jueves, mayo 31, 2012

Foro cultural


Ando por Madrid —andar poco; de bibliotecas—; pero si estuviese en Zafra me pasaría por el foro de debate sobre el paisaje cultural que queremos para Extremadura organizado por el Colectivo Manuel J. Peláez al que tengo el gusto de pertenecer desde su fundación. El foro se celebra esta tarde —a las 20:00 horas— en el Centro Recreativo de Zafra (C/ Huelva, 13). El texto difundido junto a la convocatoria dice así: "La larga crisis económica que estamos sufriendo en los últimos años está deteriorando nuestro tejido social y cultural. El estado del bienestar se está transformando en un estado del malestar en el que la ciudadanía ve reducidos cada día sus ingresos económicos y derechos sociales. Desde las instituciones se habla mucho de conocimiento, emprendimiento e innovación, pero a la vez desde ellas se recorta en educación, ciencia y cultura; pilares imprescindibles para desarrollar una sociedad crítica y dinámica, capaz de imaginar y construir un futuro mejor.  Sin preparación cultural y conocimientos técnicos será difícil crear una sociedad emprendedora (no solo empresarial, también científica, artística, social) con referentes, valores y modelos en los cuales inspirarse. Aquellos que confunden cultura con banalidad afirman que la cultura es un lujo en tiempos de crisis. Todo lo contrario, solo con conocimientos culturales seremos capaces de entender nuestras crisis, analizarlas y buscar soluciones. Debemos recordar que la cultura es un derecho y no un privilegio, que debe llegar a todos los ciudadanos, y que está amparada por el artículo 44 de nuestra Constitución. Por lo tanto hay que exigir y reivindicar activamente su cumplimiento. La riqueza cultural de la Región es, sobre todo, la capacidad cultural y creativa de sus habitantes. Sin sus energías creativas una sociedad está condenada a la ignorancia y a la emigración. Desde estas reflexiones el Colectivo Manuel J. Peláez convoca a toda la ciudadanía inquieta por el futuro y a todos los colectivos culturales, artísticos y educativos a un primer encuentro donde analicemos la situación cultural de nuestros pueblos y ciudades, buscando soluciones para que Extremadura no pierda el impulso creativo que tanto le ha costado conseguir desde la creación de su autonomía."

miércoles, mayo 30, 2012

Poesía experimental

Hace ya unos años que se publicó la antología —incompleta también— Poesía visual española, también en Calambur (2007) y también propuesta por Alfonso López Gradolí (Valencia, 1943), que ahora ofrece esta selección de Poesía experimental española (Antología incompleta), Madrid, Calambur (Poesía, 129), 2012. Lógicamente, aquí no se repite ninguno de los cincuenta y siete autores que conformaron aquella antología visual, que podría considerarse una antología matriz de la poesía visual española elaborada por uno de sus protagonistas. En esta, en la antología experimental, hay sesenta y tres autores. Sin tener en poco al antólogo, sería saludable —todo llegará— que los estudios y colectáneas sobre estas nuevas formas de expresión poética las debiésemos a personas interesadas y no practicantes. Todo llegará, como digo. Mientras tanto, hay demasiada militancia y, quizá, mucho de indefinición y afán por una generalización reivindicativa. Ocurre, creo, en esta antología. Y vaya por delante que es una bendición que estén todos los que están; pero es más que discutible que estén algunos de los que están. Sin duda, lo experimental amplía la noción de lo visual, y por ello permite que se contemplen poéticas que están fuera de lo convencional —¿qué es lo convencional?— y que en modo alguno, a mi parecer, pueden ser experimentales. A menos que por experimental consideremos radicalidades como el Lazarillo, el Quijote o Espacio, de Juan Ramón Jiménez. Es el caso de la poesía de Luciano Feria. Su generosa inclusión en esta antología y mi conocimiento de su poesía animan este comentario. Y lo mismo valdría decir de la presencia de autores como José María Bermejo, o de la de los poemas de Ferrer Lerín o Antonio Leyva. También, como escribo desde aquí, desde el lejano Oeste, me agrada ver las secuelas de la Poesía visual española, es decir, de autores como Antonio Gómez, en la Poesía experimental española, en la selección de obra de autores extremeños como Paco Señor, Emilia Oliva, Juan Ricardo Montaña, Juan Manuel Escudero, y, claro, de José María Bermejo y Luciano Feria, aunque yo siga estupefacto. Y en eso tiene razón López Gradolí; la poesía de Luciano Feria es más experimental que la poesía jitanjafónica de José Fernández Arroyo (págs. 100-102). En la caseta 135 de la Feria del Libro de Madrid.

lunes, mayo 28, 2012

Mi querido Dostoievski


“Todo texto epistolar es un pretexto afectivo”, escribió Agustín Villar en Crepusculario menor (Badajoz, Col. Alcazaba, 1998), su segundo libro de aforismos tras Ocelos (Badajoz, Col. Alcazaba, 1991). Recuerdo que anoté la frase y la puse como uno de los epígrafes de algo aún inédito escrito en forma de cartas. Por aquel entonces yo leía todo lo que caía en mis manos sobre novela epistolar o que sonase a ello. Leí El escritorio de las maravillas (Barcelona, Península, 1997), de Mario Pasa; La carta de amor (Barcelona, Emecé Editores, 1995), de Cathleen Schine; la novela de Fernando Savater El jardín de las dudas (Barcelona, Planeta, 1994); Querido Miguel (Barcelona, Lumen, 1989), de Natalia Ginzburg; volví a textos clásicos de literatura epistolar, conocí otros, del XVII y XVIII, de Fontenelle, Rousseau, Laclos, Foscolo...; e indagué en estudios sobre el asunto, de Jaime Trueba, de Gonzalo Pontón Gijón... Últimamente, busco otro clásico como Félix de Llanos y su discurso en la RAE Apología de la carta privada como elemento literario (1945). Y sigo con interés. La prueba está —aunque se sumen otros alicientes— en cómo he sabido de la intención literaria pero no privada de la última obra de Francisco Rodríguez Criado (Cáceres, 1967), que ha titulado tan epistolarmente Mi querido Dostoievski (Alpedrete, Madrid, Ediciones de la Discreta, 2012). Es una novela epistolar. No otra novela más, como se excusa el autor en la nota de "Agradecimientos", sino otra novela epistolar. Un ítem más en el registro no hecho de novelas epistolares contemporáneas. Y esta tiene para mí el interés endógeno de ser un paso más de la carrera de Fran Rodríguez Criado, a quien conocí cuando había escrito muy poco. Ahora —desde hace años— se muestra como alguien que ha hecho de la escritura y de la literatura su centro. Y ahora de una manera muy directa. Con un texto epistolar —afectivo, sin duda, como diría Agustín Villar— fechado en Roma entre el 3 de septiembre de 2009 y el 20 de marzo de 2010, y firmado por una Laura Bauer co-protagonista —con permiso de Dostoievski—, y su epílogo de 18 de agosto de 2010 también en forma de carta firmada por un personaje estructural llamado Silvestre Mroz. Con esos mimbres, Fran Rodríguez Criado construye una novela epistolar. Se sabe por los títulos que pone a las cartas de Laura, 81 años, lectora devota de Fédor, el que escribió "No se puede callar cuando se siente" (Memorias del subsuelo). La novela es la de un lector asombrado. En cartas. En este caso, lo epistolar es un pretexto para la expresión de las relaciones que el ser humano mantiene con lo artístico; con la música, con la literatura de otros —la de Dostoievski; pero también la de Tolstói...—, y con la propia escritura, la de esta mujer que intenta "hablar menos y decir más." Un propósito y unas pulsiones aplicables, claro está, al autor de Mi querido Dostoievski.

viernes, mayo 25, 2012

Porno ficción

Otra vez llego a mi ritmo a un nuevo título de Diego Doncel, que como novedad tiene ya un año, pues apareció en marzo de 2011 en DVD Ediciones como XXXVII Premio de Poesía Ciudad de Burgos. No es nueva (¿con respecto a qué?) esta tardanza. Principalmente desde su novela El ángulo de los secretos femeninos (Mondadori, 2003), Diego Doncel viene buscando en su escritura una manera distinta de expresar cierto fastidio universal —Juan Meléndez Valdés— del hombre contemporáneo. Mencionar con lo contemporáneo a un ilustrado como Meléndez me lleva a la imagen de un casi coetáneo suyo: Rousseau. Me lleva al paseante solitario y sus ensoñaciones; pero por un paisaje urbano. El escenario de asfalto, hormigón y metal de En ningún paraíso (Visor, 2005), el anterior libro de poemas de Diego Doncel, parece prolongarse en Porno ficción, un libro también muy cercano a la imagen y al relato cinematográficos, a la expresión visual dinámica, aquí sobre la base versicular del poema. Y en el carril de aceleración un discurso de protesta —solo discurso—, una propuesta provocadora —solo propuesta— que se resumen —no nos engañemos— en la letra de 17 poemas: Limonada y pastillas. Momentos de ciencia ficción. Hipermodernidad. Sexsurfing. Zonas de tránsito. Ocean Club. Racaille et restau du coeur. Autopistas y burbujas. La experiencia del shock. Psycho. TV Psiquis. Affinity toxic. Refugios. Lo furtivo. Ventanas electrónicas. Glitch o la ciudad del error. The end: catástrofe. Por ejemplo. Y creo que esta relación, para el que no ha leído el libro, vale más que la mejor de las reseñas. Diré también que el mensaje o grito o eslogan principal del libro es nuevamente en Diego Doncel sentimiento y pensamiento; pero sentimiento ahora como supervivencia frente a una industria sentimental creada por una sociedad salvajemente consumista ¿y deshumanizada? Quizá por esto Porno ficción se justifica en el sentimiento más real y cercano, el que sugieren paratextos como la "Nota final" a modo de carta dirigida a "Querida A". Esa inicial, primera del alfabeto, coincide con la del nombre de la mujer del poeta y con la del de su hija. La primera es receptora que ya aparece supuestamente en la nota preliminar de tan solo ocho palabras: No leas esta dedicatoria / es una vía revolucionaria. La segunda está, con su hermano, en la dedicatoria, tras dos citas de Shakespeare y C. Jung: Para Andrea y Fernando. El futuro, ojalá revolucionario. Los tres están en Porno ficción y estuvieron más explícitamente en En ningún paraíso. Diré también, hablando de paratextos, que duele encontrarse en el texto de Amador Fernández-Savater, en cuarta de cubierta, con ese radioactiva que choca tanto. Y diré también que tengo la suerte de leer libros que tienen la capacidad de sugerir literariamente lo que otros muchos libros de poemas no logran, y lo hacen desde lados distintos, a veces antagónicos. Es la grandeza de esto. En cuanto a la presencia del pensamiento, remito al poema Racaille et restau du coeur, que comienza "Nosotros no pensamos, nosotros consumimos pensamientos". Hay más.

miércoles, mayo 23, 2012

Otro Bécquer

© Gustavo Adolfo dibujado por Valeriano Bécquer (Biblioteca Nacional de España)
Otro Bécquer. Muy distinto al de ayer. En el programa de Javier Gallego Carne cruda (Radio 3) escuché hace varios meses una pieza del grupo de rock radical vasco Tijuana in blue. Me sonó la letra. Claro que sí. Lo que estaban cantando era la Rima LXXIII ("Cerraron sus ojos / que aún tenía abiertos"), sí, la de "¡¡Dios mío, qué solos / se quedan los muertos!!", interesantísima, también textualmente. Se incluyó como extra en el cedé de Sembrando el pánico, un disco de 1990, si no estoy confundido, y en el que surgió Eskroto, uno de los cantantes del grupo, que luego formaría en México Kojón Prieto y Los Huajolotes, muerto en circunstancias tan radicales como su propia música. Vamos, Bécquer en estado puro. Ahora no encuentro el enlace, si lo hay. Recuerdo como sugerente esta lectura musical del sevillano, aunque Fernández Arbós levante la cabeza.

martes, mayo 22, 2012

Rimas, radio, voz y música

Julia me ha hecho una especie de encuesta por teléfono sobre emisoras de radio. Soy demasiado escuchante de la radio pública como para dar la opinión diversa que ella buscaba al preguntarme, por ejemplo, qué distingue a Onda Cero. Solo sé que lo que escucho tiene la distinción del maestro honrado y culto que enseña. Me enseña ahora José Mª Velázquez-Gaztelu Nuestro flamenco con una conversación con el modesto cantaor jerezano José de los Camarones. Y hace unas horas —ayer tarde ya— Carlos de Matesanz, el director y locutor del programa Viaje a Ítaca, también de Radio Clásica, en el especial que dedica los lunes a música y literatura. Ha dado las seis rimas de Gustavo Adolfo Bécquer de Enrique Fernández Arbós, director que fue de la Orquesta Sinfónica de Madrid por la que se publicó hace seis años un primer disco recopilatorio con las obras del madrileño. He visto que hay más rimas de Bécquer con voz y música; pero las que ha puesto Matesanz con la voz de Emilio Sánchez y el piano de Fernando Turina han sido la XXX ("Asomaba a sus ojos una lágrima"), la XXI ("¿Qué es poesía?"), la XVI ("Si al mecer las azules campanillas"), la X ("Los invisibles átomos del aire"), la LII ("Olas gigantes que os rompéis bramando") y la famosa LIII ("Volverán las oscuras golondrinas"). Quizá sean así la voz y el aire de una emisora de radio. No sé.

lunes, mayo 21, 2012

1962

El pasado viernes El Cultural dedicó unas páginas a celebrar el año 1962 como el del "milagro literario en español" por la coincidencia de tantos y tan buenos títulos, "imprescindibles y fundacionales", como Historias de cronopios y famas de Julio Cortázar, Aura de Carlos Fuentes, Las ratas de Miguel Delibes, Tiempo de silencio de Luis Martín Santos, Bomarzo de Mujica Láinez, El siglo de las luces de Alejo Carpentier... Hace cincuenta años, los que yo cumpliré (?) dentro de poco por haber nacido el mismo 1962 en que se publicó la primera edición en catalán de La plaça del diamant de Mercè Rodoreda, otra perla de la añada. Los títulos celebrados en el suplemento son todos de narrativa, y no sé si en alguna otra entrega habrá espacio para otros géneros; pero, sin duda, falta un libro esencial: Desolación de la Quimera, de Luis Cernuda. Esencial, al menos, para mi 1962, para mi manera de construir el comienzo de mi propia historia, de mi vida. No deja de ser una tontería fijarse en un libro espléndido por haberse publicado cuando uno vino al mundo. De no leer, no lo diría. Y ya que lo digo, merece un par de líneas mi madre, que ayer, mirándose al espejo me dijo: —Vais a tener razón. Es verdad que hoy estoy guapa.

viernes, mayo 18, 2012

Carmen Pérez Romero

Ayer murió Carmen Pérez Romero. Descanse en paz. Fue profesora de lengua y literatura inglesas en nuestra Universidad durante más de treinta años, hasta su jubilación en 1999, motivo por el cual, la Facultad de Filosofía y Letras editó en el año 2000 un volumen de estudios en Homenaje a la profesora Carmen Pérez Romero. Su tesis doctoral sobre la poesía de expresión inglesa (W. Shakespeare, W. Blake, E. Dickinson y W. B. Yeats) en la lírica de Juan Ramón Jiménez determinó gran parte de su carrera investigadora, que combinó los estudios traductológicos —tuve la suerte de participar en la reedición en 2006 de sus celebradas versiones de los sonetos de Shakespeare de 1987 por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura— con otros sobre ecos de la literatura anglosajona en el citado Juan Ramón o en Pedro Salinas. Con su salud quebrada desde hacía años, y con el golpe de su viudez, se mantuvo activa intelectualmente y siempre inquieta e interesada por todo lo que tuviese que ver con la filología y la cultura. Tuve muchos encuentros con ella cuando venía a Cáceres tras sus estancias con su hija Lourdes Bueno Pérez en Austin (Texas), en donde esta da clases y desde donde dirige la revista Estreno. Lourdes, su orgullo; una de sus niñas, junto a Sandra y Lydia, sus nietas. A ellas dedicó el último de sus libros: Juan Ramón Jiménez: ecos y traducciones (Moguer, Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Fundación Cajasol y Diputación Provincial de Huelva, 2009), que reunió algunos de sus trabajos dispersos y recopiló traducciones juanramonianas de Yeats, Blake, George W. Russell, Robert Browning y Amy Lowell, que analizó para responder preguntas como por qué traduce Jiménez, a quién traduce, cómo son las traducciones y qué nos dicen. Nos encontrábamos sobre todo en verano, cuando ella acudía, como una entusiasta estudiante, a los extintos cursos de verano Lecciones de teatro clásico y a las funciones del festival cacereño de teatro clásico, siempre con Lourdes. A ellas, mi recuerdo y mi abrazo.

jueves, mayo 17, 2012

Un centro fugitivo


Esta tarde se presenta en Plasencia, en la Sala Verdugo, a las 20:30 horas. Salvo algunos cuadernillos o volúmenes antológicos en los que se reunieron unos pocos poemas de Álvaro Valverde, esta es la primera vez que se publica una antología poética mayor de su obra. Después de más de veinticinco años de escritura, y a la vista de los eventos consuetudinarios que acontecen en el panorama editorial, no solo extraña que haya tardado tanto una antología como esta, sino que incluso alguno echará en falta unas obras reunidas. Publicada en la colección Arrecifes de Ediciones de La Isla de Siltolá, Un centro fugitivo. Antología poética (1985-2010) recoge, en edición de Jordi Doce, autor de la introducción y de la selección, poemas ineludibles de los libros principales de Álvaro: Las aguas detenidas (1989), Una oculta razón (1991), A debida distancia (1993), Ensayando círculos (1995), Mecánica terrestre (2002) y Desde fuera (2008). He omitido lo principal, sin prelación. Que la selección —aquí se ve más a Álvaro— se abre con un poema no incluido en ninguno de sus libros, "Hojas de acanto y rosas", que se publicó en la antología de José Luis García Martín La generación de los ochenta (1988), y al que Álvaro ha aludido en más de esa ocasión de la lectura en la Fundación Juan March —yo se lo escuché en la presentación placentina de Desde fuera— que se materializó en su espléndida poética "La sombra de una idea (Leyéndome a mí mismo)". Que el prólogo de Jordi Doce ("Diré lo que me huye") es una espléndida introducción a la poesía de Álvaro Valverde, un "poeta dotado de una voz y un mundo personales, distintivos, […] capaz de hablar en nuestro nombre, mostrar en qué radica nuestra vida". Que se nota su mano —la de Jordi— en la inclusión de algunos fragmentos en prosa de Los marinos inmóviles (1996), la plaquette publicada en la colección "Nómadas", auspiciada por el poeta asturiano. Que la antología se cierra con una "Nota del autor", marca ya presente en todos los libros de Álvaro, y que uno siempre busca con interés por la información cordial y literaria que suele contener. Que se incluyen ocho poemas inéditos. Que, en fin, es una bellísima edición, muy cuidada, casi sin mácula. Felicidades.

miércoles, mayo 16, 2012

Libros

Entre clase y clase y con sosiego escaso de mi parte, vino a hablarme ayer Mario Martín Gijón sobre un libro necesario por hacer y me regaló otro hecho y bien hecho, la edición del libro inédito hasta ahora —considerado durante mucho tiempo una obra desaparecida— de Máximo José Kahn Arte y Torá. Exterior e interior del judaísmo (Ed. de Mario Martín Gijón y Leonardo Senkman. Sevilla, Editorial Renacimiento. Biblioteca del Exilio, 2012), su gran libro sobre el judaísmo. A Mario debo también un regalo anterior, su ensayo La patria imaginada de Máximo José Kahn. Vida y obra de un escritor de tres exilios (Valencia, Pre-Textos y Fundación Amado Alonso, 2012), que fue Premio Internacional "Amado Alonso" de Crítica Literaria en 2011. El regalo de Arte y Torá fue ayer una señal impredecible —su imagen preside, por eso, estas líneas— del torrente de novedades que encontré por la tarde en mi apartado de correos. La más esperada, el libro de Álvaro Valverde, Un centro fugitivo. Antología poética (1985-2010), publicado por La Isla de Siltolá, editorial (Javier Sánchez Menéndez) que me ha honrado con el envío, como siempre, de sus publicaciones recientes. A saber, los libros de poemas de Raúl Pizarro (Lo único que importa), de Elena Román (Será genealogía) y de Juan María Calles (La música del aire), un autor que me apetece mucho volver a leer. El relato de Jorge Duarte Por un puñado de sal (Sevilla, La Isla de Siltolá, Colección Levante, 2012), la edición de Marie-Christine del Castillo con prólogo de Juan Manuel Bonet del único libro de poemas del brasileño compañero de viaje de la vanguardia Luís Aranha: Cocktails (Sevilla, La Isla de Siltolá, Colección UrbietOrbi, 2012), la antología de poetas ecuatorianos Poetas de la emoción, el libro de Luis Alberto de Cuenca Palabras con alas, por recoger sus colaboraciones en la revista Mercurio, notas de lectura de muy diversas obras... Abruma ahora la lista como pesaron los sobres recibidos. Además, Cierto ciervo que vi, un libro con fotografías de José del Río Mons y poemas de Vicente Valero prologado por Ignacio Gómez de Liaño, publicado en los Anejos de Siltolá. También Chaves Nogales, una reunión de textos sobre el periodista sevillano coordinada por Juan Bonilla y Juan Marqués. Y una impresionante edición de la Poesía completa de Víctor Botas, al cuidado de José Luis García Martín. Si no he contado mal, son doce libros. Todos, excepto el primero, el de Kahn, publicados por la sevillana Isla de Siltolá. Pero en mi reducido apartado también estaba el aviso del envío de dos más: los dos últimos premios internacionales "Gerardo Diego" de Investigación literaria (2010 y 2011) que concede la Fundación Gerardo Diego: Poesía y filosofía: María Zambrano, la Generación del 27 y Emilio Prados, de Alfonso Berrocal, y El sometimiento de la palabra (poética). La poesía de Diego Jesús Jiménez entre Fiesta en la oscuridad e Itinerario para náufragos, de Tomás-Néstor Martínez Álvarez, ambos publicados por Pre-Textos. Cargado con mis libros el día menos pensado, pasé por la librería para recoger un encargo, y cargué con la última adquisición del día, la última edición de Su único hijo, de Clarín, publicada por Castalia con introducción de Francisco Caudet. Quince, pues. Sin pagar más que uno, el último citado: 10,50 €. Y muy agradecido, que conste.

lunes, mayo 14, 2012

Prestigio

El Bosco. El prestidigitador. Museo Municipal de Saint-Germain-en-Laye (Francia)

Cañizares da para mucho. En una de las más famosas —en su tiempo— comedias de magia de este autor, El asombro de la Francia, Marta la Romarantina (1716), se lee en el interrogatorio del Obispo a la protagonista, en la jornada II: "¿Sabéis que es magia o prestigio?". Su relectura me ha hecho reparar en la sugestiva y jugosa etimología de la palabra prestigio que hoy usamos con un significado de todos conocido, tan diferente del que tuvo. La palabra viene del latín con el significado de ilusión, de juego de manos, que es el que se recoge en el Diccionario de Autoridades ("El engaño, ilusión o apariencia, con que los prestigiadores emboban al pueblo"). El que hacía prestigios era un prestigiador. Y prestigiar era embaucar. En el Diccionario crítico etimológico de Corominas-Pascual podemos leer que los franceses alteraron —en el siglo XIX— el praestigiator latino en prestidigitateur por una seudo-etimología que interpretó la palabra como un compuesto de preste (presto, rápido) y digitus (dedo). Curioso. Hoy, aquello está como tercera y cuarta acepción en el diccionario actual, como poco usado. Por cierto, en sitio tan eminente como Rinconete, he encontrado esta perla de José María Romera que no pretendo emular; que, más bien, dice mejor lo que yo quería decir.

domingo, mayo 13, 2012

Acis y Galatea

He hablado estos días pasados en clase de José de Cañizares (1676-1750). Sé que su teatro no es materia generalizada en los estudios literarios, y menos en los programas universitarios; pero precisamente esto añade valor a que mis alumnos puedan conocer un lado menos sabido de la literatura del siglo XVIII, de la muy seguida en su tiempo literatura popular. La experiencia coincide con la lectura de una zarzuela mitológica de Cañizares, Acis y Galatea. No es una de esas piezas con las que llenó los corrales el madrileño censor de comedias, sino que se trata de una obra de teatro cortesano, destinada a palacio; en concreto, representada con motivo del cumpleaños del rey Felipe V en 1708. La música fue de Antonio de Literes y desde hace tan solo una docena de años conocemos, gracias a Alicia Lázaro y Eduardo López Banzo, la interpretación por el grupo de música barroca Al Ayre Español de la partitura conservada en la Biblioteca Nacional española. A su mejor conocimiento contribuye la profesora sevillana Mª del Rosario Leal Bonmati (Escola Superior de Tecnologia e Gestão de Portalegre, Portugal), que ha editado y anotado esta zarzuela en dos jornadas precedida de un amplio estudio que no solo analiza sin dejar resquicio esta obra mitológica, sino que es una buena introducción informativa al autor, Cañizares, y resulta un utilísimo resumen de la historia literaria del mito de Acis y Galatea desde Hesíodo. El trabajo realizado por Charo Leal es filológicamente muy exigente. A veces, demasiado. Por ejemplo, en la descripción de los testimonios manuscritos, sobre los que se nos detalla incluso dónde está situado el membrete de la Biblioteca Nacional o de qué tipo son las tapas que los conservan o si la funda de plástico transparente que los preserva tiene apertura superior. Lo único que quiere decir esto es el rigor con el que trabaja la autora de esta edición, no que sea necesario; pues no tiene que demostrar Charo Leal que trabaja mucho y bien. La ficha: José de Cañizares, Acis y Galatea. Edición crítica, introducción y notas de Mª del Rosario Leal Bonmati. Prólogo de Piedad Bolaños Donoso. Madrid, Iberoamericana-Vervuert y CSIC, 2011.

jueves, mayo 10, 2012

Presentación de 'Cercano a lo que importa'

De Carlos Medrano, ayer: "A 24 horas de este entrañable acto coincidente con el día del nacimiento de Ángel —que ya no de sus cumpleaños— te y os envío a los amigos participantes —Tomás, Álvaro y tú mismo, tal vez también otros— un cordial abrazo con todo el deseo de estar acompañandoos desde aquí en el recuerdo y lectura de la obra poética de Ángel Campos Pámpano, tan grande y tan valioso todavía, como un niño. En el fondo, es una celebración de lo mejor que teníamos y que nos sigue dejando cercanos e indefensos. Y para él, sin dudarlo, como siempre, mi cariño."

lunes, mayo 07, 2012

El telón de Milan Kundera

No es la primera vez que un alumno me recomienda un libro deslumbrante. Ni es la primera que lo cuento. Ojalá que no sea la última. Mi alumno es paisano del autor, Milan Kundera, y el libro es El telón. Ensayo en siete partes, que publicó ya hace unos años Tusquets Editores. Está traducido del original francés por Beatriz de Moura. En el original francés, precisamente, leí uno de los ensayos de este volumen, el de la segunda parte, "Die Weltliteratur", la literatura universal. Lo leí también gracias a mi alumno, cuyo papel en esta lectura me recuerda lo que a veces me ocurre después de una clase. Salgo con la sensación de que no he sabido expresar como quería una idea, y al llegar a casa abro el libro que la dice con asombrosa claridad. El libro de Kundera lo logra casi en todo lo referido a lo que esta misma mañana quería yo decir sobre el arte de la novela. Algo sobre la trascendencia e importancia del género, algo sobre la coherencia de la composición, algo sobre su sentido como un medio de conocimiento de lo real y de lo humano, e incluso una curiosa interpretación del paso —conversión, lo llama— de poeta a novelista. Es un libro revelador por muchas razones, y vuelve a hacerse simpático por tomar como una de sus principales fuentes a Cervantes y al Quijote. Pero también a Kafka, y a Rabelais, y a Sterne... Tiene ese encanto que se halla en los escritores admirables de abrirte al mundo con solo el gesto de abrir un libro. Kundera abrió en 1989 en la biblioteca de un amigo de Praga una novela, El monstruo de explosión (1932), de Jaromir John, un novelista checo de entreguerras. El protagonista no soporta el ruido de los coches —en 1920— y ha de dormir con tapones en los oídos. La presencia del ruido hoy —en las dos primeras décadas del siglo XXI— es una confirmación de que nos hemos relajado ante un problema o fenómeno que tuvo su magnitud cuando era todavía raro. Kundera pone ejemplos oportunos, y concluye que "mientras la realidad no se avergüenza de repetirse, el pensamiento, ante la repetición de la realidad, termina siempre por callar" (pág. 148); lo que hoy podríamos aplicar a mucho de la realidad que nos rodea. Y solo con el gesto de abrir un libro. En casa de un amigo. Con un libro prestado. En tu propia casa.

Sinestesia

Ella observó que algo olía mal.

domingo, mayo 06, 2012

Feria del libro

Hoy termina la feria del libro de Cáceres. Con minúsculas. Un año más, vuelve a ser derrotada por el fervor mariano de una población que se ha echado a la calle para adorar a su Virgen de la Montaña, su Patrona. Con mayúsculas. Se sorprendía el otro día una pareja de turistas andaluza del gentío que había en la calle y se preguntaba si sería por la feria. —No. Ya decían ellos. La feria del libro cacereña con minúsculas sigue pasando sin pena ni gloria, a pesar de que los libreros midan su repercusión con las cifras de ventas. Desde su punto de vista, la Virgen en Cáceres también contribuye a que se vendan libros. Desde el mío, esta feria seguirá sin levantar cabeza si no hay criterio de calidad ni imaginación para envolverla de un ambiente de verdadero interés por la lectura. No la levantará si su programación no refleja ni de lejos lo bueno que se está escribiendo en España o, si me apuran, en Extremadura. No levantará cabeza si no discrimina entre las editoriales que publican literatura de calidad contrastada y trascendente y aquellas que son meramente vocacionales y que se nutren de aficionados animosos. Lamentablemente, nadie les ha dicho que eso está muy bien y que hay que persistir; pero que eso no es la literatura todavía. (Yo juego al tenis. No sé jugar; pero juego.  A veces le pego a la bola con gracia; pero no se me ocurre ir a ningún torneo, ni a muestra ni a feria algunas). Y no levantará cabeza si se siguen haciendo presentaciones de libros en las que los autores y los presentadores, con ese afán de tener sus diez o quince (o cuarenta) minutos de gloria, nos afanamos en que nadie del auditorio —compuesto por algunas personas que nunca han leído un libro y que pasaban por allí— tenga interés por la obra que se presenta. He vuelto a ser testigo estos días. Es tan poco atractivo lo que uno escucha en esa carpa... Así que alguien sin mala fe tendría que poner orden en esto. Y que le paguen por ello, como al mecánico que repara una avería.

P.S.: Este texto estaba escrito desde ayer, antes de subir a este blog el comentario a la entrada sobre el Taller de Estudios Textuales. No soy tan buen mandado, y menos por un anónimo.

sábado, mayo 05, 2012

viernes, mayo 04, 2012

Taller de Estudios Textuales

Miércoles 9 de mayo
9:30    Miguel Ángel Lama (Universidad de Extremadura): Para editar la poesía de Cadalso
11:00    Carmen Peraita (Villanova University): Impresores celestiales: ritual urbano y cultura tipográfica en la Valencia del siglo XVII
12:30    Silvia Iriso (Universidad Autónoma de Barcelona y Átona Servicios Editoriales): La música en el texto: ecos y ritmos del villancico barroco

Jueves 10 de mayo
9:30    José Vela Tejada (Universidad de Zaragoza): Tucídides ¿continuado?: la transmisión de la historiografía post-tucididea
11:00    Violeta Pérez Custodio (Universidad de Cádiz): Un borrador de Arias Montano y las fuentes ocultas de unos textos retóricos impresos
12:30    Florence Serrano (Universidad de Extremadura): La transmisión manuscrita del Triunfo de las donas de Juan Rodríguez del Padrón

miércoles, mayo 02, 2012

Aguas de mayo

Uno de mi familia se levantó demógrafo: —Hay demasiada gente ignorante y demasiada mala gente. Es razón suficiente para estar molesto con la población mundial; al menos por un día.

La mayoría de las veces, cualquier producto mediocre tiene más valores que la crítica en la que lo tachamos de basura. De la película Ratatouille (Brad Bird, 2007).

Un sueño suele visitarme con frecuencia. Una masa de personas que se ha formado paulatinamente, poco a poco, de uno en uno, con la cadencia de la famosa escena de Los pájaros de Hitchcock, que invade un establecimiento —una entidad bancaria, por ejemplo—, y que abate estantes y vitrinas, mesas y otro mobiliario, y, sin romper ni llevarse nada, vuelve a salir a la calle para dispersarse.

No se trata de apoderarse del dinero de los ricos para dárselo a los pobres. Se trata de violentar a los ricos para recuperar lo que es nuestro, lo que nos han robado. Imagínense: el noventa por ciento de la población mundial contra cuatro mindundis que atesoran toda la riqueza y que nos están haciendo la vida imposible. Ir puerta por puerta a reclamar lo que es nuestro. El peor y más avaricioso de los empresarios es bueno al lado de unos especuladores.

Una de mi familia: —¿Por qué una obra literaria es buena y otra es mala? Llevo años respondiendo a eso sin preguntas tan directas. Tengo la suerte, por ahora, de dedicarme a ello, sin juicios sumarísimos; al contrario, con dilación suficiente para meditar las cosas.