martes, marzo 28, 2006

Asperges de notas sobre la novela PARADOJA DEL INTERVENTOR (XVII)

Acabo de recibir la nueva edición de la novela Paradoja del interventor (Barcelona, Tusquets Editores, 2006). Hace el título número 599 de la colección Andanzas. No observo variaciones llamativas con respecto a la primera edición en Del Oeste Ediciones (2004). Me confirma el autor que, además de la corrección de erratas, ha realizado otras menores para evitar repeticiones, redondear alguna frase o unificar “alguna cosilla (un ejemplo: a veces, el interventor usaba un ‘cazo’ y a veces un ‘cacillo’; ahora sólo usa ‘cacillo’), cosas así”.
En cubierta, una fotografía de Geoffrey Clifford (Businessman Awaits his Train), que no retrata —y en realidad, no tiene por qué— la vieja estación de la novela y su progreso industrial desvanecido. En la solapa, una buena fotografía de Gonzalo Hidalgo hecha por Ismael Rozalén.
No parece que esta novela haya sido publicada con anterioridad por Del Oeste Ediciones en 2004. Sólo en la solapa se dice que es una “novela culminante de Hidalgo Bayal que ahora rescatamos para nuestro catálogo”. Nada más. Como ocurrió con Entre líneas, de Luis Landero, que publicó Tusquets en 2001, y que, a pesar de algunas variantes, tuvo una insoslayable primera edición con dibujos de Javier Fernández de Molina en Los Libros del Oeste ilustrados en 1996.

sábado, marzo 25, 2006

Últimos días

Y un día conoció a un hombre bueno,
y aquel hombre le dijo que la amaba.


Eduardo Jordá


Se acordó de haber leído un poema triste pero alegre, en el que se hablaba de una mujer a la que dijeron que le quedaban seis meses, y ella dijo que sí. Siempre decía que sí. Decía que sí a su vida aburrida, a la indolencia, a todo; y volvió a leer sus libros más queridos y se fue despidiendo de todos, los libros, los amigos, caminó y compró flores, y un jilguero al que soltó enseguida, y conoció a un hombre bueno que le dijo que la amaba. Y a partir de ese momento, todo fue limpio y sencillo, y los días no terminaban nunca, hasta que llegó el fin. Pero fue fácil, decía el poema, porque sólo cerró los ojos, vio aguas y nubes, y oyó risas de niños.
Se acordó de haber leído aquel poema cuando conoció a un hombre bueno y aquel hombre le dijo que la amaba. A ella no le quedaban seis meses, pero había sentido algo parecido cuando pensó en lo hecho a lo largo de su vida. No le hacía ninguna falta que nadie le dijese el tiempo que le quedaba para que ella mirase a su pasado. Ella creía que no había hecho nada. Y se lo dijo al hombre que la amaba.

jueves, marzo 23, 2006

Alto el fuego permanente

He puesto a enfriar una botella. Espero ansioso el momento de descorcharla.
He descorchado una botella y he bebido con un amigo para celebrar la idea de enfriar una botella para descorcharla cuando la ocasión lo merezca. Tautología feliz.

lunes, marzo 20, 2006

Entre una sombra y otra

"Entre una sombra y otra,
la esperanza es una luz compartida.

El estremecimiento,
delante del poema, de otro hombre sin paz."

Este poema, de los más breves del volumen, lleva por título el de este nuevo libro de Basilio Sánchez (Cáceres, 1958), Premio Unicaja de Poesía, que se presenta hoy lunes 20 de marzo en Cáceres, en el Aula de Cultura de Caja de Extremadura, a las 20.00 horas. Para hacer la presentación va a bajar desde León el profesor, poeta y traductor José Luis Puerto (La Alberca, 1953), que, también, leerá sus poemas el martes 21 en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres.

domingo, marzo 19, 2006

Irak

Tres años ya de la invasión de Irak. En estos días, sin reparar en el aniversario, pensaba en que, a pesar de la retirada de las tropas españolas, sigue habiendo poderosas razones para manifestarse contra una guerra injustificada, que incluso ahora intensifica sus operaciones militares. Hoy, en Madrid, varios miles de personas han salido a la calle para recordarlo. Y me pregunto por qué en este país, España, la televisión pública emite dos espléndidos y tremendos documentales en La noche temática (La 2) a partir de las doce de la noche, hasta casi las tres de la madrugada. La franja horaria de máxima audiencia está reservada a espacios más formativos.

martes, marzo 14, 2006

Alonso Zamora Vicente

A la salida de clase, en el pasillo, el Decano me dio ayer la noticia de la muerte de don Alonso Zamora Vicente. Salía del aula 29, la de tercero de Filología Hispánica, de hablar de Martes de Carnaval, de Valle-Inclán. Precisamente, sobre el que tanto escribió Zamora Vicente: sus estudios sobre las Sonatas (1947 y 1951), La realidad esperpéntica (1969), Valle-Inclán, novelista por entregas (1973)...
Supe por él que existía una figura en la Academia como la de Secretario Perpetuo, que, si uno cierra los ojos a la certeza de que somos finitos, era perfectamente comprensible en términos corporativos. Hasta que en 1989 dejó de serlo. Un imposible, pues. Ni siquiera don Alonso podía creerlo, y a veces jugó tras esa fecha con el oxímoron de firmar como "Ex-Secretario Perpetuo de la Real Academia Española".
En Cáceres, a dos pasos de casa queda una parte importante de lo que fue don Alonso, su biblioteca, con más de 30.000 registros, entre los que se encuentra la espléndida colección de publicaciones periódicas. Desde 1990 algún viaje se ha ahorrado más de uno a Madrid por tener aquí un estudio filológico o el número de una revista que buscaba. El tesón de siempre y el duelo de hoy están representados en la directora de esa biblioteca: Mª Antonia, 'Queca', Fajardo.

lunes, marzo 13, 2006

Agudeza y arte de ingenio

"Un hotel cúbico desafía a la Edad Media en Cáceres". Es el titular de El País el domingo pasado para hacerse eco de la noticia de que va a construirse un hotel de cinco estrellas en esta ciudad.
(Un hotel de cinco estrellas, sí. No una biblioteca, no. Ni un comedor social con diseño de vanguardia, no. Un hotel de cinco estrellas. El desarrollo, sí, el desarrollo.)
Léase, pues, el titular: "Un hotel cúbico desafía a la Edad Media en Cáceres". Y donde pone "Media" póngase "de Piedra". Resulta, pues, que "Un hotel cúbico desafía a la Edad de Piedra en Cáceres".
Nótese el significado del verbo "desafiar" y enfréntese un hotel cúbico (?) a la Edad Media (o de Piedra) y un resultado sería que los trogloditas se defienden.
La verdad es que la noticia del periódico empezaba así: "Las señoras, bien peinadas, con buenos abrigos, suben la cuesta empedrada para llegar a misa de siete. Al atravesar la plaza se enteran de la noticia y contemplan el fotomontaje que este periódico reproduce a la derecha [—yo no—]. Una se santigua; la otra exclama "Jesús, María y José" sin dejar de andar. Una tercera pregunta: "¿Y esto lo sabe José María? Porque yo le voy a llamar esta noche." José María es José María Saponi, alcalde de Cáceres, del PP; y la noticia consiste en la intención por parte de los propietarios del mejor restaurante de la ciudad, de derribar dos edificios de la plaza de San Mateo, en el corazón del casco histórico, para levantar un moderno hotel de lujo de diseño cúbico ideado por los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla."
Qué cosas. Será lo del patatal, que nos recuerda Álvaro Valverde.
He leído, para curarme del espanto de lo que leo firmado por Antonio Jiménez Barca, algunos textos de Albert Boadella sobre el cretinismo y el aplauso de la estupidez a propósito del montaje de Els Joglars de El retablo de las maravillas. Qué coincidencia. Habla hasta de la novela de Jerzy Kosinski Desde el jardín.
Me reafirmo, además de mi deseo de más bibliotecas y más justicia social, y menos ostentación de la riqueza, en que: no tengo el teléfono de José María, no tengo un buen abrigo, no tengo esa costumbre de ir a misa, no tengo pelo, y, en fin, que no tengo ganas de más grúas para construir nuevos ricos, nuevos libres, nuevos europeos, como escribió Juan Goytisolo en la página 11 de El País el lunes 26 de febrero de 1990.

miércoles, marzo 08, 2006

Luis de Oteyza

A mi profesor Juan Manuel Rozas (1936-1986) escuché por primera vez hablar de Anticípolis, la novela de mi paisano Luis de Oteyza (Zafra, 1883-Caracas, 1961). Fue en sus clases sobre la literatura del 27. Rozas va a ser recordado en unas jornadas en abril de las que habrá noticias en estos blogs, seguro. A Oteyza se le recuerda en Zafra, aunque nació allí por casualidad. Anticípolis se publicó por primera vez en 1931 (Madrid, Renacimiento) y conoció una segunda edición dos años después; pero no se había reeditado hasta ahora, que la publica la colección Letras Hispánicas de Ediciones Cátedra, en edición de Beatriz Barrantes Martín. No se había reeditado suelta, pues en 2000 se incluyó en la esmerada edición que la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, publicó como Obras Selectas en dos volúmenes estuchados y que fue presentada en Zafra en un homenaje al autor en octubre de 2000, como me recuerda la dedicatoria que mi hermano José María escribió en su regalo. Rozas citaba —en clase y en sus Tres secretos (a voces) de la literatura del 27Anticípolis al hablar de la fascinación de la vanguardia por la gran urbe y por la modernidad, principalmente, Nueva York, y al hilo de las referencias a las obras más conocidas de Juan Ramón Jiménez, Moreno Villa, García Lorca, Rafael Alberti... En la narrativa, Benjamín Jarnés, Antonio de Obregón; en el reportaje periodístico, Pedro Segura y Julio Camba. Referencias que no olvida mencionar Beatriz Barrantes en su introducción, que considero una de las más certeras aproximaciones a la significación de Oteyza en las letras españolas, y específicamente a esta singular novela. Pérez Bowie ya escribió sobre El diablo blanco, la novela más conocida de Oteyza, en la oportuna reedición de Clásicos Extremeños del Departamento de Publicaciones de la Diputación de Badajoz (1993), y Mª Rosa de Madariaga hizo lo propio en su estudio introductorio a Abd-el-Krim y los prisioneros, que la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla publicó también en 2000, un libro que recogía una de las proezas periodísticas de Oteyza, la entrevista con el guerrillero del Rif que nadie hasta el momento había logrado y que inmortalizó en una fotografía —que no adjunto— el famoso fotógrafo “Alfonso” (Sánchez Portela). Tengo también en casa media docena de ediciones originales de Oteyza. Es fácil encontrarlas a precio asequible en librerías de viejo. Pero mi mayor ‘tesoro’ bibliográfico de Oteyza es un regalo de un sabio amigo, Pedro Álvarez de Miranda. Se trata de la edición de El diablo blanco (New York, The Macmillan Company, 1932), con notas, ejercicios y vocabulario elaborados por Willis Knapp Jones, para la enseñanza del español en universidades americanas. Es una edición espléndida. El diablo blanco fue traducida, además, a catorce idiomas y estuvo a punto de ser llevada al cine. Pasado mañana, diez de marzo, se cumplen, precisamente, los cuarenta y cinco años de la muerte de Oteyza en Venezuela.

lunes, marzo 06, 2006

El rostro de la piedra

Sobre el título de uno de los libros de poemas de María José Flores, incluido en la antología que se ha presentado en Cáceres hoy. Poemas desde 1984 a 2003.

En una mano alzan los lirios de la sangre
en la otra las ramas hirientes del sentido.
En su abandono arde la desnudez del mundo
ese verdor que crece feraz en la ruina.


De El rostro de la piedra.
Hacía tiempo que no asistía a una rueda de prensa tan poética. Tanto que no ha sido tal. Nadie ha preguntado. Con toda la impertinencia de los que trabajan y van a lo suyo y con toda la artificiosa voluntad de los actos políticos, se ha impuesto la poesía, cierto lirismo. No sé.