempre se hace a sabiendas— mientras conduce; pero más difícil es asimilar que hay leyes y normas de autoridad que no ayudan a evitar estas barbaridades, por no decir que las fomentan. Lamentablemente, no ha sido la primera vez ni será la última; y por esto uno puede llegar a llorar por dentro. Quiero que no sean necesarias las lágrimas de todos para apagar las llamas de unos pocos desalmados. Y no acabo de convencerme de que estas líneas que aquí escribo tengan sentido.

1 comentario:

JOSE LUIS dijo...

Por si fuera interesante o de utilidad para ti o para los lectores de tu web, tengo publicado el blog http://plantararboles.blogspot.com
Un manual sencillo para que los amantes de la naturaleza podamos reforestar, casi sobre la marcha, sembrando las semillas que producen los árboles y arbustos autóctonos de nuestra propia región.
Salud, José Luis Sáez Sáez. lopezmanero@hotmail.com