lunes, julio 30, 2012

domingo, julio 29, 2012

Notas de un viaje (III)


© CMD
Al Cañón de Añisclo se puede llegar en coche. Una carretera de una única dirección —se vuelve por la serpenteante que uno ya hizo para llegar— lleva durante diez kilómetros a un aparcamiento que te deja al pie de varias rutas, señalizadas solo con la duración de ida —hicimos foto, pues confunde. 

© CMD
Lo que hace el agua sobre la piedra con el paso de un tiempo inconcebible por la pequeñez del hombre. Redacto con torpeza un pensamiento vivido en aquel lugar cada vez que parábamos en un ensanche del camino, antes de emprender a pie la ruta hacia La Ripareta. Se nos hizo tarde y no eran horas, entre las tres y las cuatro tras el mediodía, para estar por esas sendas. A pesar de todo, bastante gente. Soberbio el enclave; impresionante lo visto.
© CMD

sábado, julio 28, 2012

Siempre y cuando


Conocí a Antonio Méndez Rubio gracias a un artículo de Diego Doncel en la revista vizcaína Zurgai, en un número dedicado a la poesía extremeña (diciembre de 1997). En aquel trabajo ("Memoria de la poesía extremeña última") en el que yo me sentí malparado, Diego Doncel decía que Méndez Rubio era, entre los últimos poetas surgidos en aquellos momentos, el que tal vez había que tener más en cuenta, y hablaba del hecho poético y su transcendencia ideológica en los planteamientos estéticos del poeta pacense de Fuente del Arco (1967). Era —creo— la primera vez que alguien incluía en una nómina de poetas de Extremadura a Antonio Méndez Rubio, que desde aquel entonces quedó incorporado, al menos para mí, como uno más, sin reparar en su grado de relación con Extremadura, en el panorama de la poesía última de autores extremeños. Uno más en la diáspora, como muchos. Como algunos que siguen manifestando, a pesar de la distancia, su quehacer; como Carlos Medrano, reaparecido felizmente por las muestras notables con las que nos ha venido regalando en su blog; como Juan María Calles, que hace poco publicó su libro La música del aire (Sevilla, La Isla de Siltolá, 2012) como Premio de Poesía Fundación Ecoem. Pero vuelvo a Antonio Méndez Rubio. Porque ha publicado un nuevo libro de poemas, Siempre y cuando (Madrid, Abada Editores, 2011), que merece atención. Entre otras cosas, porque insiste —consonante con la poética de su autor— en la necesidad de llegar a un espacio ideológico y ético a través de la poesía. Desde el título, se activa una noción temporal que se explicita de manera evidente en el primer texto, "No hay más (La columna de los ocho mil)" y en el poema que da título al libro (pág. 59) y que evoca con la levedad de dos iniciales (M. N.) al cronista de la matanza de Badajoz (1936) Mário Neves. Ambas circunstancias representan dos de los episodios más trágicos de la represión franquista durante la guerra civil en Extremadura y, en cierto modo, señalizan el viaje en el tiempo que propone Méndez Rubio en Siempre y cuando, un tiempo localizado en el pasado del espacio preciso de la infancia; pero un espacio cargado de sentido ético. "No es verdad / que esa rama / desnuda al sol / no le deba nada a nadie" (pág. 65). Es solo una muestra de la esencialidad poética de este libro, en el que siempre y cuando representan una especie de justicia adverbial para la expresión necesaria de un sitio para la memoria. La propia poesía de Méndez Rubio, su palabra, ya logra tener esa condición memorable.

jueves, julio 26, 2012

Notas de un viaje (II)


© CMD
El sábado 21 fue el tercer amanecer fastuoso en Torla. La vista desde la cama era el monte, espeso y verde, imponente, sin cielo, de tan alto. Hasta la tarde, en Aínsa —en la foto—, no compramos el periódico. Y en el periódico —además— otra de las espléndidas "Relaciones imposibles" —una serie de verano— de Juan José Millás; esta vez sobre Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez bajo el título de "Por qué no se casan". Sostiene Millás que estos dos secretarios generales de los dos principales sindicatos de España se quieren, y salta a la vista; que van juntos a todos sitios, a las manis, a las ruedas de prensa, a los funerales..., y que "si un día, por casualidad, entrevistan solo a uno de ellos en la radio o en Antena 3, nos preocupamos por el otro. ¿Estará enfermo? ¿Le habrá ocurrido una desgracia?" Genial. Me recordó lo del chiste del pastor con sus ovejas y la pareja de la Guardia Civil. Esa pareja de la Benemérita que un día sí y otro también reconvenía a un pastor por tener sus ovejas en medio de la carretera y fuera del cercado. —Aquí, jefe, sus ovejas no pueden estar. Se las lleve inmediatamente. Parece que decían los dos números de la Guardia Civil que un día tras otro advertían a aquel pastor adusto pero cándido, ceñudo y sin malicia, que cada día, sin pronunciar palabra, recogía su ganado en el aprisco. Hasta que una mañana, con las ovejas otra vez fuera de su sitio y la carretera invadida, volvió la Guardia Civil a reconvenir al pastor. Pero ese día iba solo uno de los dos números, uno solo de la pareja. —Jefe, que las ovejas no pueden estar aquí; que cuántas veces tenemos que decírselo. Y ante el silencio del pastor, que nuevamente se disponía a reconducir su ganado, el guardia le preguntó alterado: — ¿Pero es que no va a decir nada? A lo que el pastor respondió con mirada merina: —¿Y tu hermano? ¿Dónde está tu hermano?

miércoles, julio 25, 2012

Notas de un viaje (I)


© CMD
No sé qué Pirineos vio Garcilaso en la Égloga II; pero eran de invierno "Los montes Pireneos, que se 'stima / de abajo que la cima está en el cielo / y desde arriba el suelo en el infierno, / en medio del invierno atravesaba." (vv. 1433-1436). Los que hemos visto nosotros en estos días han sido los secos y verdes de verano. Los de la comarca de Sobrarbe, ese Pirineo aragonés. Menos secos por los neveros que se manifiestan en las aguas que caen y hemos bebido en los valles. Impresionante. Sobre todo, para  los que estamos acostumbrados a proyectar la vista sobre el horizonte de una dehesa o, si cabe, sobre algún leve montículo que los del lugar llamamos siempre con nombre más pomposo. Montaña, pongamos por caso. Para montañas, las que hemos visto y subido. El primer día, en Ordesa, al inicio de la ruta, aún sin saber qué hacer, nos abdujo el rótulo que indicaba la Senda de los Cazadores, hora y media de subida constante, seiscientos metros de altitud sobre los mil trescientos de la pradera del Parque. Duro para el segundo día de vacaciones; pero prodigioso todo. También que, arriba, nos encontrásemos con gente de Cáceres. Luego, por el circo de Soaso, bajada a la Cola de Caballo, y vuelta a la pradera. Casi siete horas de ruta. Una guía del Parque nos recomendó para el día siguiente una jornada más corta.

lunes, julio 16, 2012

viernes, julio 13, 2012

Desprecio


© EFE/Manuel H. de León
O atropello, que es palabra también utilizada en estas horas para referirse al desprecio con que el patrón Estado —torpe y despreocupado inveteradamente en la gestión de sus recursos humanos y de su productividad— trata a sus trabajadores y los somete a un injusto juicio social. Esta tarde, en Esto me suena de RNE, un ciudadano ha contestado con educación a otro que, crispado, preguntaba qué produce —"¡A ver!"—un funcionario: "Un funcionario es el médico que operó a su suegra de cadera y el fisio que la volvió a hacer andar; un funcionario es el que evitó el incendio de Villanueva de Córdoba, y otro funcionario frustró el atraco a Caja Sur en Posadas; otro funcionario tramitó, reconoció y dio la orden de pago de la jubilación de su padre de este señor;  y otro funcionario, por desgracia, reconoció el derecho y mecanizó la prestación por desempleo de su hermano. Todas estas cosas son las que hacen los funcionarios que, según él, no producen".

miércoles, julio 11, 2012

Maestro Ordóñez


Marcos Ordóñez, maestro. Porque tiene la capacidad de traer a lo cotidiano —la lectura del periódico— lo transcendente perdurable, lo sublime. Lo que ahí estaba y que es tanto de agradecer que te lo muestren de esa manera. Lo ha hecho en muchas de sus críticas de teatro y en sus artículos. Hoy ha sido a propósito de Calderón de la Barca y de cómo se le está representando en festivales veraniegos, algunos tan cercanos como el de Mérida. (Sin comentarios por ahora). Maestro Ordóñez porque no es habituario que alguien, por decir de Calderón y de su obra, se refiera al famoso exemplo XI de El Conde Lucanor. Bueno, él, que cita para sugerir sobre La vida es sueño obras contemporáneas como La invención de Morel, la trilogía Matrix o El show de Truman, dice que si queremos hallar un claro precedente de ese drama de Calderón hay que remontarse, tres siglos atrás, al maravilloso relato de El brujo postergado que está en El Conde Lucanor. Y aquí está el interés. Se confunde. Porque no, no hay ningún relato en los enxiemplos del Conde y de Patronio que lleve un título así. Sí, sin embargo,  está en Borges —que lo conocía como "el cuento de las perdices"— en su Historia universal de la infamia, de donde probablemente lo recuerda el maestro Ordóñez en un cruce de referencias memorable, como tiene que ser. Y está en uno de los textos de Los valores literarios de Azorín, que leyó Borges, seguro. En fin, que El brujo postergado que dice Ordóñez es el fantástico relato —pieza clave para enseñar a escribir cuentos fantásticos— "De lo que contesció a un deán de Sanctiago con don Yllán, el grand maestro de Toledo". El que se remata con

Al que mucho ayudares et non te lo conosciere,
menos ayuda avrás dél desque en grand onra subiere.

Es lo que tiene la lectura de la prensa del día; y que, a pesar de todo, sigue trayendo lo peor y lo más feo a la primera plana.

jueves, julio 05, 2012

Voces del extremo


Poesía y conciencia. Poesía y conflicto. Poesía y canción. Son algunos de los títulos que los encuentros de poetas en Moguer han tomado a lo largo de varios años ya, más de una decena, si no me confundo, si digo que el primer encuentro Voces del extremo. Las voces de la poesía española al otro extremo de la centuria fue el de diciembre de 1999, todos organizados por la Fundación Zenobia y Juan Ramón Jiménez y coordinados desde siempre por el poeta Antonio Orihuela. Ahora, en julio, con el aporte de la Peña de Cante Jondo de Moguer, se anuncia un nuevo encuentro Voces del extremo. Poesía y amor para los días 26, 27 y 28 de este mes. He mirado hacia atrás, he cogido varios de los volúmenes publicados en los encuentros anteriores, y he de decir que gusta saber que sigue despierto y activo un cierto tipo de ilustrado pensamiento radical. Que gusta ver detrás de todo esto a Antonio Orihuela y a otros amigos, como Antonio Gómez, un asiduo desde los primeros encuentros. Entre el 26 y el 28 de julio, en la Fundación Zenobia Juan Ramón Jiménez de Moguer. Aquí puede verse el programa.

martes, julio 03, 2012

Lo solo del animal (II)


Olvido García Valdés
© Detalle de fotografía de Alonso y Marful
¿Cuánto vive una mosca? Excepcionalmente, un mes; menos en uno de los poemas de Olvido García Valdés de Lo solo del animal, su último libro, como ya he recordado aquí. En ese poema, una mosca, que no es un animal doméstico, pero que bien puede ser un doméstico animal con su ruidito y talla breve, algo cercano que persiste, no solo puede vivir más de un mes, sino que vive para siempre, se reproduce en todas nuestras domésticas moscas. Es curioso, porque este poema de Olvido es el centro de todo su libro (pág. 99). De las cinco secciones, está situado en la tercera; y de los nueve poemas de esa sección, ocupa justo el centro, pues es el quinto poema. No es un poema principal; yo diría que es menor. Menor en algún sentido. Se trata de una mota, de una minucia enormemente significativa en lo que tiene de atención a lo ínfimo, al detalle, a lo doméstico, valga la insistencia. Lo solo del animal. Con la exigencia de siempre, Olvido García Valdés se fija en lo animal, insistentemente en el frágil, diminuto y grácil mundo de las aves pequeñas (mirlos, tordos...) que se contempla como objeto de la conciencia poética que propone una exploración en el lenguaje desde un cierto tipo de extrañamiento. Un discurso elíptico y sincopado, que prescinde a veces de artículos, de pronombres, apoyado en una puntuación que obvia las pausas menores; una manera poética interrupta de expresar lo visto y lo vivido como transferencias de recuerdos. Un extrañamiento formal que se acompaña también de algún quiebro argumental, como el que abre la segunda sección, "Una certeza de aristas leves", que parece un cambio de registro en un primer poema que toma como contrapunto la cumbre de la cadena alimentaria, el animal racional, el bípedo. Sí, Olvido García Valdés escribe una escena en la cafetería de unos grandes almacenes de dos hombres que miran el trasero a dos mujeres "de leves rasgos orientales", mientras esperan a que las suyas —dos mujeres y una niña— vuelvan del baño. Incluso en el nivel léxico se aprecia esta indagación en la que se mete el discurso poético de Olvido y que pone geco en sus poemas o un vierbe, tan asturiano. Y en la estructura, como se ha dicho, pero también en las vinculaciones y enlaces entre textos, como en los relacionados por la reiteración de "carece de propiedad de simetría" la devoción, en dos poemas distantes (pág. 123 y pág. 133). Quiero decir que este libro de Olvido, como ocurre con todos los suyos, es un pozo del que el lector puede sacar mucha agua; eso sí, en un mundo en el que el agua sale fácilmente si uno gira, presiona o desplaza la llave, el botón o el mando del grifo. Por eso, a pesar de la costumbre, conviene de vez en cuando leer libros como éste. Y molestarse en coger el cubo, salir de casa e ir a la fuente. Insisto, seguimos siendo unos cuantos los lectores que estamos muy por debajo de la literatura que leemos.

El Alambique


Me ha escrito Agustín Porras, el director de la revista poética El Alambique, para pedirme colaboración para un próximo número en el que el habitual homenaje —han publicado ya los de Ricardo Paseyro, Ángel Crespo, Julio Antonio Gómez, Ángel Luis Vigaray y José Manuel Capêlo— estará dedicado a Ángel Campos Pámpano. Lo celebro. Precisamente, el último, el número 5, dedicado a la figura del poeta portugués José Manuel Capêlo (1946-2010), se presentará pasado mañana, 5 de julio, a las 20:30, en la Taberna La Jara (C/ Santa María, 28) de Madrid, con la intervención de Ángel Guinda, Jorge Dot, Agustín Porras, José Luis de la Vega y algunos de los colaboradores de la revista.

lunes, julio 02, 2012

Contra la cultura


He recibido, como otros muchos, un correo de Paco Rebollo (Fundación Re Bross) en el que nos informa de que la Dirección General de Promoción Cultural de la Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Extremadura le ha comunicado la cancelación de la ayuda anual que concedía a la fundación para la publicación de la revista Versión Original. No sé si llamarlo torpeza, miopía o irresponsabilidad; pero aplicar al terreno de la cultura una política tan radical —ni siquiera de recortes— de eliminación o cancelación de apoyos a lo que merece la pena sin muchos costes es uno de los grandes desastres de la actuación política en la corta historia de esta comunidad autónoma. Versión original lleva muchos años publicándose ininterrumpidamente y creo que es incontestable el papel que ha desempeñado en el panorama cultural de Extremadura y la consideración que tiene en el ámbito de la difusión del cine en el resto de España. Aunque solo sea por respeto a los que aman el cine y han colaborado desinteresadamente en este proyecto. No puedo comprender tanto desprecio, tanta indolencia prepotente.