jueves, agosto 11, 2005

Ada Salas

Gonzalo Hidalgo, cuya literatura visito tanto, escribió que generalmente se encuentra más verdad y más autoridad en las opiniones de los escritores que en las de los críticos. La afirmación no es categórica, y por no serlo, encierra más razón aún. Esto será así hasta que no haya críticos y sean los escritores los que practiquen la crítica, y el poeta hable de los libros de poesía o de las novelas de otros, el novelista de los poemas o de los textos narrativos de otros colegas, el autor de teatro de las obras de teatro de otros compañeros, el director de cine de las películas estrenadas... O todos de sus propias obras. Entonces, quizá el crítico recuperará la autoridad y cierta verdad. Y es porque los escritores no se resisten a explicarse también fuera de su entorno natural. Y cuando lo hacen lo hacen bien, como dice Gonzalo Hidalgo. También, por otro lado, hemos escuchado o leído tantas veces a un creador que él no teoriza, que él crea y que su teoría es su creación...
El último ejemplo que tengo en la mesa de un escritor que se explica es el libro Alguien aquí. Notas acerca de la escritura poética (Madrid, Hiperión, 2005), de Ada Salas. Me gustan estos libros. Breves reflexiones sobre la escritura de alguien que se dedica a ello. Son textos breves, apuntaciones sueltas que iluminan mucho del entorno de la escritura de Ada Salas y de sus libros de poemas. Incorpora tres textos más largos, tres artículos, variaciones más sostenidas del mosaico anterior, pues son tan concordantes con lo leído que uno puede establecer precisas correspondencias: un texto sobre las jarchas, otro sobre la escritura poética como viaje, y el último sobre la “poesía femenina”, el menos luminoso de todos.
Es muy agradable leer un libro así. Y de Ada Salas, que dice “A lo largo del proceso de escritura el momento creador suele ser muy breve, muy fugaz. Concibo este proceso como un prolongado acto de escucha (de mis propias sensaciones, de recuerdos redivivos, del silencio, de la luz, del río subterráneo del pensamiento) al cabo del cual recojo el fruto de unos versos que siento como intensos y que resumen un mensaje que, sin forzar en exceso, va tomando una forma precisa —generalmente por exclusión—, y constituye un poema.” Para quienes leemos desde siempre a Ada, tienen más hondura estas líneas que otras como “La poesía no tiene circunstancias; no es contingencia, es esencia; no es materia, es sustancia; no es atributo, es sujeto.” Éstas, que tienen tanta verdad, no llegan a expresar tan bien la actitud ante lo escrito o por escribir como aquellas, más íntimas.