lunes, enero 30, 2012

Lunes

Antes, las mañanas de los lunes siempre eran propicias para la conversación sobre fútbol. No es propiamente una experiencia que pueda contar; aunque recuerdo que en el instituto había un profesor que siempre comenzaba la primera clase de la semana comentando el resultado de la Real Sociedad del día anterior. Antes era así. Ahora ya todo es distinto, porque el fútbol ocupa toda la semana, incluso los lunes. Hoy juega el Atlético de Madrid —el del nuevo remake, el de Cholo en casa, un chiste, por cierto, ya inventado sin intención cuando volvió al Racing Club de Avellaneda de su Argentina. Afortunadamente, el fútbol no suele ser tema de conversación entre los compañeros con los que me topo. Con la que está cayendo, siente uno la necesidad de no bajar la guardia con lo trivial y lo frívolo; aunque tampoco sea para ir por la vida de circunspecto y trascendente. No lo soy. Y hablaba hoy con un compañero de lo serio, es decir, compartía con él un asunto de índole filológica —sí, con la que está cayendo—, cuando surgió la conversación de pasillo con otros dos convecinos de siempre grata presencia. Y me llamó la atención que los dos asuntos de más enjundia con que nos abordaron fuesen el telonazo a un cuarteto extremeño que concursó en el Gran Teatro Falla de Cádiz este fin de semana, y que algunos dicen que provenía de Zafra; y el papelico manuscrito del acta de votación del jurado popular que ha declarado inocentes a Francisco Camps y a Ricardo Costa, con la falta de ortografía —la primera— con la que ilustro esta entrada y otras lindezas que pueden ampliarse en el blog de un chico de diecinueve años, cordobés. Qué país, ay, los lunes.

sábado, enero 28, 2012

Isidro

© Fotografía de Francis Villegas / El Periódico Extremadura
Uno de los espectáculos teatrales más notables que vi este verano fue La Antígona del Siglo XXI, de Isidro Timón y Emilio del Valle, estrenada en el Festival de Mérida. Por mi amigo Isidro me entero de que van a ponerla en Madrid, en la sala 1 de las Naves del Español, entre el 2 y el 19 de febrero próximos, por la compañía (In)Constantes Teatro y distribuida por A Priori Gestión Teatral. Coincide la buena noticia con otra que no lo es: Isidro Timón cesa en la dirección del Gran Teatro de Cáceres. Otra persona honesta, otro buen gestor de la cultura pública que sufre los cambios  políticos en la administración. A Isidro, y al equipo de personas que ha trabajado con él en los últimos once años, debemos haber visto buena parte del mejor teatro que se ha hecho en España y en Extremadura, teatro contemporáneo y teatro clásico, espectáculos de humor o recitales de la mejor música; debemos el haber disfrutado de las músicas del mundo en vivo y en la calle con acontecimientos como el Festival Womad, de compleja pero impecable organización; debemos mucho del fomento del cine en varios formatos en esta ciudad... Debemos mucho, creo yo, sin que me ciegue la amistad que nos une y con la que me honra. Lo dicho, del 2 al 19 de febrero, en la sala 1 de las Naves del Español en Madrid, La Antígona del Siglo XXI, que puede ser una primera muestra del futuro profesional esperanzado de Isidro en el teatro de creación.

viernes, enero 27, 2012

El destino no es un lugar

                                                                © CMD        
                                                                                                       A Antonio Mendo Román
Es el título de un poema de Francisco Brines, de La última costa (1995), que he leído bastantes veces, como otros de ese libro y de este autor, a pesar de mi casi medio siglo de juventud, la costa anhelada más próxima por el momento. El destino no es un lugar:

"El camino fue largo, y hubo niebla.
Pero existió el espacio. Mas ahora
se ha adensado esa niebla hasta tal punto
que el espacio es el muro que ya rozo.
En él me detendré, y cuando vuelva
los ojos tras de mí la misma niebla
me hará tentar de nuevo el mismo muro,
y si al cielo dirijo la mirada
para salvarme allí la negra niebla
me cegará los ojos, y así será
eso que habéis llamado el sueño eterno."
                                                                     © Francisco Brines

miércoles, enero 25, 2012

Continuo mudar

Me han invitado a presentar este libro de poemas de Luis María Marina (Cáceres, 1978), Continuo mudar (Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2011). Será mañana, jueves 26 de enero, a las 19:00 horas, en la Biblioteca Pública "A. Rodríguez-Moñino/María Brey" de Cáceres, y será un placer conocer al autor de este conjunto de poemas de variado registro, contagiados quizá de ese continuo mudar del título, de una vida cambiante, con la riqueza formal y literaria que da ser tan permeable a influjos, a lecturas que se materializan aquí en canciones, en visiones que van desde la meditación al caligrama, o en recreaciones de las danzas medievales de la muerte, o en un poema-diálogo entremesil en el que está la poesía... Variedad y calidad se han unido para encender mi interés por este libro.

martes, enero 24, 2012

Boxoyo Libros

©Fotografía de Beatriz Naranjo García
No hace mucho que Boxoyo Libros ha abierto nuevo local en la calle General Margallo de esta ciudad de Cáceres; pero he tardado en ir. Estuve el viernes y el sábado pasados, con extraordinaria satisfacción, por lo que vi, por lo que conversé y por lo que me traje a casa en libros. La vez anterior que estuve con Jaime Naranjo fue en una gran nave en el llamado Parque Empresarial Mejostilla —la única, creo, de aquel paraje llena de decenas de miles de volúmenes—, y fui con Gabriel Sánchez Espinosa, que quería conocer a Jaime y, de paso, comprar alguna pieza. Logró ambas cosas. Ahora, en esta última visita, me he alegrado de saludar a la familia Naranjo-García, entregada en cuerpo y alma a los libros antiguos. Nieves y Jaime, Jaime hijo, y Rosa, a los que he visto estos días, sostienen este negocio que ofrece a Cáceres más prestigio que cualquier local de moda de nuestra nueva Plaza Mayor recuperada. Y la nueva librería de Boxoyo Libros está a dos pasos de la plaza. Está ahora, para más señas, casi al lado de la casa en la que el corregidor de Cáceres Álvaro Gómez Becerra hizo realidad el primer periódico manuscrito cacereño, en 1813, la Asociación de Cáceres, antes de establecerse la imprenta aquí. Por cierto, enfrente de este nuevo Boxoyo Libros, de Santo Domingo, pues desde allí salieron los primeros papeles impresos en Cáceres. Ahí es nada, en la tercera decena del siglo XIX. (¡Ay, si es que estos ojos que se han de comer las fogatinas del incinerador han visto hacer la primera autovía de Extremadura!). En fin, que a dos pasos de la plaza tenemos una razón más para ampliar el recorrido atávico de los cacereños que bajan desde arriba o que suben desde abajo. En Margallo, 2.

sábado, enero 21, 2012

Hijos Predilectos

© Fotografía de Lorenzo Cordero / HOY 
Salvo en casos de muerte venida improvisamente, la concesión de un título honorífico póstumo no deja de ser una falta achacable a la institución que lo concede, por insensible y tardona; sobre todo, cuando la persona con méritos muere a los ochenta años o más. Para listos, los del antiguamente llamado Ferrol del Caudillo, que nombraron a Fraga Hijo Adoptivo en 1965. Se me ha venido a la cabeza esto al leer ayer la noticia de la merecida concesión póstuma del título de Hijo Predilecto de Cáceres al periodista sin título —y tan periodista— Fernando García Morales, fallecido en mayo del año pasado. Por fin. Porque cuando murió se dio la de que la comisión de Cultura del Ayuntamiento había aprobado su nombramiento como Hijo Predilecto, y el otro día, el 9 de este mes, se publicó que Fernando García Morales iba a ser Hijo Predilecto. Definitivamente, hoy El Ayuntamiento nombra Hijo Predilecto a título póstumo a García Morales. Que yo recuerde, póstumo fue también el título concedido a Valeriano Hornero, profesor, director del instituto en el que han estudiado y estudian mis hijos, y concejal; porque yo creo que el Maestro Solano y La Navera lo recibieron en vida. También en vida lo obtuvieron Franco, Blas Piñar, el padre de Federico Trillo y el Capitán Luna, y he consultado una interesante información periodística elaborada por Toñi Escobero hace unos años. Menos mal que, como en tantas otras cosas en este país de todos los demonios, del endecasílabo de Gil de Biedma, todo va cambiando para bien y el listado de nombres ya no tiene ni mitra, ni sable ni corona. De tal manera que hay personas excepcionalmente normales. Para las excepcionalmente excepcionales están las medallas, que supongo que el Reglamento de Honores y Distinciones de todo ayuntamiento que se precie contempla. Si me preguntasen, daría nombres con méritos cabales; casi todos, eso sí, del campo cultural, el de menos réditos visibles. No muchos. Escogidos. Imagino a una discreta y rigurosa historiadora de lo local, heredera del amor por Cáceres visto en casa... En fin, gente normal, y de excepción.

miércoles, enero 18, 2012

La gran piñata

© Bob Thomas / Corbis - EL PAÍS 
Es el título de uno de los artículos que más celebré leer en la prensa en los últimos días del año recién ido. Lo publicó Javier Gomá Lanzón, pensador, ensayista, director de la Fundación Juan March. He hecho limpieza en mi escritorio y ha aparecido el recorte del periódico del día, el treinta de diciembre pasado. Por eso ahora rescato las notas que escribí para darlas aquí. Gomá, para hablar de las reformas educativas, parte de la imagen de la piñata como costumbre de amenizar los cumpleaños de los niños. La piñata que riega de golosinas el suelo por el que se arrastran los niños en pos de su botín es para el autor de este artículo una "exacta metáfora de la avaricia competitiva del mercado, al cual no tardarán en incorporarse esos rapiñadores de golosinas". Y ese es el objetivo de la reforma de la enseñanza superior. A la Universidad se la mutila de su misión educativa, la de formar hombres cultos, que decía Ortega —como recuerda Javier Gomá—, y se la conduce a producir jóvenes tan competentes para el mercado laboral como incultos para la vida. De manera que se perderá la esencia de todo lo que nos ha traído hasta aquí. La esencia de un cometido tan sublime como el de inculcar amor "por las disciplinas mucho más que conocimiento positivo de ellas. Durante los años escolares no hay tiempo para que el pupilo asimile siquiera los rudimentos de literatura, lengua, matemáticas o física, pero si 'ha aprendido a aprender' enamorándose de estas asignaturas, dispondrá del resto de su vida, y en particular los años universitarios, para profundizar autónomamente en ellas. Y así, la intimidad desinteresada con estos saberes acabará decantando en esa conciencia una visión del mundo bien articulada a partir de la cual estimar los muchos logros de la sociedad en la que vive y también criticar, cuando procede, sus desviaciones y excesos." Chapeau! Aquella mañana del último viernes del año en que leí estas palabras me dije que menos mal que hay siempre alguien que dice mejor las palabras que saldrían de tu boca. Lo que no me cuadraba ni me cuadra es el final del artículo, después de lo leído. Y es que ya no vale aquel antiguo lema de la academia platónica de nadie entre aquí que no sepa geometría. Pues resultaría contradictorio, así lo creo, con ese defendido amor a una disciplina por encima del conocimiento útil de ella. Vamos, que lo uno lleva a lo otro. Quiero decir, del amor al conocimiento; y no al contrario.

martes, enero 17, 2012

Caracteres

Cuando leí en el blog de Álvaro Valverde que se había publicado la edición asequible de Caracteres (Jaraíz de la Vera, Ediciones La Rosa Blanca, 2011), escribí a Salvador Retana para preguntarle si en Cáceres podría hacerme con un ejemplar. Su respuesta fue rápida, resolutiva, y me dejaba en evidencia, por preguntón: me lo enviaba él mismo. Me llegó dedicado en los primeros días de este nuevo año. Un regalo de Reyes. Precisamente, estaba yo con la lectura de otros Caracteres, los de Emilio J. Lafferranderie que se ha ocupado de difundir aquí José María Cumbreño en sus Ediciones Liliputienses. Los de Retana salen de los de Canetti, que yo conocía de oídas. Permítaseme la tontería; ya que el título —Der Ohrenzeuge— de los trazos del judío búlgaro Premio Nobel era El testigo oidor para un lector español, entre otros, y también El nuevo Teofastro, que es por donde empieza su sapiente prólogo Caracteres Gonzalo Hidalgo Bayal. Y es que no hay nada como dar a GHB palabra-pie para que nos lleve de excursión etimológica o nos pasee por los parterres de la polisemia, siempre con gusto y siempre con provecho. Merece más líneas este nuevo ejemplo de brillante lucidez del autor de Conversación, que voto entre mis tres libros del año; pero es Salvador Retana el dueño más dueño de estos nuevos Caracteres nacidos de la escritura de otro. Por eso Salvador dice que escribir y dibujar son una sola cosa, la misma cosa; por eso Gonzalo Hidalgo Bayal le acompaña en este viaje a un nuevo Callejón del Gato que para mí son las interpretaciones de Retana de los tipos de Canetti, ya de por sí contrapuntísticos, si vale el término. Me parece tan verdad que en El Teóforo veo la cabellera del búlgaro y en El Pseudorretórico a Fray Gerundio de Campazas, como si fuese más trascendente este juego entre dibujo y escritura, como si el dibujo se desprendiese de su motivación primera. Y qué bien lo ha sabido ver GHB. Y qué bien expresado por los colores y los trazos de Salvador Retana. Y, en efecto, está en las librerías de Cáceres.

domingo, enero 15, 2012

75 años de RNE

Ayer escuché un espléndido documento sonoro que ha repasado una parte —la que cabe en poco menos de cincuenta y cinco minutos— de la historia de este país a través de Radio Nacional de España, un instrumento para la propaganda del régimen fascista que empezó a emitir un 19 de enero de 1937 —la fecha lo dice todo— y que hoy es un servicio público ejemplar, un modelo —siempre perfectible— de periodismo radiofónico. Me sumo a cualquier homenaje que se haga a todos y cada uno de sus profesionales. He tenido la suerte de conocer a muchos de ellos; e incluso he estado en estudios de RNE y he participado en programas. Cuando ha ocurrido algo así lo he sentido como una experiencia especial, con la actitud reverencial de quien está cerca de lo que admira. Recuerdo con mucho cariño un programa de La estación azul, con Ignacio Elguero y Javier Lostalé hecho desde Cáceres, en la antigua "La Torre de Babel" de la calle Pizarro; y una conversación con Pepa Fernández en No es un día cualquiera; y la apacible mañana que pasé solo en un estudio para estar en el programa sublime de Juan Pablo Silvestre, en Red Babel. Me siento muy cercano de personas, aparte las citadas, como Fernando Argenta, Carlos Tena, Ángel Álvarez, Julio César Iglesias, Jesús Ordovás, Eduardo Sotillos, Carlos Santos, Toni Garrido, Juan Ramón Lucas, Juan Carlos Soriano, Lara López; pero también de los nacionales de aquí, de esta ciudad, Mª Cruz Vázquez, Jeremías Clemente, Juan José Moreno Doncel, César Serrano, Florentino Velaz..., de los técnicos que trabajaron en la casa y que hoy saludo por la calle sin recordar sus nombres; pero que localizo perfectamente. Son estos últimos los nombres que no van a salir en un documento como el que escuché ayer, que contiene —resumo la reseña del programa— las visitas de Eva Perón y Eisenhower; inauguraciones de pantanos y el desfile de la Victoria; los radioteatros y el consultorio de Elena Francis; la España del seiscientos; la transición política, con la famosa lectura, por parte de Alejo García, de la legalización del Partido Comunista, y la integración de España en Europa, la rueda de corresponsales de España a las 8, las palabras de Dolores Ibarruri rezando el Padrenuestro en latín y de Matías Prats y Jesús Álvarez retransmitiendo la batalla de Lepanto como si fuera un partido de fútbol.

sábado, enero 14, 2012

200 V.O.

He tenido el gusto de participar este mediodía en la presentación del número 200 de la revista de cine Versión Original. Ha sido en "La Fontana", lo que ha añadido más contento al acto. "La Fontana" es para mí el local más emblemático y agradable de Cáceres, y está asociado a mi vida desde que llegué a esta ciudad, el mismo año de su apertura, hace más de treinta. Allí he disfrutado de mucha conversación con amigos, y de muchas cañas y cafés; he visto exposiciones, he escuchado música en directo. Allí he llevado siempre a las mujeres que más me han gustado. Allí he estado en la presentación de libros, como la de El fuego lento del hinojo, la novela póstuma de Jesús Alviz, con Ángel Campos... Hoy ha sido este espléndido número de una revista tan singular y necesaria como Versión Original. Me he encontrado con muchos amigos, con escritores que han acudido a la presentación, como Plácido Ramírez Carrillo, como Luis Sáez, en familia, con su hijo Luis, nuevo fichaje para la redacción de la revista. Allí estaban los creadores y sostenedores de este proyecto que cumple dieciocho años y doscientos números sin falta. Paco y Tinti Rebollo, Javier Remedios, Valentín Acedo, Pepe Viñuelas... El resultado de este número 200 es espléndido, la suma de cincuenta y siete preferencias muy personales que no constituye canon alguno. De hecho, valdría hacer otra revista con las mismas páginas, con el mismo número de películas, e igualmente irreprochable. Algo de esto he querido decir a la hora del aperitivo en "La Fontana", con la vista puesta, sin exceso de melancolía, en los dieciocho años pasados; y con una palabra última: dignidad. Ha estado bien.

viernes, enero 13, 2012

Contra los recortes

Ayer estaba leyendo en clase a Meléndez Valdés y tuve que parar por el bullicio de un grupo de universitarios que pasaba por el pasillo. Se suponía que la concentración en protesta por los recortes que el Gobierno de Extremadura va a aplicar a su Universidad había terminado y yo tenía clase. Lo que no me esperaba era que alguien golpease la puerta del aula, que, poco después, otra persona repitiese con el mismo gesto abriéndola de un golpe. Sin pensar por un momento en que todos los que estábamos allí dentro —al menos, el profesor; pero estoy seguro que acompañado por muchos— estábamos tomándonos aquella clase como una de las maneras más dignas de defender la enseñanza pública y la necesidad de su fomento desde las instituciones que están obligadas a ello, por esa razón democrática y por ese sentido común cada día más alejados del poder político. No supe reaccionar. Debí haberles invitado a entrar en el aula y escuchar los versos de un poeta. Del mismo modo que en otra aula vecina les habrían ofrecido pasar para participar en una clase sobre los movimientos revolucionarios. Y en otra sobre sintaxis o sobre ordenación del territorio. O sobre crítica textual. O historia del inglés literario. ¡Ay, cuántas provocaciones para más recortes!

domingo, enero 08, 2012

Probadas flores romanas

Se tarda en leerlas muy poco, el "espacio de dezir un Miserere o poco más", como recuerda Víctor Infantes (V.I.) para rematar su introducción, tomando la medida de una de las recetas —"Para fazer que los pelos caygan y buelvan"— de este grimorio o compendio de trucos, fórmulas mágicas y supercherías que acabó condenado en la letra de los Index inquisitoriales. Su cédula en esta nueva edición: Probadas flores romanas de famosos y doctos varones, compuestas para salud y reparo de los cuerpos humanos, y gentilezas de hombres de palacio y de crianza (c. 1512) recopiladas por Juan Agüero de Trasmiera. Prospecto y edición de Víctor Infantes. Madrid, Turpin Editores (Col. Los libros de Sansueña, 2), 2012. Yo creo que si en mis manos cayera mañana un trabajo de este tipo sin firma —me refiero al prospecto y a la edición, no al texto original—, sabría que el autor es Víctor Infantes (V.I.). Por varias razones. Lógicamente, por el descaro de rescatar textos tan singulares, tan bibliográficamente especiales. Vamos, que entre los que en el mundo pueden escribir sobre La Poncella de Francia y sobre la poesía visual de Antonio Gómez está V.I. También, por el modo –exhaustivo y riguroso— de abordar los asuntos, incluso por la expresión y la redacción, pues V.I. es de los que por fortuna hablan de sesudas cuestiones textuales mostrándose como se puede mostrar el que escribe sobre asuntos domésticos; quiero decir, que de pronto puede V.I. aludir a que le aprieta el zapato. Me gusta leer, por ejemplo, que "Hemos de confesar, humildemente (si así se requiere), que nos queda una espina crítica clavada". Se refiere V.I. a que no se puede saber cuál es la fuente original de la que Juan Agüero traduce, si es así, las supuestas Fiori romani que dan en estas Flores romanas probadas, gracias a V.I., por quien esto escribe. Diecisiete páginas curiosas; pero casi el doble de sentido estudio filológico sobre el texto de las flores y bio-bibliográfico sobre el tal Agüero. Importante. Lástima que en casa del herrero..., la puñetera hache que falta en las primeras líneas, y las erratas en 26, 30 y 41. Y eso que todo llega de Gráficas Almeida y con José Manuel Martín, siempre con V.I. El resultado: la recuperación de un texto curiosísimo y la expresión ejemplar de una manera de recuperarlo.

viernes, enero 06, 2012

Día de Reyes

 Salimos esta mañana a las diez y cuarto de Alcalá de Henares y a las once menos cuarto pasábamos por el paseo de Recoletos frente a la fachada de la Biblioteca Nacional. El mismo recorrido que algunos de los libros a los que alude Juan Mª Marín en su carta al director publicada hoy en El País, con cuyo texto no puedo enlazar porque ha desaparecido misteriosamente de la edición digital del diario. Como lo tengo delante en papel, dice Juan Mª Marín: "En estos tiempos de demagogia y de ataque a lo público, cuando se oyen por cualquier parte los disparates más insensatos e injustos sobre el funcionariado, quiero llamar la atención sobre el trabajo impecable que realizan quienes trabajan en la Biblioteca Nacional de Madrid. A diario está ocurriendo la maravilla de que alguien ha podido consultar desde su ordenador el catálogo de esta biblioteca; ha solicitado desde su teclado unos libros para un día determinado; ha entrado en esa fecha en la sala de lectura llamativamente limpia; se ha sentado en una mesa impecable, y allí dispone de los libros, algunos traídos (siempre puntualmente) desde Alcalá de Henares hasta el paseo de Recoletos. Y todo esto sucede cada día porque el Estado aporta los fondos necesarios recabados a través de los impuestos y sus funcionarios están trabajando eficiente y amablemente, muy lejos del estereotipo del vago y rancio empleado que ha consagrado la tradición." La carta, en la —al parecer, única— edición en papel, se titula 'Chapeau' por los funcionarios y termina dando mil gracias al Estado y, sobre todo, a sus "servidores". Supongo que el Juan Mª Marín que la firma es el profesor de literatura española autor de varios libros de lengua y literatura para Bachillerato y Enseñanza Secundaria y el editor de los Pasos de Lope de Rueda, de Fuente Ovejuna de Lope de Vega, y de numerosos trabajos críticos de historia literaria, desde el Lazarillo hasta Benito Pérez Galdós. Lo celebro.

martes, enero 03, 2012

Escribe

A veces, cuando escribe se queda solo ante su rostro. El ordenador con el que trabaja entra en modo de reposo y la pantalla en negro le devuelve su cara. La máquina le indicia que ha estado demasiado tiempo sin tocar el teclado, pensando en si es mejor escribir jubiloso o patético. Tampoco es para tanto —se dice—; no es más que no encuentra las palabras. No sabe que el efecto venía de fábrica, que él mismo puede desactivar el modo en reposo, que puede retardarlo para lograr más tiempo en sus dubitaciones y momentos en blanco, que él mismo puede convertir lo negro en un dinámico destello o en la imagen de una playa tropical. Ahí es nada. Quizá así daría con la palabra que le falta. Pero en vano es luchar, que dijo el poeta. Ni playa ni destello le inspiran; y menos, su propia cara. Lo cierto es que la página en blanco se queda a oscuras y se ve reflejado en ella. Para Narciso, no; para Sísifo ignorante.

lunes, enero 02, 2012

Año nuevo

Ayer, primer día del año, mi madre me preguntó cuándo nos vinimos a esta casa. Hace más de treinta años, le dije. Se sorprendió; sobre todo porque hacía un instante no sabía que era su casa. Casi treinta y dos años; y es, sin embargo, la casa familiar en la que menos tiempo he vivido; pero contiene muchos recuerdos de otras, y, sobre todo, muchos papeles de aquella época que curioseo cuando estoy allí. En estas horas pasadas he estado hojeando decenas de números del suplemento El País Libros de hace justamente treinta años y cuyas páginas, con las marcas de su edad, son una doméstica memoria impresa de inquietudes de antaño que, por fortuna, siguen vigentes. Artículos, noticias, reseñas, entrevistas, nombres que hoy, pasado el tiempo, se han incorporado a mi agenda, pongamos por caso. Ilustro esta entrada con un ejemplar del domingo 31 de octubre de 1982, que daba en la última página un fragmento del último Premio Planeta, Jaque a la dama, de Jesús Fernández Santos, y que mostraba en primera esa caricatura de don Ramón Carande por la reseña de Santos Juliá de la Galería de raros del que fuera Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales unos años después. Aquellos suplementos traían mucha publicidad no cultural, a discreción, incluso ofertas de empleo debajo de una reseña de los Cuadernos de un vate vago de Torrente Ballester o al lado de una fotografía de Gustav Mahler. Me he topado con un fragmento de la primera novela de Ferrater Mora, cuyo centenario se cumple este 2012, Claudia, mi Claudia (Alianza Editorial, 1982), avanzada en El País y luego reseñada por Luis Suñén; un especial sobre narrativa brasileña en noviembre de 1982; el primer comentario que leí sobre Paisajes después de la batalla de Juan Goytisolo; una entrevista con Rafael Alberti... De todo hace treinta años. Redondeando, como hace mi madre sin querer con su memoria. El tiempo pasa.