Así dice Álvaro Valverde —y con razón— que hablé el viernes en la presentación de La vida de otro modo (Poesía, 1983-2008), de Ángel Campos Pámpano. Fue emocionante. En situaciones así, por mucho que uno lleve unas líneas escritas, el nudo se te pone y los ojos son como dos ventanas por las que se te mete todo el aire del mundo, y dan ganas de hablar a lo loco corazón con los amigos presentes en la sala y que fueron los amigos de Ángel. Estuvieron Evelio y Juana, y Rafa y..., de Lisboa; de Badajoz Justo Vila, Paco Muñoz, Javier Bodas, Manuel Vicente González, Antonio Franco, Antonio Sáez y Susana Gil; mi cuñada Eva Arenales desde Zafra; Javier Alonso de la Torre y Luis Sáez Delgado, de 'Mérida'; Agustín Villar y Lola, de Cáceres; Gonzalo Hidalgo Bayal, María José y Blanca, de Plasencia; Antonio Cuño, de San Vicente de Alcántara; y, entre otros muchos, Alonso Guerrero, Antonio Ortega, Ezequías Blanco, Julio Llamazares, Pureza Canelo, Juana Vázquez —¡vaya lata que me dio, y vaya compromiso, a costa de ella misma!—, Marta Agudo, Enrique Cidoncha, y los amigos que leyeron poemas desde Tomás Sanchez Santiago y Elías Moro hasta José Antonio Zambrano e Isabel Mª Pérez González.
martes, marzo 10, 2009
Con un nudo en la garganta
Lo pasamos bien, con Ángel en el pensamiento, conversando en un Madrid vistoso de viernes nocturno. Primer viernes de mes, o sea, cola impresionante para ir a ver al Cristo de Medinaceli. ¡Cuánto habríamos hablado y anotado con Ángel esa cola impresionante! Y cuánto charlamos en el reencuentro con Emilio Torné, a quien debemos, y a su editorial, este recuerdo del acto. Véase; y si no, lo que diga este dedito...
Besos y abrazos, querido Ángel.
Publicado por Miguel A. Lama en martes, marzo 10, 2009
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2 comentarios:
Querido Miguel Ángel: precioso lo que cuentas, tanto que me imagino allí. Me hubiera encantado... Sigo diciéndote que tienes un poeta dentro que descubrirnos. Gracias por tantas cosas. Ángel sin duda se encontrará satisfecho y feliz.
He leído ya tres o cuatro crónicas de un acto en el que me hubiera encantado estar y leer...
Un beso, un abrazo.
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