domingo, julio 27, 2008

Un poeta resentido

Vuelve a recordar Juan Goytisolo hoy en El País las veleidades literarias de este descerebrado, el que fuera líder serbobosnio Radovan Karadzic. Estábamos en Florencia cuando fue detenido y la prensa difundió la fotografía de este individuo de barba blanca y espesa. En La Stampa se hablaba de que le llamaban “Papá Noel”. A veces los lugares comunes propician unos símiles la mar de siniestros. Es un rostro del mal, y habría que acostumbrarse a él, e incorporarlo como tipo, igual que habría que hacer con el del monstruo Josef Fritzl.
Digo vuelve Juan Goytisolo porque ha escrito muchas veces sobre este psiquiatra de origen montenegrino, que bombardeó la Biblioteca de Sarajevo en agosto de 1992 hasta destruirla y hacer desaparecer “miles de manuscritos árabes, turcos y persas […], obras de historia, geografía y viajes; teología, filosofía y sufismo, ciencias naturales, astrología y matemáticas; diccionarios, gramáticas y poemarios; tratados de ajedrez y de música”, como el propio Goytisolo enumeró en su Cuaderno de Sarajevo. Anotaciones de un viaje a la barbarie (Madrid, El País Aguilar, 1993). Bombardeó la biblioteca y meses antes se ensañó con el edificio en el que vivía un inofensivo crítico literario que se burló de un libro de poemas escrito por el tipejo de la foto. Como escribió Goytisolo en un artículo de 2001 titulado “El último cuplé del bardotirador”, a los riesgos de la crítica (“atizar rivalidades, granjearse enemigos, crear fratrías, concitar odios irracionales, hacer el ridículo”) se suma éste. Y todo por un poeta resentido que se ha encaramado a otra peana.
Además de lo mencionado de JG, recomiendo, puestos a actualizarse sobre aquella barbarie vergonzosa, otros artículos del escritor sobre el genocidio reunidos en Pájaro que ensucia su propio nido (Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2001) y su novela El sitio de los sitios (Madrid, Alfaguara, 1995).

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