viernes, abril 23, 2021

De libros y de besos

«Sobre la falda tenía / el libro abierto; / en mi mejilla tocaban / sus rizos negros.» Así comienza la rima XXIX de Gustavo Adolfo Bécquer, que es la número 53 en el manuscrito del Libro de los gorriones. El poema tiene a los dos amantes muy juntos y en hondo silencio, tan juntos y tan en silencio, «que no se oía / más que el aliento, / que apresurado escapaba / del labio seco», hasta que los dos se volvieron a un tiempo, se miraron, «y sonó un beso». Sin embargo, la razón del poema y su significado están en el libro, creación de Dante, pues «era su Infierno». Y, sobre todo, en el verso del canto V que encabeza la rima becqueriana: «La bocca mi bacciò tutto tremante», y que proviene del episodio en el que Francesca de Rimini cuenta cómo Paolo la besó —todo él temblando— mientras ambos leían la historia de Lanzarote del Lago, justo cuando Lanzarote besa a Ginebra. Es la lectura y no el beso la que se impone en el magistral texto del sevillano en esta serie que parte de él, se refleja en el de Dante como el del florentino en el pasaje de la narración de la leyenda artúrica. Árbol de la literatura, espejo de espejos la lectura. Día del Libro. Un día acompañado por la banda sonora de la programación especial de Radio 3, que desde las siete de la mañana ha retransmitido —y retransmitirá hasta las ocho de la tarde— desde la sede del Instituto Cervantes de Madrid, en la que ha habido de todo, hasta un poema en castúo. Ay. Un día festivo en Cáceres —San Jorge— en el que he vuelto a pasar por el Gran Teatro y a escuchar la lectura pública del Quijote —y de otros textos— que desde hace mucho se organiza en la esquina de la calle San Antón en un día tan señalado como este, en el que, en circunstancias normales, habríamos visto la entrega del Premio Cervantes al poeta Francisco Brines. Por cierto, me ha llamado la atención que en estos días se haya celebrado el justo reconocimiento al autor de El otoño de las rosas con anuncios a toda página en la prensa nacional en los que se han destrozado poemas de Brines como «Reencuentro» centrando sus versos. Pena. Y felicidad en este día por las lecturas, por los textos, por los libros. Libros, muchos libros. Felicidad por recibir de alguien querido lo mejor: un libro. En un día como este es una fiesta que mi amiga —M. T.— se preocupase ayer de que me llegara hoy la novela de Leonardo Padura Como polvo en el viento (Tusquets). Un privilegio. Salud y lecturas. Y que suene un beso.

1 comentario:

Álvaro Valverde dijo...

Estupendo, Miguel Ángel. Me sumo a esa queja por la pésima edición de los poemas de Brines. Habrá sido el primero en lamentarlo. Abrazos.