viernes, abril 11, 2014

Más vida a la vida


© Ramón Torrent
En El séptimo vicio, el espléndido programa de cine de Javier Tolentino que aún pervive en Radio 3, escuché hace unos meses —«una semana» en la primera versión de este apunte— una entrevista con Javier Corcuera, director de la película peruana Sigo siendo (Kachkaniraqmi), de 2013, en la que un músico decía que bailar es «dar más vida a la vida» —hay que ver esa película; yo me fío del criterio de Tolentino. Me acordé de «Quien lee, vive más». Algunas tardes en las que escucho esta frase desde la voz de Javier Lostalé en La estación azul de RNE no puedo leer. Voy conduciendo. Son las tardes de mis sábados hacia Zafra, cuna redoblada porque es espacio y tiempo que paso con mi madre. Javier Cercas tenía razón cuando dijo que Juan Cruz tenía razón cuando dijo que sólo generan polémica los artículos ilustrados por nombres propios. Javier Lostalé puede estar todos los sábados componiendo sus textos sugerentes para decir «Quien lee, vive más»; pero basta que Cercas escriba algo en su medio para que sea esto lo que se difunda y se repita. Bien está. Yo lo hago ahora: «leer novelas y vivir no son actividades contradictorias, sino precisamente complementarias. De hecho, lo primero que aprende el buen lector de novelas es que leer es vivir más, porque es de algún modo vivir todas aquellas vidas que no hay posibilidad o tiempo de vivir. Quien objete que una cosa es la experiencia vital y otra la literaria olvidará que toda experiencia literaria es también una experiencia vital, no menos intensa o verdadera que aquélla.» Lo dijo en un artículo publicado en El País que contestaba a otro de Vicente Verdú también publicado en El País. Creo que de ese debate sobre la novela y su sentido no se acuerda nadie; y estoy convencido de que dentro de un tiempo se repetirá, con otros debatientes. Por cierto, recomiendo la película Sigo siendo, que aún no he visto. P.S.: «¿Es que ya nadie lee?». Me lo decía un amigo el otro día. «Que la gente no lee; ni los que tienen que leer». Sí se lee; quizá más que nunca. Pero sin pararse, sin sosiego. Como se vive.

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