Me acuerdo de haber recogido ayer por la mañana de mi apartado este ejemplar de Me acuerdo (Calambur Editorial, 2009), de Elías Moro, que ya tributó su homenaje a Georges Perec (Je me souviens, 1978), junto a Daniel Casado, hace ahora diez años (Mérida, De la luna libros, 1999). En aquella edición, los textos de Elías eran 183, si no he contado mal, y concluían con Camus de portero en un equipo argelino. Ahora, Elías Moro ha querido emular a Perec y sus 480 textos, pero le han ‘salido’ cuatrocientos setenta y cinco, si no he contado mal. Así que, si es así, este memorativo y memorable y memorioso libro de Moro es más singular, y tiene esa originalidad en su emulación y homenaje.
“Me acuerdo de mi madre cantando aquellas coplas que aprendió de pequeña, cuando la guerra” es el primer meacuerdo. “Me acuerdo de Georges Perec” es el último. (La génesis de la creación, o sea, la madre y Perec). He disfrutado con todo lo que hay dentro, sin que me haya afectado ese punto intransferible que tiene la primera persona que se expresa. Lo hace tantas veces desde la evocación de algo compartido, que llega a resultar asumible, y tan cercano…
Brillante es la cubierta de esta edición, con esos cromos de la colección “Vida y color”, propiedad de este escritor que recopila, archiva y acomoda para bien de todos los que algún día le lean y le conozcan. Y me acuerdo nítidamente de haber leído estos textos sentidos, en una habitación numerada, 226:
sábado, mayo 16, 2009
Me acuerdo
ME ACUERDO de cuando tenía que lavarme frotándome los codos, las rodillas y los talones con jabón de sosa y piedra pómez. Durante mucho tiempo creí que pómez, como Gómez, o Pérez, era el apellido del fabricante de aquella tortura llena de agujeros y rugosidades. Le odiaba en cada lavado.
Publicado por Miguel A. Lama en sábado, mayo 16, 2009
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1 comentario:
Je me souviens es, también, el lema de la ciudad de Quebec, en Canadá. No sé si tendrá algo que ver. Quizá sí.
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