© CMD
Visita fugaz a Oporto. Con todo, menos fugaz que la última vez que estuve, con Fernando T. Pérez, para presentar hace unos años —octubre de 1998— un número de Espacio/Espaço Escrito —el 15-16, dedicado a Fernando Assis Pacheco. En aquella ocasión, fueron sólo tres horas. Esta vez, dos días y medio, incluyendo una mañana en Braga.Hemos visto mucho de lo mejor de la ciudad portuense. La hemos visto desde la altura de la Torre dos Clérigos y desde la perspectiva del otro lado del río, en Gaia, desde donde puede observarse buena parte de la ciudad antigua, Patrimonio de la Humanidad. Y también desde el subsuelo, pues el cómodo, rápido, limpio y vigilado metro nos ha servido para evitar la cuesta hasta casa desde casi la ribeira. Aun así, largos paseos, subidas y bajadas, escaleras. Un respiro.
1 comentario:
No he ido nunca. Pero lo que veo a través de los ojos de Carmen me gusta.
(De los ojos y de su dedo, que fue el que disparó la foto).
Publicar un comentario