martes, enero 17, 2012

Caracteres

Cuando leí en el blog de Álvaro Valverde que se había publicado la edición asequible de Caracteres (Jaraíz de la Vera, Ediciones La Rosa Blanca, 2011), escribí a Salvador Retana para preguntarle si en Cáceres podría hacerme con un ejemplar. Su respuesta fue rápida, resolutiva, y me dejaba en evidencia, por preguntón: me lo enviaba él mismo. Me llegó dedicado en los primeros días de este nuevo año. Un regalo de Reyes. Precisamente, estaba yo con la lectura de otros Caracteres, los de Emilio J. Lafferranderie que se ha ocupado de difundir aquí José María Cumbreño en sus Ediciones Liliputienses. Los de Retana salen de los de Canetti, que yo conocía de oídas. Permítaseme la tontería; ya que el título —Der Ohrenzeuge— de los trazos del judío búlgaro Premio Nobel era El testigo oidor para un lector español, entre otros, y también El nuevo Teofastro, que es por donde empieza su sapiente prólogo Caracteres Gonzalo Hidalgo Bayal. Y es que no hay nada como dar a GHB palabra-pie para que nos lleve de excursión etimológica o nos pasee por los parterres de la polisemia, siempre con gusto y siempre con provecho. Merece más líneas este nuevo ejemplo de brillante lucidez del autor de Conversación, que voto entre mis tres libros del año; pero es Salvador Retana el dueño más dueño de estos nuevos Caracteres nacidos de la escritura de otro. Por eso Salvador dice que escribir y dibujar son una sola cosa, la misma cosa; por eso Gonzalo Hidalgo Bayal le acompaña en este viaje a un nuevo Callejón del Gato que para mí son las interpretaciones de Retana de los tipos de Canetti, ya de por sí contrapuntísticos, si vale el término. Me parece tan verdad que en El Teóforo veo la cabellera del búlgaro y en El Pseudorretórico a Fray Gerundio de Campazas, como si fuese más trascendente este juego entre dibujo y escritura, como si el dibujo se desprendiese de su motivación primera. Y qué bien lo ha sabido ver GHB. Y qué bien expresado por los colores y los trazos de Salvador Retana. Y, en efecto, está en las librerías de Cáceres.

2 comentarios:

Isabel Román dijo...

Dices retóricamente "Permítaseme la tontería". Pues creo que no, que no se debería permitir la tontería. Hoy me he pasado por tu blog y me he encontrado alguna. Tontería es escribirle a un autor preguntándole si su libro estará en las librerías de Cáceres.¡ Pues hombre de Dios, pregúntalo en las librerías de Cáceres y cómprate el libro!
La parte central del post me resulta incomprensible; eso de que "el título de los trazos del judío búlgaro..." etc... No entiendo. Estaré perdiendo facultades, seguro.

Anónimo dijo...

Ay, ay, ay...