Cuando Jesús García Calderón me ha dicho esta mañana que debería volverse a poner en el plan de estudios de Derecho una asignatura de Lengua y Literatura Españolas, nos hemos acordado ambos de Luis Cernuda y de su profesor de literatura, Pedro Salinas. En la Certificación Académica Personal de Cernuda cuando estudió Derecho en Sevilla entre los años 1919 y 1925, que se reprodujo en aquel espléndido Álbum editado por la Residencia de Estudiantes el año del centenario del poeta, se pueden ver las asignaturas de primero: Lengua y Literatura Españolas, Lógica Fundamental e Historia de España.
¡Ay, Jesús!, le digo ahora a quien me ha hablado de la posibilidad de que a los futuros profesionales del Derecho se les enseñe a escribir; que alguien les diga dónde hay que poner una coma. Y me he acordado de este libro (José Antonio Millán, Perdón imposible. Guía para una puntuación más rica y consciente. Barcelona, RBA, 2005). Estaban también Jesús Mª Gómez Flores y Francisco J. Tovar Paz. Siempre ameno y sabio, Jesús García Calderón, que ha empezado su lectura leyendo el poema de amor con el que reabrió su blog en octubre de 2009, nos ha hablado de uno de esos lúcidos despreciados como fue Ernesto Vega de la Iglesia, del que escribió allí mismo, en su blog. Y hemos vuelto a la necesidad de que jueces, abogados, notarios y secretarios judiciales, entre otros, escriban razonablemente. Y me he acordado del libro de Millán, del que disfruté cuando salió. Cuenta Millán en el prólogo su recuerdo de la anécdota atribuida a Carlos V, al que se le pasó para la firma una sentencia: Perdón imposible, que cumpla su condena. Al monarca, dice José Antonio Millán, le ganó su magnanimidad y movió la coma de sitio: Perdón, imposible que cumpla su condena. No estaría mal como primera lección para los que dictan sentencias, escriben sumarios o levantan actas. Y para todos los demás. Y para la afición en general.
martes, abril 20, 2010
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2 comentarios:
Enhorabuena a Jesús por su visita y lectura en Cáceres, y a todos los amigos que habéis disfrutado de su palabra y compañía. Es verdad que su talante, inquietud y disfrute de la cultura, de la vida y de la relación personal hacen de él alguien de una trayectoria intensa, rica y elegante. Desde siempre. Una bellísima persona. Una excelente manera de ser.
Menuda apostilla...un cariñoso abrazo dede Granada
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