He recibido esta mañana la última novela de Antonio Prieto, El manuscrito sellado (Barcelona, Seix Barral, 2010). Me ha llegado desde Almendralejo, a través de Carmen Fernández-Daza, a la que Antonio le ha hecho llegar mi ejemplar, dedicado cariñosamente, en un rodeo sentimental del que me siento muy honrado. Al salir esta mañana de clase —Blasco Ibáñez, en quinto—, he abierto el sobre y he leído la cuarta de cubierta: "Don Celedonio, un viejo y acaudalado historiador, organiza una reunión con varios amigos en el Parador Nacional de Zafra para que, a la manera del Decamerón de Boccaccio, den testimonio para la posteridad del tiempo que les ha tocado vivir."
No todos los días se recibe el ejemplar personalizado de una novela que toma la ciudad en la que naciste como espacio narrativo. En la que nacieron Pedro de Valencia y Ruy López de Segura, que saldrán en estas páginas, lógicamente, conociendo a Antonio Prieto. —Me lo llevo mañana a París; me he dicho. Y mi sorpresa al empezar a leer la primera página —que tantas veces es la página 9: "Caminaba un tanto aburrido e indeciso por el paseo de "Las huellas perdidas" cuando me tropecé inesperadamente con don Celedonio, un probo historiador abulense con el que había trabado amistad cuando registrábamos datos en el Departamento de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de París. Mientras nos abrazábamos, sorprendidos ambos por el fortuito encuentro, mi memoria recordó su joven rostro, volcado a la alegría porque acababa de encontrar un ignoto o perdido Tratado de amor castellano cuyas características paleográficas lo situaban a finales del siglo XVI y posiblemente redactado en Zafra. Yo buscaba otra cosa muy distinta, pero compartí con Celedonio su alegría por el hallazgo."
Zafra, París, la biblioteca en la que espero pasar unas horas estos días, la Plaza del Pilar Redondo de mi pueblo... Me lo llevo mañana conmigo. Y ya diré.
martes, mayo 04, 2010
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4 comentarios:
Siempre un placer leer a Antonio Prieto (gratísimo recuerdo de LA ENFERMEDAD DEL AMOR); y escucharlo: inmejorable en aquellas tertulias nocturnas comandadas por José Luis Balbín en la primera época de Antena 3 Radio.
Una duda, Profesor Lama: ¿estuvo Prieto ejerciendo en nuestra Facultad de Letras?
¿Todavía no te nombraron "Churretín de Pro"?.
Es un lujo tenerte como paisano. Abrazos y buen viaje a París.
M.Guillén.
No, Fco., Prieto terminó su vida académica en la Complutense. No estuvo nunca en Cáceres, aunque si vino mucho por cuestiones de trabajo. Gracias, Manolo. Un saludo.
Día del Orgullo Churretín ¡Ya!
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