En 1916, Valle-Inclán fue invitado por el gobierno francés a visitar el frente de la Gran Guerra de 1914 a 1918. El escritor viajó a Francia, y fruto de su experiencia de dos meses fueron sus crónicas publicadas en El Imparcial y en Los Lunes de El Imparcial entre octubre de 1916 y febrero de 1917, que tituló Un día de guerra (Visión estelar). Pocos meses después, Valle publicó un libro de algo más de cien páginas titulado La Media Noche. Visión estelar de un momento de guerra, con colofón de 30 de junio de 1917. Esto era lo sabido, al menos, hasta hace casi diez años, cuando se conocieron los archivos personales de Valle-Inclán, y entre ellos, el cuaderno manuscrito —El Cuaderno de Francia— en el que el escritor fue anotando sus impresiones de viaje entre mayo y junio de 1916. Coincidiendo con el centenario de ese texto, Margarita Santos Zas, directora de la Cátedra Valle-Inclán de la Universidad de Santiago de Compostela, publicó la edición facsimilar Con el alba: El Cuaderno de Francia (1916). Manuscrito inédito de Ramón del Valle-Inclán. Facsímil (Santiago de Compostela, Biblioteca de la Cátedra Valle-Inclán, Universidade de Santiago, 2016). Ahora, esa misma Cátedra Valle-Inclán de la Universidad de Santiago de Compostela puede estar orgullosa por publicar, en esa colección, en su «Biblioteca», esta primorosa y excepcional edición de La Media Noche. Visión estelar de un momento de guerra, de Valle-Inclán, con un estudio y dossier genético y editorial elaborado por Bénédicte Vauthier (Universidad de Berna) y la ya citada Margarita Santos Zas (Universidad de Santiago de Compostela). La edición consiste en tres volúmenes estuchados en una caja que presentan las dos versiones del texto y el estudio y dossier genético y editorial de Vauthier y Santos Zas. Buena parte de lo que me gusta del trabajo que siempre hace Bénédicte Vauthier es su afán por desfacer entuertos filológicos y luchar sin violencias contra las tibiezas o los hibridismos editoriales. En este caso, se ha fijado en la fortuna editorial de Valle-Inclán bajo el sello de Espasa-Calpe, y, de paso, en la tradición de la crítica textual europea, entre la que la crítica alemana destaca, según se ve en el planteamiento de las editoras de este Valle-Inclán, y que, sin desmerecer el trabajo conjunto, contiene epígrafes como «Un necesario paréntesis teórico», incluido en el volumen del estudio (págs. 35-57) que es marca indubitable del hacer de una experta como la profesora Bénédicte Vauthier. Aquí hay un libro de doscientas páginas, con cuatro apéndices, el último de los cuales consiste en un DVD que contiene la transcripción diplomática y la edición facsimilar de los borradores autógrafos de Valle. El hecho editorial merece nota; pero el análisis genético y del contenido —y su contexto— de lo que escribió el autor es soberbio, y despierta un interés enorme por la relación que se establece entre la circunstancia de volar en un aeroplano militar sobre el campo de batalla y la «visión estelar» como propuesta estética de renovación de un escritor tan grande. Añado, a lo mucho y bien dicho por las autoras de este estudio, que la visión desde arriba, levantado en el aire, que informa los esperpentos valleinclanescos de los años veinte tiene aquí un precedente nada desdeñable. Este volumen de la «Biblioteca de la Cátedra Valle-Inclán» es, sin ninguna duda, un trabajo excelente que merece muchos más reconocimientos que esta modesta y torpe nota.
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