viernes, enero 23, 2009

Gonçalo M. Tavares

Inteligente e interesante la intervención ayer noche de Gonçalo M. Tavares (Luanda, Angola, 1970) en la primera lectura del año en el Aula José María Valverde. El salón lleno y un joven Fernando Pérez Fernández oficiando de presentador fueron signos palpables de la firmeza en su continuidad de esta aula literaria.
Tenía anotado hace días algo leído a otro autor en portugués: “Escribir, en realidad, no es difícil. El problema está en eliminar lo superfluo.” Algo muy parecido y cabalmente exacto dijo ayer Tavares, entre lectura y lectura de algunas de sus histórias breves. No en vano, luego, alguien le preguntó por Monterroso.

Me traje a casa Biblioteca, que publicó en España Xordica Editorial en traducción de Félix Romeo. Es un listado alfabético de autores que se toman como excusa para la expresión de los pensamientos obsesos de un lector lúcido. En este libro Bioy Casares está en la A, Gracián en la B y Proust en la M. Sólo Kafka, Kavafis y Kierkegaard están juntos en su misma letra. Es la demostración más patente de otra de las verdades de la noche: no cabe más lógica en la lectura que la acumulación de todo, ser como una esponja sin atender a nada más que lo que el escritor te diga. Frente a Italo Calvino o Pasolini —decía Gonçalo Tavares—, Italo Calvino y Pasolini siempre.

2 comentarios:

Puntos de vista y ... nada más dijo...

GONÇALO DARÁ QUE HABLAR. en MÉRIDA NOS ENCANDILÓ A QUIENES ESTUVIMOS UN RATO CON ÉL.

Los viajes que no hice dijo...

Es un encanto, la verdad. Nos encandiló, cierto. Y además, le gustan Gloria Fuertes y Alejandra Pizarnik.