Por una razón que por ahora no viene al caso he vuelto a contactar con el escritor José María Pérez Álvarez (O Barco de Valdeorras, 1952), Chesi, que para los extremeños es autor de aquella novela Las estaciones de la muerte (1988) que ganó el V Premio Constitución de Novela, y de Como si nada existiese (1993), que fue Felipe Trigo de Narración Corta. Acaba de ganar en febrero el III Premio Bruguera por su novela La soledad de las vocales, que me va a enviar. También a mi hermano José María. Hace unos años, Juan Goytisolo me recomendó la lectura de su novela Nembrot (Barcelona, DVD ediciones, 2002), una galería sugerente de personajes, un homenaje a la literatura, un ejemplo de la novela como festín de palabras. Luego, le invité al frustrado “Encuentro Literario Cáceres 2016” sobre La novela y sus públicos y ahí fue nada; más adelante seguí por la prensa su pleito por plagio con Bryce Echenique, y ahora volvemos a tener comunicación por una fraternal carambola.
Me ha agradado mucho leer este texto de su blog en la revista en la que colabora, Jano:
Los blogs constituyen un escenario en el que una obra se expone a la mirada de miles de usuarios. Las revistas y los suplementos, en general, destacan las afinidades editoriales, las relaciones sociales y cualquier lector de ellos tiene una visión amputada, interesada, de los nombres que circulan por sus páginas y que aparecen en los escaparates de las librerías. El blog no es la panacea ni el remedio pero sí, al menos, la posibilidad de que otros nombres, en general minoritarios, tengan su repercusión, su espacio. Son como círculos iniciáticos en los que los usuarios abogan por otro tipo de literatura; por supuesto, hay autores interesantes y otros que no lo son, pero, al menos, aparecen nombres que de otra forma nunca tendrán lugar en un mercado salvaje y regido por términos puramente económicos. Nunca viene mal un poco de aire fresco.”
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