lunes, septiembre 30, 2024

Perugia

No quiero dejar septiembre sin escribir sobre la novedad de despedir el mes en la fantástica ciudad de Perugia, en la Umbria, «la terra dell’universale», dice la presentación de una edición moderna que tengo a la vista —de diciembre de 2004— de la misma Guida del T.C.I. que compré en Pisa hace ahora tres años. El precedente con su testimonio de una veintena de anotaciones en este cuaderno puede tener algo que ver con cierta renuencia a escribir sobre esta vuelta. En cierto modo, a pesar de no estar agotado el tema de la vida en este sitio, la aprensión de redundancia empuja mucho y contiene la aspiración a poner en palabras lo que a uno le ocurre. La fascinación sentida en una ciudad como esta no dejó casi espacio al deseo de volver algún día, y ahora, hecho realidad el regreso, repito esa sensación diaria de entonces, por ejemplo, en la sala de un museo —pongamos el civico del Palazzo della Penna en la cercana Via Podiani—, de la certeza de que al día o a la semana siguiente podría volver para matizar lo visto. Es inevitable entonces compararse con el turista presuroso que he sido en otras ocasiones y es un deleite saber que es esta una manera de conocimiento muy especial. Quizá por esto, por el regalo de un tiempo aquí, no siento aquel impulso de dejar constancia. Hay mucha gente que no encuentra ningún sentido a hacer una fotografía de un monumento muy visitado sin que pose alguien delante de él. Para qué tener una imagen de algo que está mejor reproducido en los mejores sitios con una calidad extraordinaria, se preguntan. La instantánea solo tiene un valor si se personaliza, y entonces, dicen, no es el Taj Mahal, sino tú en el famosísimo mausoleo. Es posible que tardar en comprender esto sea el motivo por el que no he anotado hasta ahora que en mis primeras clases aquí volví a relacionar esta ciudad y sus calles imposibles con lo que leía: «El camino subía y bajaba: «Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para el que viene, baja». Juan Rulfo, Pedro Páramo. Perugia.

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