A José Luis Bernal Salgado,
con mi enhorabuena
con mi enhorabuena
Creo que estas dos fotos apareadas en el lado izquierdo escenifican uno de los dos argumentos principales de esta excelente edición del Epistolario 1918-1947 de Vicente Huidobro con Gerardo Diego, Juan Larrea y Guillermo de Torre. En la fotografía de abajo están Huidobro y Diego, y falta Larrea, que es quien hace la foto en septiembre de 1924 en Sables d’Olonne, en la francesa Costa de la Luz. En el mismo lugar y la misma fecha que en la fotografía de arriba posan Huidobro y Larrea, mientras que el que falta, Gerardo Diego, toma la instantánea. Qué mejor manera de ilustrar el cruce de cartas entre estos tres personajes, el maestro y dos discípulos, si puede decirse así. 144 misivas entre los tres, y de las cuales se presentan en este volumen 120 inéditas.
En esa pareja de fotos, falta, sin embargo, la otra figura; la del otro argumento relacionado, y quizá el más morboso; la contrafigura de Guillermo de Torre, que mantuvo una correspondencia a partir de 1920 con el autor de Altazor algo tempestuosa a costa de la autonomía del ultraísmo o de la paternidad del creacionismo, y que en esta edición se cifra en 23 cartas, 18 inéditas.
La edición, primorosa como las de la Residencia de Estudiantes, es un volumen más del proyecto Epístola dirigido por José-Carlos Mainer, y está elaborada por alguien que conoce bien la poesía española de la vanguardia, el profesor de la Universidad de Bérgamo Gabriele Morelli, y muy cercano a nuestra Universidad. (Hace un mes estuvo por aquí, en el Curso de Verano de la UEX Carlos V en la literatura y en las artes, dirigido por Mª Isabel López Martínez, y que se celebró en Yuste del 3 al 5 de julio).
El epistolario se cierra en 1947, con una carta manuscrita de Huidobro a Larrea desde Santiago de Chile, dos supervivientes, valdría decir, de esta correspondencia. Sin embargo, esta cronología se incumple con una sutileza de un tono humano que supera cualquier diatriba literaria, y que es digna de mención: se añade una nota de Manola Huidobro, hija del poeta, a Gerardo Diego once años después de la muerte de su padre, o sea, en 1959, que acompañaba un ramo de rosas y que certificaba la fusión amistosa de ese “triduo indisoluble” que está representado en esas fotos de arriba. Qué formidable manera de culminar esta lectura, casi de novela, de unas vidas, con sus filias y sus fobias, con sus secundarios, con la noticia de un ‘secuestro’, con tanto de interés... Tan recomendable.
Vicente Huidobro, Epistolario. Correspondencia con Gerardo Diego, Juan Larrea y Guillermo de Torre 1918-1947. Edición de Gabriele Morelli con la colaboración de Carlos García. Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes (Col. “Epístola”, núm. 7), 2008.
A falta de referencias precisas,
© de las fotografías incluidas en las páginas [183] y [184],
el mencionado en la citada edición para las reproducciones.
© de las fotografías incluidas en las páginas [183] y [184],
el mencionado en la citada edición para las reproducciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario