En esta fotografía de Pilar Bacas Leal (Cáceres, 1950-2024), con ese ejemplar de uno de sus últimos libros —el último fue Un parque a las afueras. El Paseo Alto de Cáceres y sus alrededores (Cáceres Verde-Ateneo de Cáceres, 2024), presentado ya en su ausencia por Sara Fontán y Teresa Corcobado el pasado 27 de noviembre—, creo que se resume cumplidamente lo que se me muestra de ella en la hora de su muerte. En la instantánea que me prestan Jorge Rey, su autor, y el diario Hoy, que la publicó el pasado mes de marzo, está la mirada de Pilar, está su libro y están los ojos de esa niña de la cubierta. Miradas es un título idóneo para distinguir la actitud vital e intelectual de una mujer que se ha entregado a escudriñar sobre lo otro —siempre en una línea del tiempo, siempre como lección del pasado— para ofrecerlo a los demás, casi con un afán de servicio, como el que mira primero con la deleitación de quien descubre o con el placer redoblado del que revisita un lugar conocido, para regalar luego su mirada a los que leen. En la mirada de Pilar Bacas no hay más filtro que el sentimental, responsable de que lo que nos llega lo haga lleno de apasionamiento y cariño. Miraremos a Pilar Bacas, a la «profesora, escritora, divulgadora, activista, historiadora», escribí sin adjetivos, que surgen de manera natural a poco que se la evoque: «Luchadora y comprometida», la llama María José Castro; «libre e irrepetible», escribe Francis Acedo; «inteligente, intelectual, comprometida, feminista, ecologista, luchadora», detalla María Karmo, en Facebook, hoy mismo. Cáceres le debe todos los reconocimientos y homenajes, que estoy seguro irán llegando en forma de reafirmación de nuestra conciencia ciudadana, también del compromiso con la recuperación de la memoria y del patrimonio históricos, en recuerdo de su voz de guardia situada en enclaves tan queridos y reivindicados en sus escritos: El último bulevar (2015), sobre la avenida Virgen de la Montaña, Un bulevar en el oeste (2017), sobre el paseo de las Acacias, Un jardín en la plazuela (2019) de San Juan, El latido de una plaza (2021), que es la Plaza Mayor cacereña, y el ya mencionado «parque a las afueras». Nos quedan todas sus obras para revivir las miradas de Pilar Bacas; pero creo que hay un hecho totalizador y trascendental que resume la poderosa significación de su vocación humana y literaria: el legado de su fondo documental, personal y familiar, con todo el material con el que construyó sus investigaciones y trabajos, cuya entrega al Archivo de la Diputación Provincial de Cáceres se formalizó este pasado mes de noviembre. Ese es, en definitiva, el mejor reconocimiento que podemos hacerle, volver a conocerla, a frecuentarla, con tan loable preservación de su mirada amable y amiga. Descanse en paz.
lunes, diciembre 09, 2024
Las miradas de Pilar Bacas
© Jorge Rey. Hoy
Publicado por Miguel A. Lama en lunes, diciembre 09, 2024
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