Son muchas las páginas escritas por Miguel Casado de las que me he beneficiado como interesado en la poesía española contemporánea, en la obra de autores como Antonio Gamoneda, José-Miguel Ullán o Luis Feria, o como mero lector de poesía. En los últimos tres años, han sido numerosas las novedades que he conocido de primera mano de su trabajo, todas de extraordinario interés: en el otoño de 2023 apareció Deseo de realidad. Poesía reunida (Tusquets Editores. Nuevos textos sagrados), que juntaba en un único volumen sus libros de poemas desde 1986 hasta 2015, es decir La condición de pasajero, Inventario, Falso movimiento, La mujer automática, Tienda de fieltro y El sentimiento de la vista, toda su obra en verso, que aumentará pronto con una nueva entrega exenta en la misma colección. Un año después, nos dio a conocer a los lectores españoles la primera traducción de la poesía de la poeta china Liu Xia (Pekín, 1961) en la sugeridora antología Sillas vacías (Libros de la resistencia, 2024). Y este año 2025, esta primavera, ha salido Cosas contemporáneas. Ensayos sobre poesía (Libros de la resistencia), que es una compilación de sus trabajos críticos sobre poesía publicados —alguno inédito en español— en muy diferentes lugares entre 2008 y 2024, incluido el esclarecedor epílogo sobre la poesía de Xia que cerró aquella traducción. La componen también lecturas de nombres como César Vallejo, Roberto Bolaño, Tania Favela, Luis Feria, Claudio Rodríguez, Pedro Provencio, Mariano Peyrou o Gastão Cruz, cuyo poema de La moneda del tiempo, un libro que tradujo Miguel Casado en 2017 (Abada Editores), se toma como título del volumen («As aves de que sou contemporâneo / as árvores, os barcos que na ria / se movem ou se fixam sendo imagens / que simultaneamente brilham / em todos os momentos em que as vimos […]»). Además, en los primeros meses de este año se difundía otra obra de distinta índole de Miguel Casado, una nueva entrega de la sin par colección ideada por Gustavo Martín Garzo «De la belleza», que viene publicando Eolas Ediciones desde 2022. La belleza de la escritura (Eolas, 2024) hace el número 21 de una serie que se ha preguntado antes por lo bello de la infancia, de lo pequeño, del barrio o de la huella. La aproximación de Miguel Casado a la belleza de la escritura toma un poema de Carlos Piera («Ermitaño») para abrir y cerrar una reflexión articulada en la descomposición de los dos elementos del título y la suma que este propone: «De la belleza», «De la escritura» y «De la belleza de la escritura», rematadas por un listado de «Lecturas» que han servido para el conjunto. Como si el resultado dependiese de despejar las dos partes, los dos elementos. Por otro lado, la última sección es menor pero no menos significativa, pues «El que habla de la escritura la está leyendo» (pág. 27); de tal manera que la propuesta de Miguel Casado sobre la escritura es, sobre todo, una lectura. De una escogida selección de autores en la que están Arguedas, otra vez Vallejo, otra vez Gastão Cruz —ahora traducido: «Las aves de las que soy contemporáneo / los árboles, los barcos que por la ría / se mueven o se fijan como imágenes / que simultáneamente brillan / en todos los momentos en que las vimos». El breve recuento de la bibliografía de Casado de los últimos tres años cobra justificación por las páginas de este luminoso ensayo, porque en él están afectadas las facetas de poeta, de crítico, de lector y de traductor que son del autor. La escritura como acto y como habla está en todas, y desde todas esas dimensiones o actitudes cabe adentrarse en la reflexión sobre la belleza de la escritura que propone el libro. Que no es tanto la belleza sino la experiencia de la belleza que surge —verbo constitutivo— con la lectura de un texto, poético, por ejemplo. Tensión, instante, esencialidad o latigazo son síntomas que asoman en el recorrido por los fragmentos escogidos en el ensayo de Miguel Casado, que insiste en una idea de Émile Benveniste: «Todo hombre inventa su lengua y la inventa toda la vida. Y todos los hombres inventan su propia lengua en el instante y cada quien de manera distinta, y cada vez de modo nuevo. Dar a alguien los buenos días cada día de la vida es una reinvención cada vez». Insiste porque la recoge en la página 73 de su libro y la repite en su colofón. En tanto que acto de habla y de vida, La belleza de la escritura prolonga su huella mucho más allá de este simple comentario, y sigue aportando beneficios a este lector favorecido. Cómo se acomoda en esto la definición de 'escribir' que da María Moliner y que me ha recordado Andrés Neuman en su novela Hasta que empieza a brillar (Alfaguara, 2024): «Representar sonidos o expresiones con signos dibujados» (pág. 189). El pasado mes de abril, Miguel Casado habló sobre su libro en el programa de Fernando del Val Círculos concéntricos de Radio 5 y aquí puede oírse.
sábado, junio 28, 2025
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