Se lo dije a Álvaro Valverde el otro día, el sábado, creo; que no había tenido tiempo de anunciar aquí la presentación en Plasencia el pasado viernes de este libro de cuentos de Javier Morales Ortiz (Plasencia, 1968), Lisboa (Mérida, Editora Regional de Extremadura, Col. La Gaveta, 36, 2011). Tampoco de leerlo, y eso que se tarda poco; pero circunstancias mandan. Ya lo he leído; y también he podido conocer el texto que dijo Juan Ramón Santos, el presentador, en la Sala Verdugo este viernes pasado, por cierto, en el mismo sitio en que el próximo se presenta Caracteres, de Salvador Retana y Gonzalo Hidalgo Bayal.
Lisboa es un libro de cinco breves relatos; de los cuales, el último da título al conjunto y fundamenta en parte la cita que abre el volumen, una cita muy cercana de alguien muy cercano: "salvo la luz no hay nada", el primer verso de un poema de Ángel Campos Pámpano sobre Lisboa con su amigo el fotógrafo Antonio Covarsí. Ninguno de los dos está ya; pero en cierto modo los veo en el relato de Javier Morales Ortiz, que ha querido poner el nombre de Ángel al ente que no sale y que vive en Portugal. Los cinco relatos tienen en común un asunto tan banal, tan complejo y tan difícil literariamente como las relaciones personales; y más si se toma como objeto de unos relatos que, en dos de los cinco casos, están secuenciados, lo que añade un mayor esfuerzo de concentración narrativa. Los textos de Lisboa tienen el valor de su agradable expresión de lo cotidiano a través de una llaneza de estilo y de unos bien dichos y trabados diálogos; pero para mí que el valor más importante está en la invención de sus finales; es decir, en el aspecto constructivo de los relatos. Todos —incluso el menos conclusivo que es el primero, "Todo lo que sé de William Faulkner"; y el último, el más definitivo, "Lisboa"— se resuelven creando un espacio imaginario que suscitaría otro relato: la casa compartida de "Reiki", un patio comunitario contemplado desde el interior de la casa en "Fecundación" o el piso bien puesto de la urbanización Rosas Amarillas —el mismo nombre que la que se cita en "Lisboa"— de "Queen", es decir de la Reina del relato menos consistente de los cinco; pero también recomendable, como todo el libro.
miércoles, febrero 01, 2012
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4 comentarios:
Muchas gracias, Miguel, por leer el libro, por tu perspicacia, que se da por sentada, y por tus amables palabras. Me congratula de veras que hayas podido ver a Ángel Campos en los relatos del libro, es realmente un honor. Al fin y al cabo era un homenaje a este grandísimo y admirado poeta. Un abrazo fuerte
He leído "Lisboa" y me ha parecido un libro muy interesante, por varios motivos: son relatos con argumentos muy imaginativos y bien construidos. Los diálogos los encuentro muy dinámicos y sus finales muy sorprendentes, nada previsibles.
Una delicia que invita a seguir leyendo, se hace un poco corto.
Un saludo,
Julia
Estimado Miguel,
Como puedo conseguir el correo electronico de Javier Morales Ortiz?
Ofélia, puedes enviarme un mensaje a la dirección que viene en mi perfil y te enviaré la de Javier.
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