Una mañana del mes pasado llegó a mi despacho Juan Carlos Iglesias Zoido para decirme que le había gustado mucho Stoner, la novela de John Williams que recomendé entusiasmado en este blog. Juan Carlos me dijo que había quedado realmente conmovido; y quería agradecerme la propuesta. Quizá por eso, para corresponderme, me recomendó otra novela: La hermandad de la uva, de John Fante, publicada en España con traducción de Antonio-Prometeo Moya por Anagrama, en la colección "Panorama de narrativas" en 2004, y reeditada en "Compactos" en 2009, por donde la he leído. A Juan Carlos se la había recomendado un colega común, Luigi Giuliani, buen conocedor de la narrativa de Fante. Luigi escribió un artículo en la revista Quimera (núm. 272, junio de 2006) titulado "John Fante o las uvas de la vida" en el que hizo una reseña biográfica del autor, hijo de un emigrante italiano en Estados Unidos, matizó oportunamente su relación con algunos autores de la beat generation, como Kerouac, y recordó la italianidad como condición narrativa de la obra de Fante. Esto y, claro, los elementos autobiográficos están muy presentes en esta novela, La hermandad de la uva (1977), una novela también deliciosa, escrita en primera persona, la del personaje escritor que ve la vida desde ese punto de vista; pero al que la vida impone otras evidencias. De acuerdo —parece decirse Henry Molise en la Biblioteca Municipal de su pueblo abrazando un ejemplar de Los hermanos Karamazov—, las personas desaparecen pero Dostoievski a través de su obra estará para siempre. Y, de acuerdo, habría que añadir, finalmente: "Había nacido para ser hijo", se dice el narrador en confirmación de una especie de fuerza de la sangre. Muy recomendable. Gracias, Juan Carlos.
1 comentario:
Apuntada queda la novela de Fante.
Saludos.
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