viernes, junio 30, 2006

Marsé Proust


Juan Marsé no es sólo uno de los escritores que conozco que más corrige, sino de los menos (o más) celosos con respecto a sus manuscritos. Hace años, en su casa de Barcelona, le pedí que me mostrase alguna de sus páginas manuscritas. No tenía ninguna a mano (¡), y me mostró un díptico de la agencia literaria de Carmen Balcells que había utilizado como fotografía de portada una página manuscrita de Marsé. Verdaderamente era como yo me imaginaba, un complejo ‘palimpsesto’ lleno de tachaduras y añadidos. También le pedí en otra ocasión copia del manuscrito completo de alguna novela para un estudio en proceso. Me dijo que no tenía, que no los conservaba. Que el de Si te dicen que caí lo donó hacía tiempo para una subasta con fines benéficos y que lo compró un tipo.
Marcel Proust es uno de los escritores que no he conocido que más corrigió. Alain de Botton, en su entretenido y estratégico libro Cómo cambiar tu vida con Proust (Ediciones B, 1998), cuenta sobre este afán que después de publicarse el primer volumen de En busca del tiempo perdido en 1913 la obra adquirió unas dimensiones impensables y el autor fue cambiando la conformación global de la novela, volviendo el escritor una y otra vez sobre lo escrito, incluso en la fase última de la corrección de pruebas impresas. Botton habla de que la novela se convirtió en el producto de los esfuerzos no sólo de un Proust, sino de varios, de una sucesión de autores, como mínimo tres, un Proust 1 que redactó el manuscrito, un Proust 2 que lo releyó, y un Proust 3 que corrigió las galeradas. Mi trabajo me conduce en el caso del autor de Rabos de lagartija a más de tres Marsé, algunos más.

jueves, junio 29, 2006

Puerto en Boxoyo

Hace unos días me pidió el poeta José Luis Puerto el pliego de firmas para adherirse a la plataforma contra el cierre de la Librería Boxoyo de Cáceres. Uno más. Me contaba que, cuando vino a Cáceres, el 20 y el 21 de marzo pasados, a presentar el último libro de Basilio Sánchez y a leer poemas en la Facultad de Filosofía y Letras —mis alumnos escucharon a un poeta que 'entraba' en una de las lecturas del programa—, fue a la librería de Jaime Naranjo. Compró una primera edición de Gabriel Miró, de El humo dormido (Atenea, 1919), y, estando allí, me cuenta, presenció "una inspección municipal que me pareció inquisitorial y tensa".
Más de un mes antes de que se hiciese público que una librería de antiguo de Cáceres era cerrada por la autoridad municipal, un cliente, escritor, poeta, amante de los libros, presenciaba una escena extraña en un establecimiento tan amable.

Asperges de notas sobre la novela PARADOJA DEL INTERVENTOR (XIX)

Más de dos meses han pasado desde mi última anotación sobre Paradoja del interventor. He de contar que hace un mes y pico un amigo me dijo que estaba poniéndome un poco cansino en mi cuaderno con los asperges sobre la novela de Gonzalo Hidalgo. Lo he dejado estar, pero no quiero que mi amigo, ni nadie, crea que han concluido mis apuntes sobre esa excelente novela. Dieciocho breves textos no son nada comparados con las páginas que cualquier obra literaria menor recibe del autor de un artículo publicado en una revista especializada.
En este tiempo, han aparecido algunas reseñas más sobre la Paradoja de Gonzalo. Me alegra mucho que buenos y sabios lectores tengan conocimiento de sabios y buenos escritores ‘desconocidos’ como GHB.
Acabo de ver las páginas que le dedicó el pasado domingo Liborio Barrera en El Periódico Extremadura, y las fotografías de Toni Gudiel en la estación y con Plasencia al fondo. Subrayo de lo que dice Gonzalo en esa conversación que ha querido escribir una novela en la que no ocurra nada, en la que un capítulo no lleve a ningún sitio de la trama y que, sin embargo, el lector sienta la necesidad de seguir leyendo. Es importante que se difunda así lo que tiene importancia y valor. Por ahora, sirvan estas líneas para dar pie a las próximas.

martes, junio 27, 2006

Audio-video-blog

Muchas mañanas de domingo escucho Mundo Babel, el programa que lleva con su encanto Juan Pablo Silvestre en Radio 3. Dos horas de conversación con un invitado, o con dos o tres, dan para saber si un programa es sólido o muelle. Recuerdo una mañana con Anthony Blake, a propósito del espectáculo que tenía en Madrid, con guión de Miguel Murillo. No sé si he hablado antes de esto. En el último programa, Ian Gibson habló de su biografía de Machado.
Ahora recibo un aviso sobre un audio video blog en formato podcast, un archivo sonoro que se distribuye en internet mediante sindicación RSS (Real Simple Syndication), creado por Silvestre y su espacio La Boa. Es un original canal de podcasting con interesantes contenidos.
Como mi conocimiento de Juan Pablo Silvestre ha sido siempre a través del oído, y no de lo leído, estoy encantado con este cuaderno de bitácora que se oye. Ahora, mientras escribo esto, escucho “La máscara”, en las voces de Federico Luppi, de Terele Pávez y de Juan Pablo. Puede accederse también a su programa Mundo Babel, que, curiosamente, lo archivan en la página de la Agrupación de Profesionales y técnicos del Partido Comunista de Madrid , sensibles a ciertos programas de calidad.

miércoles, junio 21, 2006

El arte de leer

"En lo que me encuentro un poco más digno y serio es en mi afición a leer mucho y a gente buena de todos los países y de todos los tiempos. ¡Si me pagasen los periódicos por leer bien como me pagan por escribir mal!" (Leopoldo Alas, "Clarín", Carta a Galdós, 29 de julio de 1886)
Predicaba Alas en su artículo "El arte de leer" la lectura de lo mejor, y decía que ello convertía su texto en un rasgo de abnegación, pues con lo primero, "vengo a pedir que no se me lea".

domingo, junio 18, 2006

El mamón de Lama

Tanto la sustantivación del adjetivo como el uso de la preposición hacen de esto un motivo de conversación entre los amantes de la gramática. Perdón, entre los amantes no, entre gente aficionada. Ni eso, entre los que quieran hablar de ello.
“El mamón de Lama” —la SER, especial Mundial de Fútbol de Alemania, 15:35 aprox., 18.06.2006— responde al cariz del lenguaje deportivo radiofónico que no es otro que el propio de su objeto, bien sea en el terreno de juego o en la grada. “El mamón de Lama” es como “El cabrón del árbitro” o “El manta de Cañizares”, pero en el caso del periodista de la SER que se lo dice a su compañero Manolo no hay una intención insultante, sino cariñosa. Cosas del lenguaje. Es lo que tiene el deportivo, el lenguaje deportivo radiofónico, tan premiado y tan reconocido. Y tan desmesurado.
Hoy, que he leído la impecable despedida de Sebastián Serrano, el Defensor del Lector de El País, me pregunto por qué en otros sectores de la información están o han estado permitidos la publicidad de los puritos, un brandy ‘cosa de hombres’, la noticia no contrastada o el lenguaje soez.
Lo insoportable no es eso, sino que después de tanta incorrección, sólo los mareos de Ronaldo, lo circunspecto de Raúl, la contención de la euforia, los destinos de los jugadores en su día de descanso..., y poco de fútbol, del verdadero. Así, claro, en todos los sitios. Oé, oé, oé.

viernes, junio 16, 2006

Memoria del jardín

Memoria del jardín es el título de la antología poética de José Luis Puerto que ha publicado la Diputación de Salamanca en su serie “Autores Salmantinos”. Recoge una selección de la obra publicada por José Luis Puerto desde 1982 hasta 2004, es decir, desde El tiempo que nos teje, que salió en la colección “Provincia” de León, hasta De la intemperie, en Calambur, más unos poemas inéditos reunidos bajo el rótulo de Topografía de la herida, situados aquí entre los de Las sílabas del mundo (1999) y los del libro de 2004.
“Una cartografía del Paraíso (Sobre la poesía de José Luis Puerto)” es la introducción que firma Ángel L. Prieto de Paula. El crítico y profesor (y poeta —¿que fue?—) ya escribió sobre Puerto en la revista Espacio/Espaço Escrito (núm. 15-16, 1998) cuando la última entrega del autor era Señales, el Premio Gil de Biedma de 1997. Ahora, sobre la base de aquel texto, ha reescrito honestamente una clarificadora invitación a la lectura del poeta de La Alberca. Qué coincidencias: he tomado Señales de mi biblioteca y está al lado de dos libros poéticos —dos buenos libros— de Prieto de Paula, Ortigia (Barcelona, Taifa, 1985 —sí, donde la segunda de Conjuros, de Claudio Rodríguez; donde la segunda de Moralidades, de Gil de Biedma—) y Compás del vacío (Alicante, Aguaclara, 1989).
Hay una postura contemplativa en la poesía de José Luis Puerto; hay una reflexión sobre el detalle; hay un interés por la palabra..., y por la plenitud y la armonía..., que hacen apacible el acto de su lectura.

Balonmano en Badajoz

Viernes, 16. Partido amistoso entre la selección española masculina de balonmano con la de Francia. Los mismos que en el Europeo de Suiza hace unos meses, cuando la medalla de plata para España, campeona del mundo. Ningún periódico ha hablado de ello hasta ayer, cuando casi clandestinamente se han entrenado en Cáceres. Ya no hay entradas, desde hace un mes, para los que nos enteramos hace días. Hoy Canal Extremadura ha dicho que cinco mil privilegiados (sic) disfrutarán del partido en "La Granadilla". Notable.

jueves, junio 15, 2006

La Biblioteca "Ángel y Alicia"

La Biblioteca "Ángel y Alicia" es la biblioteca pública de Villanueva de la Vera, en Cáceres. Muchas bibliotecas públicas tienen nombre propio. La de mi pueblo lleva el del abuelo de un amigo mío, que fue cronista de Zafra, don Antonio Salazar. Su nieto, mi compadre y amigo: Miguel Salazar. La de la ciudad en la que vivo, Cáceres, lleva los nombres insignes, y no sólo en términos bibliográficos y bibliofílicos de don Antonio Rodríguez-Moñino y doña María Brey. La Biblioteca de Cuenca se llama "Fermín Caballero". La de Castuera recuerda a un profesor, Gonzalo Soubrier, y la de Torrelaguna, que inauguró Gerardo Diego, a Juan de Mena. "Pedro Gutiérrez", que fue su primer archivero-bibliotecario, se llama la Biblioteca de Calahorra, y "Cánovas del Castillo", la Biblioteca Provincial de Málaga. Pero no conozco ninguna que se llame como la de Villanueva de la Vera, sin apellido alguno. Así, "Ángel y Alicia", sin más.
Me lo cuenta con pasión mi amigo Isidro Timón, cuando me habla de su padre, Valentín Timón, que fue alcalde de la Villanueva verata en la época franquista; uno de esos alcaldes a los que en democracia se les pidió que continuasen. Que continuasen, entre otras cosas, fomentando la lectura. Porque la Biblioteca Pública de Villanueva, "Ángel y Alicia", se creó en aquellos años de dificultades con unos pocos libros esenciales —todo Tintín, me cuenta Isidro, cuando él tenía ocho años—, y a don Valentín se le ocurrió recordar a una pareja de maestros que por las mañanas enseñaba a leer a los niños y por las tardes a sus padres. Ángel y Alicia.

domingo, junio 11, 2006

e-findex

Escuché ayer por la mañana en la SER a Juanjo Salado, de la Fundación Ciudadanía, presentar las jornadas e-findex, sobre la blogosfera, que se celebrarán el próximo fin de semana, del 16 al 18 de junio en Cáceres, en la Institución Cultural "El Brocense". El programa promete, y su primera difusión incita al conocimiento de otros rincones, como el de Diego Agúndez, Bocaditos —que tiene su entrada sobre el cierre de Boxoyo Libros—, o el de Goyo Tovar.
Cuando pueda, escribiré mi propuesta sobre la aportación de los cuadernos de bitácora en la red a la lectura y a la crítica literaria. Un apunte: la impresionante y sugerente densidad de comentarios generados en el cuaderno de Vicente Luis Mora sobre obras como En ningún paraíso (Madrid, Visor Libros, 2005), de Diego Doncel, impagable para el que quiera saber algo de los intereses poéticos de autores y de lectores; o la oportunidad que se ofrece al estudioso para bucear en la trastienda del escritor, como puede verse en el blog de Julián Rodríguez.
Nota bene: algún problema técnico me ha impedido incorporar algunos vínculos a lo citado. Una fruslería, dados los medios que tenemos para buscar lo que nos interesa.

viernes, junio 09, 2006

El peso de la vida

Recibí el último libro de poemas de Olvido García Valdés, Y todos estábamos vivos (Barcelona, Tusquets Editores, 2006) y creí estar ante una amplia selección de su obra publicada, casi su obra completa, de tan voluminoso. Doscientas diecisiete páginas de poemas. Bien es cierto que la colección "Marginales" de Tusquets siempre abre poema en página impar, y en este volumen hay casi tantas páginas blancas (las pares) como poemas. Casi. También es verdad que desde Del ojo al hueso, su anterior libro (Madrid, Ave del Paraíso Ediciones, 2001), han pasado cinco años. Casi.
Convencido de que la cantidad y el peso de los poemas de Olvido no son mensurables, encuentro en ellos cualidades simbólicas mucho más cuantificables en términos artísticos.
Cada uno de los poemas —cien, número redondo: repartidos desigualmente en tres secciones, "Lugares", "No para sí" y "Sombra a sombra"— logra que el lector se demore, y vuelva sobre lo andado, y, más adelante, relacione una escena con un pensamiento, el pensamiento de una escena con un retrato —¡qué espléndidos aquí!—, y un retrato con un detalle..., la expresión de lo sensitivo. Tiene mucho este libro, mosaico, recuento y reafirmación.
Leo que quien habla en el libro ha conocido la confidencia de la muerte, y leo de angustia oculta. Leo, sin embargo, Y todos estábamos vivos, y concluyo que mis primeras percepciones se explican por el peso de la vida.

sábado, junio 03, 2006

Cierre cautelar

Digo yo que cerrar una librería como medida cautelar debido al peso a que se somete la estructura del edificio no tiene mucho sentido. La cautela habría de expresarse no con el cierre sino con la apertura a todas horas del establecimiento, de tal modo que se multiplicasen las ventas y el consiguiente desalojo de los estantes. ¡Ah, la lógica de las resoluciones!
Contra el cierre en Cáceres de la librería de viejo Boxoyo, un grupo de ciudadanos, amigos y clientes, vamos a escribir una protesta que pasaremos a la firma en breve.