Primer día de marzo. Pongo orden en una casa que ahora parece de mejor familia, aunque sigue con polvo que quitar y con libros por colocar. Casi sin tiempo de acusar recibo, y menos de escribir nada sobre lo mucho que se ha acumulado en este inmenso vórtice de entropía, que diría Sheldon Cooper. A mi derecha, una pila de libros me dice en horizontal, al derecho y al revés, lo que ya leí y lo mucho que me queda por leer. En blanco y en negro, hay dos lomos que me miran y en los que se leen el nombre y los apellidos de Federico García Lorca. Supongo que alguien ya estará ocupándose de contabilizar las consecuencias del paso a dominio público de la obra de Federico. Quizá los primeros sean los que hasta hace nada se han beneficiado de sus derechos y ahora se lamentan. Yo me alegro. Me alegro de que se puedan editar con respeto y rigor obras tan importantes y hasta hace poco tiempo tan intocables como Poeta en Nueva York o Diván del Tamarit. La editorial Sial Ediciones publicó Diván del Tamarit y Sonetos del amor oscuro, con un estudio introductorio y notas de Hilario Jiménez Gómez, y David Matías, en su proyecto editorial La Moderna ha puesto en circulación, ahí es nada, una nueva edición de Poeta en Nueva York. Más que buenas propuestas. Bien hechas. Con responsabilidad. La de David Matías es más editorial que filológica, aunque no pierde de vista el rigor de la referencia de Andrew Anderson, pues ofrece el texto completo del original ilustrado según diversos testimonios «que dan fe de la última voluntad documentada del poeta» (pág. 171), con dibujos de Lorca, fotografías de época y fotomontajes de Rocío Vicente que se acomodan con acierto a la estética de libro tan trascendente. La edición de Hilario Jiménez de Diván del Tamarit y Sonetos del amor oscuro, limpia también de notas, se acoge a la fidelidad al deseo del autor granadino y deja para las páginas de introducción una sugerente invitación a la lectura de estos versos que llevan acoplados unos anexos con textos muy bien escogidos que hacen de esto una edición única. Hilario Jiménez dedica su trabajo, además de a familiares cercanos, a la memoria de Gregorio Torres Nebrera, «maestro y amigo que me enseñó todo lo que sé de literatura». Así. Y es prueba de que, como David Matías, es un filólogo formado en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres. Y me agrada que ahora todo aquello dé frutos tan notables. Federico García Lorca, Poeta en Nueva York. Fotomontajes de Rocío Vicente. Dibujos del autor. Galisteo (Cáceres), La Moderna, 2018. Federico García Lorca, Diván del Tamarit. Sonetos del amor oscuro. Edición, introducción y notas de Hilario Jiménez Gómez. Madrid, Sial Ediciones (Col. Contrapunto, 80), 2018.
viernes, marzo 01, 2019
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