domingo, enero 08, 2012
Probadas flores romanas
Se tarda en leerlas muy poco, el "espacio de dezir un Miserere o poco más", como recuerda Víctor Infantes (V.I.) para rematar su introducción, tomando la medida de una de las recetas —"Para fazer que los pelos caygan y buelvan"— de este grimorio o compendio de trucos, fórmulas mágicas y supercherías que acabó condenado en la letra de los Index inquisitoriales. Su cédula en esta nueva edición: Probadas flores romanas de famosos y doctos varones, compuestas para salud y reparo de los cuerpos humanos, y gentilezas de hombres de palacio y de crianza (c. 1512) recopiladas por Juan Agüero de Trasmiera. Prospecto y edición de Víctor Infantes. Madrid, Turpin Editores (Col. Los libros de Sansueña, 2), 2012. Yo creo que si en mis manos cayera mañana un trabajo de este tipo sin firma —me refiero al prospecto y a la edición, no al texto original—, sabría que el autor es Víctor Infantes (V.I.). Por varias razones. Lógicamente, por el descaro de rescatar textos tan singulares, tan bibliográficamente especiales. Vamos, que entre los que en el mundo pueden escribir sobre La Poncella de Francia y sobre la poesía visual de Antonio Gómez está V.I. También, por el modo –exhaustivo y riguroso— de abordar los asuntos, incluso por la expresión y la redacción, pues V.I. es de los que por fortuna hablan de sesudas cuestiones textuales mostrándose como se puede mostrar el que escribe sobre asuntos domésticos; quiero decir, que de pronto puede V.I. aludir a que le aprieta el zapato. Me gusta leer, por ejemplo, que "Hemos de confesar, humildemente (si así se requiere), que nos queda una espina crítica clavada". Se refiere V.I. a que no se puede saber cuál es la fuente original de la que Juan Agüero traduce, si es así, las supuestas Fiori romani que dan en estas Flores romanas probadas, gracias a V.I., por quien esto escribe. Diecisiete páginas curiosas; pero casi el doble de sentido estudio filológico sobre el texto de las flores y bio-bibliográfico sobre el tal Agüero. Importante. Lástima que en casa del herrero..., la puñetera hache que falta en las primeras líneas, y las erratas en 26, 30 y 41. Y eso que todo llega de Gráficas Almeida y con José Manuel Martín, siempre con V.I. El resultado: la recuperación de un texto curiosísimo y la expresión ejemplar de una manera de recuperarlo.
Publicado por Miguel A. Lama en domingo, enero 08, 2012
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