martes, julio 14, 2009

Baluerna

Me ha llegado a la Facultad el último número de Baluerna, y van treinta, que contiene el relato “Estómagos” de Diego González (Villanueva de la Serena, 1970), y su traducción al portugués. Siempre que recibo uno de estos pliegos, de distribución gratuita entre los viajeros de la Estación de Autobuses de Cáceres, celebro esta idea que nació hace ya casi diez años. En 2000 apareció la primera entrega, firmada por Álvaro Valverde —“Plasencia-Cáceres (o viceversa)”—; y luego, Javier Rodríguez Marcos, Antonio Sáez Delgado, un texto extraído de las Postales de andar extremeño de Fernando Pérez Marqués, Basilio Sánchez, Santos Domínguez, Fran Rodríguez Criado, Hilario Jiménez, Antonio María Flórez…; otros autores como Andrés Trapiello, José Luis García Martín, Ángel L. Prieto de Paula, Martín López-Vega, José Luis Puerto; los representantes de esa vocación portuguesa del proyecto, en el que se nota la mano de Antonio Sáez, traductor de muchos de los textos; así, António Cándido Franco, Ruy Ventura, José-Alberto Marques, António Salvado…
Reza una nota final que viene publicándose desde el primer número que Baluerna surgió de las conversaciones que mantuvo Eduardo Hernández con sus amigos poetas Javier Rodríguez Marcos y Antonio Sáez Delgado. De aquello, esto. Una afortunada materialización de un afán encomiable de difusión de la literatura que, como no podía ser de otro modo, recibió en su primera convocatoria, el reconocimiento de uno de los Premios al Fomento de la Lectura en Extremadura en 2002.

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