lunes, agosto 17, 2009

El desván de la memoria (I)

Mi desván de la memoria reciente y menos reciente está lleno de papeles, de papeles personales. Son personales porque se refieren a personas. De los papeles íntimos a veces hablo; pero no mucho. Entre los personales hay recortes de periódico, invitaciones de boda, cartas, y algunas anotaciones propias sobre otros que me permiten saber cuándo dijo Pedro Almodóvar aquello de “Yo también sé dar las gracias en español”. Fue la noche del 29 al 30 de enero de 2000 y yo estaba en mi casa con mi amigo Honorio Blasco. Algo que no tiene ninguna utilidad —saber eso, claro; no estar con mi amigo. En el mismo cuaderno en el que anoté esto, en el que buscaba ayer tarde unos apuntes sobre la lectura de un libro de poemas, he encontrado una maldad venial y una recomendación de Tomás Pavón, separadas por meses (hojas). La maldad se refería a una escritora de éxito, sobre la que dijo que hacía “literatura de Eroski”. La recomendación fue sobre el último libro por aquel entonces de Lorenzo Oliván, que no creo que fuese con el que ganó el Premio Loewe, pues quizá no había salido aún. No sé.
La relectura de estos apuntes en los que sale Tomás Pavón coincide con la de dos centenares de páginas de su relato El desván de la memoria que hace poco publicó Del Oeste Ediciones. Resistirme a llamarlo novela traiciona mi teoría del género, que es, naturalmente, la más rompedora, o sea, la tradicional desde Cervantes. Sin embargo, lo que me reprime es la propia actitud del autor, su afán por dar aire de “novela” a un texto por el que debía correr con más soltura el albedrío del anti-género, esta vez sustentado en el relato memorialístico, en primera persona, y en una irrefrenable necesidad de ensayar sobre la vida. Sigue.

2 comentarios:

Los viajes que no hice dijo...

¿Sigue ensayando sobre la vida o seguirás tú con el texto?

Yo los papeles siempre acabo perdiéndolos... o tirándolos.

Miguel A. Lama dijo...

Ambas cosas; pero yo quería decir que mi texto tiene continuación. No me había percatado de la doble posibilidad. Hilas fino, sí. Gracias.
Yo guardo (¿guardaba?) todos los papeles.