A Toño Ruiz Fernández de la Lopa, en su cumpleaños
Me gustaría saber escribir una estampa al estilo de las de John Berger en Fotocopias. Recuerdo a mi padre muchas veces con un periódico en la mano o con varios sobre el mostrador de la Librería Guerra de Zafra, hasta que cerró definitivamente. Cuando éramos niños, todos los días entraba en casa, al menos, un períodico; y hoy es un hábito que tenemos los cuatro hermanos. A pesar de internet. Ahora compro dos periódicos al día y los llevo conmigo por la calle. Quizá por eso me fijo y compruebo que es una imagen poco vista. Ya no es tan habitual ver a alguien paseando el periódico de la mano. Que alguien compre dos o tres periódicos al día y que no sea conserje de un organismo público es cada vez más raro. En los bares, la gente lee el periódico de la casa, no el propio. Por eso a veces tengo la sensación de que el dueño va a pararme en la puerta para que no me lo lleve. En una ocasión, tomando una cerveza, dejé mis periódicos en la barra, a mi lado; y un cliente cogió uno de ellos sin decirme nada; creyendo que era el ejemplar de la casa. Cuando nos íbamos, intenté recuperarlo. Es que lo estoy leyendo —me dijo. Es que es mío —le respondí. Y me lo entregó disculpándose. Hace años, me cayó simpático un vecino sólo por verle leyendo en la piscina con dos periódicos regionales y otros dos nacionales.
4 comentarios:
Miguel: me siento identificado al cien por ciento con tu comentario de hoy. Por cierto tu vecino, el simpático, el de los cuatro periódicos, quizás se sentara tras una palmera?
Besos desde Portugal de Toño y Cristina ,bueno los besos de Cristina me los acabo de inventar ,no sabe nada de esta conversación pero seguro que te los mandaría.
Tras una palmera, sí, tras una palmera. Un abrazo para los dos.
¡Eso me ocurrió a mí también! Me cogieron los periódicos en un bar, los dos periódicos, y me dio vergüenza decir nada, pero luego los recuperé con una sonrisa...
Que digo yo: los periódicos de los locales tienen sellito, casi siempre. Por qué la gente no preguntará...
Por cierto, Blogger cada vez funciona peor.
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