No sé por qué me he acordado esta tarde de José Agustín Goytisolo. Algo ha debido de moverse en los desvanes de los que hablaba Bécquer para que esta tarde haya revivido la emoción del gran poeta de Salmos al viento aquí en Cáceres, aquí al lado, hace más de diez años, cuando le recordé que me había dedicado en 1991 su poema “Palabras para Julia”, para mi hija, Julia. Cuando mi niña luchaba por vivir. No sé por qué, esta tarde, así, de pronto, he tenido la necesidad de leer algo de José Agustín.
NON NON
Si son las tres y no puedes dormiry ves en la pared la sombra de una bruja
u oyes cómo en tu baño se duchan los espíritus
si los muebles comienzan a gruñir
y el viento en el postigo recita tus mentiras
no te pongas nerviosa ni despiertes a nadie
piensa en la vida fúmate un cigarro
lo mismo no te mueres nunca más
y alguien te compra unas braguitas nuevas
las cosas son así todo es extraordinario
peor sería que tuvieras hambre
o que en la calle te dijeran fea
lee un ratito escríbeme un recado entérate
de las noticias por la radio canta
non non cuenta corderos muy despacio así
non non duerme mi amor corderos y corderos...
(De Palabras para Julia)
Estoy convencido de la bondad de estos versos para ser leídos. Y da igual todo.
3 comentarios:
Peor es, sí. Doy fe.
Grande José Agustín!!!
A mí su recuerdo (el de su poesía) es rara la semana que no me sobreviene una o dos veces...
La bondad y la emoción contenida son, sin duda, las mayores riquezas de sus versos y lo que hacen de él un autor único.
Hoy -tristemente-, sin él y sin Gloria Fuertes... tal vez sólo Luis Alberto de Cuenca o Eduardo Jordá nos quede para sonreír de emoción después de un poema.
Y Ángel González y tu Wislawa (y la mía) y... (¿y por qué sólo se me ocurren poetas muertos? Bueno: quizá porque ellos también me quedan).
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