Me atrevería a decir que lo mejor de la Feria del Libro que
se ha inaugurado hoy ya lo he vivido. He estado en la presentación de la obra de
Nuria Rodríguez Lázaro, Dios es azul.
Poesía y religión en la generación del 27. Luis Cernuda, Dámaso Alonso y Pedro
Salinas (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2015), en la que han
intervenido un siempre brillante Eduardo Moga como director de la ERE y la
autora, que ha sabido mostrar con amenidad y con rigor el propósito de su
interesante ensayo. Y, además, me he traído a casa Esa puta tan distinguida (Barcelona, Lumen, 2016), de Juan Marsé.
Qué ganas desde que salió la noticia de su publicación y aparecieron las
primeras reseñas. Y la crónica-entrevista de Carles Geli en El País en la que el periodista indicaba
que en la mesa del escritor —y puede verse en la fotografía de Consuelo
Bautista— reposaban unas galeradas de la novela recién publicada con una
veintena de marcas: «Son cosas que quiero retocar para la segunda edición»,
dice que comentó Juan Marsé. Es increíble lo de este hombre. Como lo es que
Cáceres tenga una Feria del Libro así. El programa es peor que el del año
pasado. Ni siquiera Cervantes está bien representado; y eso que para esta
edición había dónde elegir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario