miércoles, enero 08, 2025

Lecturas a poniente

 

La reunión de las reseñas de Álvaro Valverde publicadas en su blog desde marzo de 2006 —en que aparece una sobre Entre una sombra y otra, de Basilio Sánchez— hasta mayo de 2023 —cuando publica sobre El baile de los pájaros, también de Basilio Sánchez— es lo que ofrece este libro, Lecturas a poniente. Poesía en Extremadura (2005-2024) (Editora Regional de Extremadura —Col. Perspectivas, 14—, 2024), que viene a ser un complemento de aquel otro del mismo autor Porque olvido. Diario (2005-2019) (Editora Regional de Extremadura —Col. Perspectivas, 10), 2020), que recogía muchas de sus notas personales publicadas en el mismo sitio. Decir esto es decir poco, o, simplemente, limitarse a señalar el rasgo externo de este volumen de más de cuatrocientas cincuenta páginas. Es lo que daría una mera ficha de catálogo o un comentario de urgencia. Lo importante de esto no está tanto en los materiales —a fin de cuentas, ya conocidos y difundidos en su muy seguido blog—, sino en la construcción o montaje de un libro con su organización, sus partes e incluso sus retoques. De tal modo que a lo azaroso o circunstancial que pudo explicar en su día la escritura de un comentario sobre una novedad poética —su presentación pública, por ejemplo— se suma ahora una voluntad —sin intención canónica ni preceptiva, como Álvaro Valverde explica en su texto introductorio «In limine» (págs. 11-12)— de ordenar el objeto principal del libro como realidad literaria en un tramo temporal y, por consiguiente, un trozo de historia literaria: la poesía en Extremadura desde 2005 hasta 2024. Así, y prescindiendo del citado liminar como único texto escrito para esta edición y de un «Epílogo» (págs. 433-436) que recupera un artículo sobre la crítica en España aparecido en la revista Quimera en mayo de 2021, la obra se articula en tres partes: «Los libros», «Las antologías» y «Otros textos», lo que supone ya una manera de destacar algunas singularidades del panorama que se ha ido poblando precisamente de los hechos sobre los cuales ha fijado su mirada Álvaro Valverde a lo largo de los últimos dieciocho años. Aunque la intención es solo «hablar de libros», se impone inevitablemente la lista de autores, de modo que la sección «Los libros» se ordena alfabéticamente por apellidos, desde Javier Alcaíns hasta José Antonio Zambrano. En total, muchos, sesenta y cuatro. Y más los libros, unos ciento cincuenta, pues hay poeta —es el caso de Pureza Canelo— que tiene menciones a más de media docena de obras, incluyendo De traslación, que se ha despistado del «Índice bibliográfico» que da cuenta de los nombres y de los títulos recogidos en todo el volumen (págs. 437-446). Y aunque la fuente principal es el blog de Álvaro Valverde, como lo fue para Porque olvido, en la pensada factura de este recuento de años también hay reseñas y artículos publicados por su autor en revistas como Cuadernos hispanoamericanos, Turia, Suroeste, Nayagua, El Espejo, Quimera, El Cuaderno, suplementos como El Cultural, y periódicos como el diario Hoy. De todo se da noticia en otro de los complementos de estas páginas —y nueva prueba de su montaje de posproducción—, «Otras referencias bibliográficas» (págs. 449-451). Cuando apareció —ya en 1985— la antología Abierto al aire — a la que Álvaro Valverde dedicó una entrada en su blog en junio de 2016 (ahora en págs. 365-367)— algunos pensamos que se quedaban fuera de ella dos de las voces más relevantes de aquellos primeros pasos de la joven poesía de autores nacidos entre 1954 y 1966, las de los dos antólogos, que, afortunadamente, tardaron poco en despuntar en los años siguientes con libros importantes, como Las aguas detenidas (1989) y Una oculta razón (1991), que fue Premio Loewe, de Álvaro Valverde, o La ciudad blanca (1988) y Siquiera este refugio (1993) de Ángel Campos Pámpano. Por la misma razón autorial, Lecturas a poniente conlleva la carencia de que en la construcción de este pedazo de historia de la poesía en Extremadura no aparezcan hitos descollantes como algunas obras de Álvaro de estos últimos quince años, Desde fuera (2008) o Más allá, Tánger (2014), El cuarto del siroco (2018) o Sobre el azar del mapa (2023). Lógico; pero al lector no se le ha privado de una especie de confesión poética hecha como de tapadillo en un supuesto comentario sobre Andrés Trapiello —así figura en el índice— que resulta una jugosa reflexión sobre la presencia del campo en la poesía valverdiana (págs. 333-335). De distinta índole son otras lagunas del panorama poético que no pretende revisar ni componer el Álvaro Valverde autor de las entradas de su blog y, menos, el de su recomposición en este libro. Por ejemplo, las de autores de larga trayectoria como José Antonio Ramírez Lozano, Santos Domínguez o Diego Doncel, que han desarrollado una creación importante en el primer tercio del siglo XXI; o la de alguien casi invisible como Demetrio Meléndez Díez, cuya Poesía elemental publicó el sello de RIL editores Aerea en 2021, y cuya autoría corresponde al zafreño Francisco M. Muñoz, autor también de la estimable novela Doscientas veintisiete páginas (RIL editores, 2023). En orden también a ausencias o presencias, cabe aludir a otra marca de la posproducción que significa este libro de lo que fueron entradas en una bitácora: la exclusión del poemario de Fernando Pérez Fernández Término medio (Aerea, de RIL, 2023), de cuya aparición, sin embargo, Álvaro Valverde se hizo eco en su blog (19.01.2023), pero en un texto de un tono sentimental y evocativo de imborrables amistades en el que se posponía para una ocasión futura el comentario sobre los poemas. Un exquisito celo en la selección de los materiales de la tarea constante y llena de lucidez de Álvaro Valverde en todos estos años. Y que imagino ha ocupado al autor en la decisión final de incluir textos como los dedicados a Conversaciones y semblanzas de hispanistas, de Juan Manuel Rozas, y a José María Valverde (págs. 407-412 y 417-419, respectivamente), en los que ha pesado más el recuerdo en homenaje; o como —y aquí es menos justificable la inserción— «Una anécdota», sobre una lectura poética en Granada —invitación mediante de Antonio Carvajal— que no se celebró por razones laborales de Valverde, y que motiva la reflexión y la queja por las dificultades de conciliación de los escritores que son reclamados para estas actividades, y que activó un programa de becas que Álvaro Valverde menciona en esta breve nota publicada en su blog en enero de 2011. Se incluyen estos capítulos en la sección «Otros textos», en la que encuentran acomodo escritos de motivación y objeto diversos, como los premios literarios, el balance de un año poético (el «histórico» 2018), la «Plaga Lírica» placentina (Álex Chico, Víctor Martín Iglesias, Juan Francisco Fuentes, Víctor Peña Dacosta y José Manuel Chico Morales) o el muy recordado amigo Ángel Campos Pámpano en entradas que van de 2009 a 2022. Más explícita es la sección «Las antologías», en la que Valverde alude a ordenaciones selectivas del panorama publicadas en los últimos años, desde las «últimas voces» de Matriz desposeída (2013) o los «poetas emergentes» de Piedra de toque (2017), hasta los «poetas extremeños en el exilio» de Diáspora (2019), junto a otras muestras dadas en revistas o colecciones. Ya he apuntado que la voluntad de estas Lecturas a poniente no es historicista, y menos, canónica, por lo que resultará fútil tener en cuenta estas alusiones a menudencias o ausencias, más allá de tomarlas como modestas notas de situación sobre una realidad a la que remite el subtítulo —Poesía en Extremadura (2005-2024)—, y que se ha querido tener en cuenta en la programación de una presentación de este libro de Álvaro Valverde que tendrá lugar este viernes 10 de enero de 2025 en la Biblioteca Pública A. Rodríguez-Moñino/María Brey de Cáceres (19:30 horas), en la que tendré el gusto de participar junto a los escritores Sandra Benito, Jordi Doce y Luis Sáez Delgado bajo el rótulo «Panorama de la lírica extremeña en el primer cuarto de siglo». Pues, en efecto, lo que ha hecho el autor ha sido poner los ojos sobre una realidad y presentarla en la reelaboración de montar una obra nueva, unas notas hermanadas por su localización «a poniente», y es ahora cuando toca al lector, con el libro en la mano, sacar algunas conclusiones sobre el panorama de fondo. Y todas serán celebrativas.



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