viernes, julio 28, 2017

Fin de curso

Al volver del paseo estos viernes vuelvo con mis monedas en una faltriquerita casi secreta que tiene el nuevo pantalón corto que elegí hace unas semanas en un pasillo de Eroski frente a unos sujetadores de señora. Me cuesta, no crean, de tan secreta, sacar las piezas para pagar mi ejemplar de El Cultural, de venta «conjunta e inseparable con El Mundo» y que me venden sin él. Antes venían pocos y algunos días me decía B. en el kiosco: «—Ya se lo ha llevado Liborio Barrera (*)». Hoy, bien temprano, me he llevado la que debe de ser la última entrega hasta septiembre. Lo dice en su sección «Mínima molestia» Ignacio Echevarría  —«esta última columna del curso»— con su viva recomendación de Huracán en Jamaica, la novela de Richard Hughes, que acaba de reeditar Alba Editorial. Ya sabía por Álvaro Valverde que incluía también tres nuevas reseñas suyas de sendos libros con poemas, el Cuaderno ruso de Alfonso Armada (Bartleby), El mundo se derrumba y tú escribes poemas, de Juan Cobos Wilkins (Fundación José Manuel Lara) y la edición de la académica Clara Janés de Las primeras poetisas en lengua castellana (Siruela), una ampliación y actualización de una antología que publicó Endymion en 1986. Ahora son cuarenta y tres poetisas, incluidas las extremeñas Luisa de Carvajal y Catalina Clara Ramírez de Guzmán. Otra afinidad trae este ejemplar de El Cultural, porque en la página 19 está la reseña que Pilar García Mouton ha escrito sobre un libro que tengo encima de mi mesa y estoy terminando de leer con especial disfrute: María Rosa Lida & Yakov Malkiel, Amor y filología. Correspondencias (1943-1948). Edición y prefacio de Miranda Lida. Prólogo de Francisco Rico (Barcelona, Acantilado, 2017). Que incluye la edición de las Cantigas de amigo de María Rosa Lida que da y comenta Francisco Rico, y las más de ciento treinta páginas de notas y comentarios a toda la correspondencia a cargo de Juan Miguel Valero. Finalmente, la página de cierre —salva sea la parte de la publicidad— trae el cuestionario a Cayetana Guillén Cuervo, que, nacida en Madrid en 1969, dice que «siendo muy niña» su padre puso en sus manos El péndulo de Foucault, de Umberto Eco, que se publicó en 1988. La «muy niña» tendría 19 añitos, digo yo. Pues nada, otros que cierran hasta septiembre. 


(*) Me gustan sus notas de diario Como aire africano (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2017). En estos últimos años no me había hablado tanto en ninguno de nuestros esporádicos encuentros.

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