lunes, agosto 06, 2012

Chavela


Se murió La Chamana. Cumplió su sueño de volver a cantar en Madrid y reencontrarse con Federico García Lorca en la Residencia de Estudiantes. Allí la vi una mañana de hace unos quince años. Desayunamos juntos. Cada uno en su mesa, en el mismo comedor improvisado de una Resi en obras por aquel tiempo. No me atreví a molestarla diciéndole cuánto la admiraba. Años después, la única vez que he estado en México D.F., me llevaron al Tenampa, el mítico salón de Plaza Garibaldi de la Chavela de resbalón en resbalón y tequilones y de su amigo hermano José Alfredo Jiménez. Me traje este posavasos como recuerdo de una noche de un corto viaje memorable; un documento efímero que hoy, cuando leo que casi a esta hora, de allí, en la misma plaza se homenajeará a la gran señora, está lleno de sentido.

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