"Te puedo jurar que desde chiquita me pica el coño y que en viendo hombre me inquieto." Esta frase, que pronuncia Lozana en la obra de Jerónimo López Mozo sobre el personaje de Francisco Delicado, estaba inédita. Se lo dice la andaluza de Córdoba a un fraile vencido y desatado por la carne al principio de la Comedia de la olla romana en que cuece su arte la Lozana o Retablo de la Lozana Andaluza o Roma putana, de 1977, que se publica por primera vez en este libro que me traje de Verona, y que empecé a leer allí mismo. Como se lo he ofrecido a mi compañero Luigi, pego aquí este apunte antes de llevárselo a la Facultad.
El libro es de Silvia Monti, La Lozana di Delicado e le altre. Con un testo inedito di Jerónimo López Mozo. Verona, Edizioni Fiorini (Col. Ispanica, 4), 2007. Reúne cuatro trabajos de la hispanista de la Universidad de Verona, tres de ellos ya publicados en varios sitios ("Giudei, conversos e prostitute nella Roma della Lozana", "Alimentazione e metafore alimentari nel Retrato de la Lozana Andaluza" y "Le bugie della Lozana"), y el último, el que más me ha interesado informativamente, el de "La Lozana va in scena", en el que la profesora Silvia Monti trata las versiones que de la obra de Delicado hicieron Rafael Alberti en 1964 —por eso le interesa a Luigi Giuliani, que está con una importante investigación sobre Roma, peligro para caminantes— y Jerónimo López Mozo en 1977; pero también puestas en escenas de ambas, como la de Josefina Molina y el CAT (Centro Andaluz de Teatro), y que se vio aquí en Cáceres en 2002, en el Festival de Teatro Clásico, de la versión albertiana —a Silvia Monti no se le escapa que Liborio Barrrera escribió sobre ese montaje en El Periódico Extremadura—; o la de César Oliva en diferentes ciudades de la propuesta de Jerónimo L.M.. Y, además, las versiones cinematográficas de la obra, como la dirigida por Vicente Escrivá con música de Antón García Abril y la interpretación de Maria Rosaria Omaggio en plena época del destape. Lo que a lo mejor no se imagina Silvia Monti es que de esa película de Escrivá se rodó alguna escena en esta ciudad de Cáceres. Qué sugerentes son trabajos como éste, gracias a los que puede reconstruirse el itinerario textual y cultural de una obra a lo largo de varios siglos. De las calles del Retrato del siglo XVI hasta los vendedores de reliquias y de bulas en el Campo dei Fiori en la obra de López Mozo, que, según dejó escrito José Monleón, y anota Silvia Monti, provocaron que más de un espectador se levantasen indignados de sus butacas en alguna de sus representaciones en el verano de 1977. Historia del teatro, y más.
miércoles, mayo 26, 2010
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