A Fernando Tomás Pérez, en la memoria
Hay que poner un poco de pintura en los manchones de las paredes y lucir bien lo que el tiempo ha afeado. Y dejar las manos bajo el agua y lavarlas con delicadeza por una razón inusitada. Sentir la realidad como cuando nos llevamos al bozo la ropa recogida del tendedero por comprobar si sigue húmeda.
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