miércoles, abril 16, 2014

Pasto de la aurora


La raquítica fortuna póstuma de Carlos Salomón (1923-1955), muerto un mes después de cumplir los treinta y dos años, engorda con esta estupenda edición del que fue su primer libro, inédito hasta hoy, Pasto de la aurora (Edición y estudio introductorio de Ángel L. Prieto de Paula. Barcelona, Anthropos Editorial y Fundación Gerardo Diego, 2014). El poco aireado nombre de este poeta ha estado siempre ligado al de la revista Proel y a algunos de los que estuvieron vinculados a ella, principalmente, los de los santanderinos José Luis Hidalgo y José Hierro; y sus reconocimientos han quedado circunscritos al ámbito de Cantabria, desde homenajes hasta rescates editoriales como el de su libro póstumo La brevedad del plazo (1995) o la publicación de su Obra poética en 2007. De todo ello da cuenta rigurosa y certera tan buen conocedor de la poesía española como Ángel Luis Prieto de Paula en la introducción de la edición de este libro que, cómo no, se hace realidad gracias a ese impresionante fondo que es el Centro de Documentación de la Poesía Española del Siglo XX de la Fundación Gerardo Diego. El poeta de Manual de espumas fue uno de los principales valedores de Salomón, y de su archivo personal proviene el original mecanoscrito —mecanuscrito en el texto del estudio— de este libro, Pasto de la aurora, que ahora se da a las prensas. Lo he leído con la avidez por lo nuevo, pues hasta el momento mi conocimiento de Salomón era lejano por de oídas. Y tan nuevo, ya que se trata de un libro nunca publicado y sobre el que no hay constancia de que su autor quisiese publicar. Al menos, no hubo expresión en contra. Por esto es una buena puerta de entrada a la poesía de Carlos Salomón, un breve libro que ofrece intensidad en la convicción creadora y en el anhelo erótico del que escribe y que muestra, como se encarga de avisar Prieto de Paula, atisbos de lo que luego será un sistema métrico mucho más hecho y característico. Los dos últimos versos del primer poema, «Las palabras», de una sección del libro tan culminante como «Lo maravilloso», encierran claves poéticas de peso: «Palabra, ¡oh, tú, verdad o música! / ¡Oh desnuda entre todas, muerte mía!». Hay que celebrar esta publicación. Y...

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