martes, agosto 24, 2010

Cartilla republicana, en Zafra

"¿Qué significa la palabra Rey?
El derecho, el privilegio exclusivo de un hombre dedicado a sostener el derecho y el privilegio exclusivo de unos cuantos, sobre los legítimos derechos de los más.
¿Quién es el Rey?
Es un ser que reasume en sí, por una absurda e incomprensible depradación [sic], la soberanía del pueblo" […]
Así comienza la "Introducción" de esta Cartilla histórico política. El Rey, el poder absoluto de un hombre y la República, de Francisco Moreno, editada en Zafra, en la Imprenta de Juan Lima, en 1871. La difunde en una edición facsimilar el Centro de Estudios del Estado de Feria y el Museo de Santa Clara de Zafra con motivo de la fiesta cultural De la luna al fuego en su pasada edición de junio de este año y dentro de un encomiable programa de publicaciones que rescata diversos documentos relacionados con la historia de Zafra. Dice mi hermano José María Lama, autor del breve y dos veces bueno estudio preliminar que sirve de presentación al texto, que la más evidente vinculación con Zafra de este "librito" es su pie de imprenta, ya que hay dudas sobre la identidad de Francisco Moreno, el autor; si era de Zafra. Sólo consta que un Francisco Moreno García perteneció a la corporación municipal como concejal republicano en 1871. El caso es que este "tosco republicano", como se autodenomina, hace una contundente apología de la república; pero singularmente desde una firme convicción religiosa, que hace pagano el gobierno absoluto y cristiana la justicia social. Texto menor en la producción literaria del republicanismo español, como dice Josemari, pero revelador en una ciudad que se significó como un importante núcleo del republicanismo extremeño. Me da rabia que esté tan mal editado este modesto y oportuno facsímil. Editar mejor no es editar más caro, y nada cuesta esmerarse y no llamar la atención por haber sacado a la calle algo mal hecho. Lástima. El opúsculo consta de sesenta páginas y se reproduce facsimilarmente, como ya se sabe. Así que los errores y torpezas se concentran en las ocho páginas que se anteponen. Hasta en el interior de cubierta, en donde se puede leer "ISBN: En trámite." Nada cuesta ponerle una portada al libro; nada cuesta ser más generoso con los márgenes para que la página respire; nada poner cursivas en los títulos y en los muchos avisos sic que el presentador usa cuando hace citas literales, en muchos casos sin marcar y que hacen casi ilegible el texto; nada cuesta, pues, evitar estas erratas —varias en cada página. Lástima.

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