I
El carácter excepcional de una manifestación de ciudadanos como la promovida por Democracia Real, Ya!, que no pide el voto, es el mejor argumento para no intervenir por parte de la Junta Electoral. No debe ser prohibida.II
Una de las peticiones leídas en los carteles de la acampada en la Puerta del Sol es "Educación Digna Ya!!!". Su lectura me sume en el peor de los vaticinios sobre la efectividad de la protesta.III
Tan saludable movilización ciudadana, de dudosa articulación y de tan improbable efecto, como la promovida por Democracia Real, Ya! tiene otra virtud entre las suyas: su capacidad de desplazar de la ultraderecha o de la ultraizquierda antisistema el rechazo de los modos de la clase política. Que una crítica radical a la democracia no sea interpretada como involucionista, sino todo lo contrario, puede ser una consecuencia que habrá que celebrar.IV
Las palabras y las imágenes —por este orden— de los dirigentes políticos de todos los partidos en liza resultan patéticas, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda. Más razones para la protesta.II bis
Coda. Otro pronóstico desolador me traen las comparaciones odiosas con las masas en las calles acompañando a la roja de fútbol campeona del mundo en julio pasado.
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