domingo, diciembre 31, 2017

Último día del año


Así. Así, así algunas tardes como esta del último día del año. Antes de prepararnos para pasar la noche con una cena especial. Otra vez el rito luego de tomar las uvas y sus supersticiones. Así he pasado estas tardes durante varios años releyendo algunas entradas de este blog con el mismo motivo del último día que toca un día como hoy. Antes de que existiese este soporte, hacía lo mismo con notas y cuadernos manuscritos. No hacía recuento; pero buscaba un recuerdo entre recuerdos, como una exaltación jubilosa de lo pasado —a pesar de los lutos, los fracasos, las pérdidas y las equivocaciones —, de lo que uno ha vencido al tiempo en su medida. Ahora estoy delante de esta pantalla escribiendo como si tuviese una necesidad en tan señalada noche. Qué tontería. Más de diez docenas de entradas de este blog en este año me avalan. Pero escribo. Con la banda sonora de los mensajes de felicitación que llegan, con tanto sentimiento, tantas faltas de ortografía, tanta falta de gusto a veces, y tanta buena voluntad. Feliz año nuevo. Y feliz disfrute de la lectura. De un «Elogio de la palabra» como el que escribió Juan Carlos Mestre: «Esta palabra no ha sido pronunciada contra los dioses, esta palabra y la sombra de esta palabra ha sido pronunciada ante el vacío, para una multitud que no existe. / Cuando la muerte acabe, la raíz de esta palabra y la hoja de esta palabra arderán en un bosque que otro fuego consume. / Lo que fue amado como cuerpo, lo escrito en la docilidad del árbol único, será consolación en un paisaje lejano. / Como la inmóvil mirada del pájaro ante la ballesta, así la palabra y la sombra de esa palabra aguardan su permanencia más allá de la revelación de la muerte. / Sólo el aire, únicamente lo que del aire al aire mismo trasmitimos como testamento de lo nombrado, permanecerá de nosotros. / La luz, la materia de esta palabra y el ruido de la sombra de esta palabra.». (De La poesía ha caído en desgracia, Visor Libros, 1992; y reedición en Calambur Editorial, 2014). La poesía sigue cayendo bien. Feliz año nuevo.

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