jueves, agosto 02, 2007

El Callejón del Gato


Dentro de unos años, la calle Pizarro de Cáceres será una de las rutas ciudadanas más interesantes de este lugar. Es verdad que hubo en ella una galería de arte, la Galería Nacional de Praga, y otra luego, casi en la calle, Bores & Mallo, y ya no están; es verdad que hubo una librería, Anaquel, la de Eva Cerezo, y ya no está; es verdad que en ella se abrió uno de los locales más interesantes de esta ciudad, La Torre de Babel, y ya no está; y que, lindando, otro, La Caballeriza, fue una de las terrazas interiores más visitadas y acogedoras; y es verdad incluso que uno de sus bares fue escenario de una novela corta, aquella por entregas de Antonio G. Mogollón, La chica del pelo cobrizo, que El Periódico Extremadura censuró hace ya unos cuantos años. Corría 1999. Qué historia. Y ya no están.
Pero creo que dentro de unos años la calle Pizarro de Cáceres tendrá otras muchas razones para ser visitada. Quizá la más notoria vaya a ser la ubicación en ella del Centro Helga de Alvear de Arte Contemporáneo; pero el paseante podrá disfrutar de la terraza —en otra calle, pero casi la misma, la de antes— de La Traviata, o de rincones como La Farándula, de locales como Habana, de otro arte, el de la encuadernación, en una tienda tan singular como Roma, a la que peregrinan bibliófilos y amantes del papel... Y casi en esta onda de lo que vendrá, nuestra amiga Viki acaba de abrir El Callejón del Gato, un restaurante bien concebido con dos zonas. La de tapas y un acogedor saloncito para comer tranquilo.
Se llama así, El Callejón del Gato, con toda la gana de su dueña, Viki. Por los gatos que con ella han convivido y conviven, y por la intención literaria que ella ha querido. Recuerdo que en la misma acera, pocos metros más allá, y unos ocho años más allá también, estuvo el Gabriel Bocángel, estrechamente literario, regentado por el escritor y editor Julián Rodríguez. Calle Pizarro, hace ocho años. Recuerdo una agradable cena con José Luis García Martín. Y otra noche con Javier Alcaíns, con Javier Rodríguez Marcos, su hermano Julián, y Victorio Montes, que en paz descanse, y que nos hizo una foto que guardo, además de haber hecho todas las fotos de los libros de poemas de Javier Rodríguez, sí. Me voy por las ramas. A lo que iba, que en la intención de Viki está un nuevo y antiguo referente literario y estético, el de la deformación de los espejos cóncavos y convexos de ese callejón madrileño del Gato o de Álvarez Gato, que inmortalizaron en la escena XII de Luces de bohemia don Latino de Híspalis y Max Estrella. Ayer se lo recordamos Carmen y yo un ratito. Me quito el cráneo y toda la suerte para Viki. Recomendable.

2 comentarios:

RAIKO dijo...

Profesor Lama, apunto recomendación. Igual le debo la visita a usted, que, no en vano, me descubrió un poco más a Valle. Siempre me gustó la calle Pizarro... saludos.

Anónimo dijo...

Que nostalgia me ha dado encontrar y leer tu blog. No me conoces pero fui alumna tuya en los tiempos de La Torre de Babel, y mi nostalgia se ha acentuado a leer que ya no está, y que no están muchos de los lugares en que yo pasé muy buenos ratos, entre otros la propia facultad. Seguiré leyéndote.