Hace algo menos de dos meses que mi amigo Isidro Timón (Villanueva de la Vera, Cáceres, 1961) me pasó una copia de su novela Aquel día... Detroit, y me parece admirable que ya haya ejemplares en papel preparados para su presentación este jueves 18 de diciembre. La aventura tiene su sentido. Se trata de una novela corta por entregas que ha venido publicándose en la página web de la editorial Letras Cascabeleras durante los once últimos días de noviembre y que ha tenido varios centenares de lectores de muy diversos lugares. Aquel día... Detroit es un relato fragmentado en capítulos muy breves —entre las ocho líneas y las tres páginas— en serie decreciente —del 46 al 1— que conforman un conjunto de vidas entrelazadas en el espacio de una gran ciudad que de tal solo tiene el nombre. Cada uno de estos capítulos son secuencias o escenas, gente en acción —actividad cotidiana, más bien. ¿Por qué Detroit?, cabe preguntarse. Los lectores que hasta el momento ha tenido la novela son suficientes para satisfacer el afán de un autor que sabe que la mejor tarea a la que podemos dedicarnos mientras sobrevivimos es hacer amigos, como dice hoy en El País David Trueba. Si se hacen gracias a la literatura, mejor. Aparte de la amistad, lo mejor que me ha dado la mano creativa y emprendedora de Isidro Timón han sido los diálogos y su manera de comprender el acto teatral. Y derivados como el cine. Para mí, eso es lo que tendría que explotar Isidro; también en la novela, en esta novela. Y todavía nos queda conocer un relato entrañable y cercano, El sembrador de adoquines, de próxima publicación. Ya estoy escribiendo... Por el momento, Aquel día... Detroit se presenta este jueves, en el Hotel Alfonso IX (Calle Moret, 20 de Cáceres), a las 20:00 horas. En buena compañía.
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